Roberto Gómez Bolaños... sin querer queriendo

Roberto Gómez Bolaños.

En 2009 ‘Chespirito' recordó con Cromos algunas de sus grandes experiencias.

Lo mejor de los 17 años de 11 y 12.
El aplauso del público que ha sido general, hermoso, cariñoso y contundente. Ese es el gran premio.

Algo que nunca haría por dinero.
No discriminaría razas, ni colores, ni religiones, ni países.

¿Qué ha hecho sin querer queriendo?
Una cantidad enorme de tonterías.

¿Dónde está su astucia?
Nunca la he tenido. El Chapulín Colorado lo decía cuando menos demostraba tenerla.

Una debilidad.
La inocencia.

Un recuerdo de su niñez.
Mi maestro de fútbol Rodolfo Muñoz.

Una herencia.
Mi madre. La mujer más trabajadora, espiritual y cariñosa.

¿Qué le produce orgullo?
Que a pesar de haber empezado mi carrera tardíamente pude conseguir el éxito.

¿Dónde quedó la ingeniería?
Me siguen encantando las matemáticas, aunque ya se me han olvidado.

Lo más difícil de hacer comedia.
Cuando algo es difícil, no hace reír de ningún modo.

¿Dónde está la risa?
Para reír hay que entender los contextos.

Un maestro.
Miguel de Cervantes con su Quijote.

¿Qué lo inspira?
La gente buena.

¿Qué lo atrae de las mujeres?
La belleza. Un ‘taco de ojo' no se le niega a nadie.

¿Qué lo saca corriendo lejos de ellas?
Una mujer que se crea la dueña del mundo y deje su bondad a un lado.

¿Qué es la belleza?
Lo imprescindible en toda clase de arte.

Lo mejor de Shakespeare.
Los libretos.

Lo mejor de Chespirito.
Mi mujer, mis hijos y mis nietos.

¿Qué le hizo decir "chanfle"?
Es una exclamación auténtica sacada del argot futbolístico, un efecto.

Algo que no quisiera volver a ver.
Hace muchos años me gustaba el fútbol, pero se ha convertido en una muestra de villanía, impunidad, salvajismo y agresiones.

¿Cuál ha sido el mejor homenaje que le han hecho?
Una carta sencilla, escrita con mala redacción y una pésima ortografía, que me conmovió enormemente por su sinceridad.

¿Qué colecciona?
Hace años recopilé estampillas y la colección se la pasé al mayor de mis nietos.

¿Qué agradece?
Muchas cosas. Las estampillas con la imagen de El Chapulín y El Chavo del ocho, fueron un honor.

Un comediante.
Mario Moreno ‘Cantinflas'.

Lo más loco que ha hecho por amor.
De todo. No lo podría contar

¿Cuál es su número de suerte?
Me gusta el ocho, por El Chavo... lo dibujaba con dos rueditas.

Lo mejor de los 80 años.
¡Alcanzarlos!

Un logro.
Tener lo que me envidian los políticos: el reconocimiento de la gente en las calles.

Un héroe de su infancia.
El futbolista Horacio Casarín, que jugaba en el Necaxa.

¿Qué lo hace reír?
Lo auténtico.

¿De qué está hecho su espíritu?
De creatividad e inventiva.

Un espectáculo que lo haya dejado sin aliento.
El Circo del Sol me dejó perplejo.