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El rugido de Enrique Díaz

Este juglar de la música vallenata es conocido por su estilo sabanero en canciones como “La caja negra”, también grabada por Carlos Vives. Su entrevista con el periodista Ernesto McCausland se ha vuelto cultura popular y este 3 de abril se cumplen 77 años del natalicio de “El tigre de María La Baja”.

Alberto González Martínez*
03 de abril de 2022 - 03:54 p. m.
Enrique Díaz fue elegido por el festival más importante de la sabana como Rey Sabanero del Acordeón en año 1986.
Enrique Díaz fue elegido por el festival más importante de la sabana como Rey Sabanero del Acordeón en año 1986.
Foto: Cortesía: Radio Nacional de Colombia

Enrique Díaz no rugía como el rey de la selva, pero sí como el rey de la sabana. No rugía como león sino como tigre. Tenía la fuerza para interpretar el acordeón, la astucia para hablar y componer y el rugido para cantar. Fue conocido como “El tigre de María La Baja” (Bolívar), lugar donde nació, y su rugido no solo se escuchó en la sabana sino en todo el país.

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Fue elegido por el festival más importante de la sabana como Rey Sabanero del Acordeón en año 1986. Fue una noche en Sincelejo donde le ganó a Freddy Sierra, quien luego sería Rey del Festival de la Leyenda Vallenata.

“Cuando Enrique (Díaz) se presentó la gente quería tumbar la tarima de la Plaza de Majagual. Calixto Ochoa era el organizador y le dijo a Freddy (Sierra) que él quedaba para el otro año, que si no ganaba Enrique la gente reventaba todo. Él no se podía tirar al pueblo de enemigo”, asegura Jaime Díaz, uno de sus hijos.

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Otro enfrentamiento fue con Rugero Suárez. Uno más de las piquerias entre juglares de la música vallenata. Pero esta fue distinta. Ambos sacaron canciones ofensivas, pero no fue una disputa real, sino una estrategia entre los dos para subir el prestigio de este último. El pueblo luego se dio cuenta.

Sin embargo, muchos coinciden en que no le interesaba la fama y decía que la de Shakira era mentira porque no la escuchaba sonar en las cantinas. Tenía buen sentido del humor, era ocurrente y decía lo que primero que se le pasara por la cabeza. Un periodista lo quería entrevistar para el canal Telecaribe y se contactó con un amigo en común.

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─Vamos a tomarnos una botella de Old Parr con un tipo grandotote, le dijo el amigo a Enrique Díaz.

─Vamos pue’, porque a mí entrevista con pelaos no me gusta, respondió.

El periodista era Ernesto McCausland. Díaz no tenía idea de quién era. Pero la gente sí. En su momento fue un éxito. Hoy lo sigue siendo. En redes sociales circulan fragmentos de ese jocoso momento donde el juglar respondía con la autenticidad que lo caracterizaba. Hoy hace parte la cultura popular del Caribe.

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─Cuando me pongo a tomar escucho a Alejo Durán, Luis Enrique Martínez, Abel Antonio Villa, la música la música gruesa. Y después de esa viene la ranchera de Antonio Aguilar.

─¿Y esa es la más gruesa o la menos gruesa?, preguntó Ernesto McCausland.

─Esa es la más gruesa, responde Díaz con algo de sorna.

─¿Y la más delgada?

─Esa que cantan esos peladitos de ahora ─se ríen─. A mí me gusta, pero pa’ mí es delgadita.

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La caja negra y la muerte

Su música también era gruesa como su rugido, que se escuchó en las 381 canciones grabadas y 35 álbumes que se compendian en la plataforma de música Spotify. Aprendió a tocar el acordeón con la música de Andrés Landero y Luis Enrique Martínez, pero fraguó su propio estilo.

Uno de sus principales éxitos fue “La caja negra”. Una canción que ya había sido grabado por uno de sus referentes: Luis Enrique. Era también su amigo. El rey vallenato Julio Rojas lo asegura en una crónica de su autoría publicada en El Heraldo. Su hijo Jaime también.

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─Él me dijo que fue a Fundación (Magdalena) y se lo encontró en un billar. Le dijo que le grabara la canción en una grabadora para aprendérsela. Comenzó a tocarla, la mostró en una grabación y el productor le dijo que la grabara.

“El hombre que trabaja y bebe/déjenlo gozar la vida/que eso es lo que se lleva/si tarde temprano o muere/Después de la caja negra, compadre/creo que más nada se lleve”.

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La canción fue éxito y Luis Enrique Martínez lo felicitó por la interpretación de ese tema escrito por Rafael Valencia. Llegó a ser grabada también por el samario Carlos Vives en 2009 en “Clásicos de la Provincia II” y por Poncho Zuleta con el acordeón de Julio Rojas y el de Chiche Martínez. Una canción que habla de la vida parrandera y la muerte.

Los ricos y las mujeres

Peter Manjarrés también hizo una versión de la canción “El rico cují”, grabado por su rugido y de la autoría de Segundo Mendoza. Fue en el primer volumen del álbum “Solo Clásicos” lanzado en 2008. Tema que también fue grabado por Dagoberto “El negrito” Osorio.

“Ese rico cují no puede tener virtud/con la gripa que tiene toma raíces a anamú/Le dijo a la mujer que por si acaso se muera/lo vele con mechones pa’ que no gasten las velas”.

Por su condición de campesino le gustaba cantar temas en contra de los terratenientes. Otra canción que grabó con esa temática fue “El rico pobre”, donde también hace referencia a este tema y a las mujeres. Ellas también hicieron parte de su reportorio musical. “El mujeriego” fue otro tema de su autoría.

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“El que no bebe se muere/y el que bebe también/por eso Enrique sí bebe/y mujerea también”.

Tuvo más de cinco esposas y ocho hijos. Otra mujer importante en su vida fue su madre, Martina Tovar. Su primer acordeón se lo regaló ella. Vio que le sacaba melodías al instrumento de un trabajador y este luego no se lo quería dejar tocar. Antes, ya sacaba melodías con una armónica. Ahí comenzaron los primeros rugidos de este juglar.

Los medios regionales y nacionales anunciaron su muerte en septiembre de 2014. Dejó recuerdos, anécdotas, canciones, entrevistas y su rugido. Dejó muchas cosas. Él solo se llevó “La caja negra”.

*De la Fundación Color de Colombia.

Por Alberto González Martínez*

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