Martín Ochoteco, el amigo entrañable de los caballos

Martín Ochoteco dice que solo grabó diez capítulos para Nat Geo. / Cortesía

¿A qué vino a Colombia ahora?

Me dedico a dar cursos de domas y dominación de caballos en corto tiempo, entendiendo su lenguaje corporal y comportamiento. Además, en Colombia tengo otros proyectos de cursos y algo con redes sociales.

¿Cuándo comenzó a tener relación con los animales?

Mi padre es veterinario, pero se dedicó a las vacas y no le llamaban mucho la atención los caballos. Me gustaba estar cerca de todo tipo de animales y el amor por los caballos se dio por una iniciativa mía y no fue influencia de mi padre, ni de nadie.

¿Qué encontró de especial en los caballos?

Tuve diferentes tipos de animales. Tenía muy buena relación con todo tipo de animales, pero de repente tuve más conexión con los caballos y a los doce años comencé con la crianza de caballos. Lo hacía porque me gustaba.

¿Cómo empezó a trabajar con estos animales?

Trabajaba con unos caballos míos. Cuando estaba en un hipódromo en Buenos Aires se fueron unos domadores, entonces me ofrecen ser domador y hago la primera prueba; es así como empiezo a ser domador de caballos.

¿Cómo se dio cuenta de que podía domar los caballos sin usar la violencia?

En la época en la que empecé a criar caballos en Argentina, lo tradicional era usar la violencia física para domar a los caballos y como me gustaban los animales no se me ocurría maltratarlos, entonces buscaba otras formas de hacerlo.

¿Cómo explica su conexión especial con los animales?

Desde muy pequeño fui bastante observador y no tuve un maestro, pero estuve cerca de muchas personas de las que aprendí muchas cosas y estar cerca a los caballos también me ayudó mucho.

¿Fue fácil para usted exponer su método de domador a través de las pantallas?

Fue muy difícil y lo de Nat Geo se dio como casualidad. Nunca me imaginé hacer un programa de televisión, porque ni veo televisión, pero fue algo muy importante para mí, ya que pude mostrar mi trabajo. Me costaba mucho el tema de las cámaras y tuvieron que poner un coaching actoral para que me ayudara.

¿Cómo lo convencieron para estar en Nat Geo?

Estaba caminando por las calles de Buenos Aires y me encuentro con un amigo, entonces le cuento anécdotas de mi trabajo y le queda gustando mi historia. Luego de tres o cuatro años me llama para que hagamos un tráiler y de repente se fueron dando las cosas.

¿Cuántos capítulos realizó?

Hice diez capítulos, pero los pasan mucho desde hace seis años.

¿Le hace falta estar en las pantallas?

La gente me escribe mucho y en un momento me saturé un poco, entonces decidí retirarme de la televisión, pero me aportó muchísimo, ya que me dio mucho trabajo y me dejó muchas enseñanzas.

¿Qué ha aprendido de los caballos?

De los caballos he aprendido a ser equilibrado y a regularme, porque si no tienes eso no eres capaz de domar un caballo, además tienes que exigirte para hacer bien el trabajo.

¿Considera que se está humanizando a los caballos?

Hay una tendencia hacia eso, pero no estoy de acuerdo con la violencia ni con la humanización, porque no es un humano sino un equino; además eso trae problemas para los caballos.

¿Cuál es su sentimiento hacia los caballos?

No sé cómo definirlo, pero para mí son muy importantes y los caballos y yo tenemos una verdadera amistad.