Un Óscar político

La edición número 89 de los Premios Óscar estuvo marcada por discursos y comentarios en contra de las posturas del presidente de Estados Unidos.

El Espectador
27 de febrero de 2017 - 05:30 a. m.
Un Óscar político

Una parte esencial en la historia de la entrega de los Óscar de anoche comenzó a desarrollarse el jueves pasado, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a través de sus funcionarios de comunicaciones, excluyó a los periodistas de The New York Times y de otros medios como CNN y Los Ángeles Times de una conferencia de prensa. The New York Times emitió ese mismo día un video de 30 segundos por Youtube, en el que se escuchaban frases como “la verdad es que nuestra nación está más dividida que nunca” o “la verdad es que la prensa es deshonesta”. Las últimas frases del aviso decían “La verdad es difícil”, “La verdad es difícil de hallar”. “La verdad es difícil de conocer”. “La verdad es más necesaria que nunca”, y fueron vistas por más de dos millones de personas. (Leer todo sobre la ceremonia de los Óscar 2017).

El aviso, con algunos maquillajes, fue emitido de nuevo en uno de los cortes de la transmisión de los Óscar, que estuvo de principio a fin matizada por las diferencias que los actores y directores, productores y trabajadores de la industria cinematográfica han tenido con Trump. La velada se inició con un discurso irónico del presentador Jimmy Kimmel, quien hizo un homenaje especial de Mery Streep, nominada por vigésima vez a uno de los galardones. Galería Premios Óscar 2017: alfombra roja en imágenes).

La actriz había sido la gran protagonista de los Premios Globo de Oro. En aquella oportunidad dijo: “Todos aquí pertenecemos a los segmentos más vilipendiados de Estados Unidos en este momento, piénsenlo: Hollywood, los extranjeros y la prensa”, y aclaró luego que esos grupos, precisamente esos grupos, eran algunos a los que el señor Donald Trump, de quien se había disfrazado en el 2015, había criticado durante su campaña hacia la Presidencia de Estados Unidos. “Necesitamos que la prensa con principios le pida cuentas al poder”, añadió segundos más tarde, para agregar que “cuando los poderosos usan su posición para matonear a otros, todos perdemos”. Al final, concluyó con una lapidaria sentencia: “El irrespeto invita al irrespeto, la violencia incita la violencia”.

Streep fue largamente ovacionada cuando Kimmel la presentó. Minutos antes, a su ingreso al teatro Dolby de Los Ángeles, los actores Viggo Mortensen y Lin-Manuel Miranda habían criticado con fuerza a Trump. “La Casa Blanca solía tener durante muchos años un sitio web en español, uno de sus idiomas oficiales, y cuando Trump y su pandilla llegaron lo eliminaron”, afirmó a Efe Mortensen. “No sé si se dan cuenta de que hay más de 50 millones de ciudadanos en este país que no sólo hablan ese idioma, sino que es su lengua principal. Es una vergüenza”, agregó.

Por su parte, Lin-Manuel Miranda, que lucía un lazo azul en apoyo a la Unión para las Libertades Civiles en América (ACLU), el grupo defensor de los derechos civiles más importante de EE. UU., dijo que escogió formar parte de esa iniciativa por su “importante lucha en defensa de los ideales americanos, que están siendo atacados”.

El primer premio de la noche fue para Mahershala Ali, quien se convirtió en el primer actor musulmán en obtener un Óscar por su papel de reparto como un narcotraficante y mentor de un niño en el drama independiente Moonlight. Media hora más tarde, como Mejor Actriz de Reparto fue premiada Viola Davis por su papel en la adaptación para el cine de la obra Fences. La actriz había sido nominada en 2009 y 2012, y competía este año con Nicole Kidman, Octavia Spencer, Michelle Williams y Naomie Harris.

Entre premio y premio, los discursos contra las medidas de Trump seguían cayendo. Antes de entregarle el galardón a Mejor Película Animada a Zootopia, el actor mexicano Gael García se pronunció en contra del muro que ha anunciado el presidente norteamericano en la frontera entre su país y México. A su vez, el realizador iraní Asghar Farhadi, quien consiguió su segundo Óscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa, esta vez para su filme El viajante, se negó a viajar a Estados Unidos a recibirlo en protesta contra Donald Trump. “Siento mucho no estar con ustedes esta noche. Mi ausencia es por respeto a la gente de mi país y de esas otras seis naciones a las que ha faltado el respeto la ley inhumana que prohíbe su entrada a Estados Unidos. Dividir el mundo en categorías de ‘nosotros’ y ‘nuestros enemigos’ genera miedo”, dijo en su nombre la científica iraní Anousheh Ansari, quien leyó un comunicado.

 

Por El Espectador

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