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Una madre en la frontera

Astrid Whettnall fue la invitada especial al estreno del Festival de Cine Francés que empezó el 21 de septiembre e irá hasta el 31 de octubre.

Lucety Carreño Rojas
24 de septiembre de 2016 - 03:00 a. m.
Astrid Whettnall es la actriz que interpreta a Elisabeth, una madre que cruza fronteras para encontrar a su hija. / Cortesía
Astrid Whettnall es la actriz que interpreta a Elisabeth, una madre que cruza fronteras para encontrar a su hija. / Cortesía

La Route d’Istanbul (en inglés, Road to Istanbul) es una película que muestra la necesidad de hacer énfasis en las familias que viven un infierno debido a la guerra en Siria. Durante una hora y 38 minutos, el espectador acompaña la travesía y las sensaciones de Elisabeth, su protagonista, en la búsqueda de su hija, Eloide, interpretada por Pauline Burlet, de 19 años.

Astrid Whettnall es la actriz que protagoniza la cinta y estuvo en Bogotá en la inauguración del Festival de Cine Francés para mostrar la película y hablar sobre ella. En la cinta se evidencia el vínculo entre una madre y su hija, que se ve afectado por los reclutadores del Estado Islámico.

Whettnall dijo que había sido un honor trabajar junto al director Rachid Bouchared, quien en esta decimoquinta edición del Festival es el homenajeado. También dijo que “fue un privilegio hacer el papel y profundizar mediante Elisabeth el tema”.

Road to Instanbul muestra los sentimientos de una madre que representa a muchas otras que han luchado y cruzado fronteras para recuperar a sus hijos de una guerra que, para ellas, no tiene sentido. La protagonista, lejos de saber todo lo que estaba ocurriendo con su hija, vive su día a día. Elisabeth es una enfermera que siempre ha tratado de proteger a su hija, incluyendo los peligros de una ciudad; ambas viven en un ambiente rural en el que Eloide estudia, tiene amigos y practica deporte.

Una cotidianidad normal, con situaciones comunes que pasan las familias: la rutina de la escuela, el trasegar de los días. Un fin de semana, Eloide desaparece. Al llamarla a su celular y no recibir respuesta y preguntarle a la amiga con la que se suponía que estaría, Elisabeth se desespera y pide ayuda a las autoridades. Ellos le informan que su única hija ha salido de Bélgica para unirse al yihadismo en Siria. La madre queda anonadada al enterarse de la noticia. En unos minutos, y luego de días y noches sin dormir, la vida de la protagonista se desploma.

Con la mirada perdida y los sentimientos de culpa a flor de piel, Elisabeth empieza a cuestionarse: “¿Dónde está mi hija? ¿Qué hice mal? ¿Qué fue lo que no hice? ¿Qué la llevó a tomar esa decisión?”.

Sin esperanzas, y con el motivo de su existencia ausente, su único consuelo para sobrevivir es la idea de reanudar contacto con su hija y recuperarla.

Whettnall, como madre de hijos adolescentes, siente que ellos tienen una tendencia a encerrarse, entonces es difícil acercarse y saber qué ocurre en sus vidas. Uno de los grandes problemas de las redes sociales puede entenderse como el acceso ilimitado a todo tipo de información por parte de los jóvenes. En todo momento se encuentran permeados por mensajes que están diseñados para modelar sus pensamientos: “Con un discurso muy bien elaborado, durante dos o tres meses, los reclutadores del Estado Islámico logran conmoverlos”, cuenta Whettnall.

En un juego de religión, redes sociales y manipulación, los reclutadores, ya con los niños de su lado, se aprovechan para convencerlos de unirse al yihadismo mediante un pseudoamor y la promesa del encuentro de Dios.

Elisabeth, agobiada, y después de muchas noches en vela, logra contactar a Eloide y se da cuenta de que es una joven que ya no reconoce, por lo que decide emprender la búsqueda hasta encontrarla y recuperar a su amada hija. Para convencerla de volver a casa viaja hasta Siria.

A Astrid Whettnall, quien personificó a Elisabeth, le parece indignante que “hasta el momento no se haya visto a ningún político que diga: ‘perdón, nos hemos equivocado’, ‘perdón, tenemos que pensar en otra cosa y tratar de encontrar una nueva solución porque hemos emprendido un mal camino’”.

La actriz les hace una invitación a los colombianos y al mundo: “Tenemos que tratar de reunir a los sociólogos, politólogos, educadores, a toda esta comunidad, para tratar de proponer unas nuevas bases en la sociedad”.

Road to Instanbul muestra la realidad por medio de una secuencia lineal en la que se puede ver el día a día, y con la ayuda de planos generales, primeros planos, poca iluminación, se evidencia el suplicio de una madre que hace todo por salvar y rescatar a su hija. Es un llamado a una sociedad más humana.

Por Lucety Carreño Rojas

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