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Colombia’s Next Top Model llega a su segunda temporada con el mismo objetivo: mostrar a los televidentes los sacrificios, las peripecias y las pruebas por las que deben pasar aquellas mujeres que desean llegar al mundo profesional del modelaje. Para retratarlo, el programa contará en 20 capítulos con una dinámica sencilla: dependiendo del desempeño de cada una de las concursantes, cada dos días será eliminada una de ellas. Habrá, en últimas, sólo una ganadora que se llevará el premio mayor: un contrato con una agencia de modelaje, $100 millones y la oportunidad de ser la portada de la revista Cromos, mientras que las cuatro finalistas serán las Chicas Águila de este año. Además, durante las distintas pruebas, se repartirán $250 millones.
Capítulo a capítulo, las concursantes se enfrentarán a dos retos entre varios: prueba de actuación, fogueo de medios, pasarela, comercial y un shoot fotográfico. En esta ocasión, los encargados de evaluarlas serán Kika Rocha, también jurado de la primera edición del reality en 2013 y productora fotográfica; Mauricio Vélez, fotógrafo, y Catalina Aristizábal, reconocida modelo y empresaria. Franklin Ramos, como en la versión anterior, fungirá como asesor, y Carolina Cruz reemplazará a Carolina Guerra en la presentación.
Este formato, réplica del estadounidense America’s Next Top Model, nombró como ganadora a Mónica Castaño en su primera edición de enero y febrero del año pasado. Una de las novedades de este nuevo ciclo son las grabaciones en exteriores: el equipo de producción de Caracol Televisión grabó en San Andrés, Amazonas, Medellín y Bogotá. “Esta segunda temporada es mucho más ambiciosa en el plan de premios, habrá mucho más dinero y más posibilidades para que las modelos tengan cómo ganárselo”, dijo Juan Esteban Sampedro, gerente de entretenimiento de Canal Caracol.
Colombia’s Next Top Model es la tercera versión del formato que se realiza en América Latina, además de Brasil y México. Sin embargo, el formato estadounidense (creado por Tyra Banks, modelo y presentadora de televisión) se ha desarrollado en 20 temporadas en diversas ciudades, entre ellas Roma, Bangkok, Ámsterdam, São Paulo, París y Tokio, y ha emitido 228 capítulos desde 2003.
El objetivo de la serie, en palabras del canal, es explorar el talento más que la belleza. No será suficiente, dicen, tener las medidas perfectas para ganar el concurso; las concursantes tampoco tendrán que someterse a hambrientas dietas para dibujar la talla deseada. El programa explora, hasta donde es posible en dicho formato (que pone la mira en la intimidad de las concursantes y sigue sus movimientos, como el ojo del Gran Hermano) los obstáculos en una carrera que, expresada en la pasarela, parece perfecta y sencilla de conseguir.
El énfasis también está puesto, como en otros realities, en los gestos, en el impacto de cada una de las pruebas sobre el cuerpo de las concursantes y sobre su ánimo. Aquellos son los modos del entretenimiento con que ha atraído la televisión colombiana en los últimos años; desde Protagonistas de novela, pasando por Yo me llamo y La isla de los famosos, hasta las numerosas ediciones de Expedición Robinson.
¿Por qué es un formato retomado por la televisión, replicado en mil formas? Las palabras de Ómar Rincón, en una columna publicada en El Tiempo en 2012, podrían dar luces sobre el caso: “Hay mucho melodrama en los personajes y sus historias, hay documental del human-planet, hay sexo-clip insinuado todo el tiempo, hay cuerpos-clip para el goce voyerista (...) y, sobre todo, hace sentir al televidente el dios que decide y la inteligencia superior que analiza: todo un procurador”.