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Rosario Flores

A la cantante española le gusta soñar pero no tiene amores platónicos; escribe canciones pero no cartas, y no se arrepiente de nada.

El Espectador
22 de octubre de 2008 - 12:22 p. m.

Una parte de ti.
Mi música. ¿25 años no son nada?
No son nada.

¿A qué sabe el flamenco?
A arte.

Una herencia de su madre.
Mi ser entero.

¿Dónde está la música?
En todas partes.

Un legado de América Latina.
Definitivamente, el son.

¿A qué dedica tantas horas de avión?
Dormir, leer, pensar...

Un compañero de viaje.
Alguien que me quiera.

¿Cuál es el ritmo de su vida?
Tranquilo.

¿Qué la inspira por estos días?
Me inspira la vida.

¿Dónde está la llama gitana?
En el saber sentir.

La voz de la experiencia.
La edad.

Un recuerdo feliz.
El nacimiento de mis hijos.

Qué la hace llorar.
La injusticia.

Su principal motivación.
La vida.

Un amor platónico.
No tengo.

¿Cómo se lleva con las cámaras?
Depende de qué cámaras.

¿Qué instrumento quiso aprender y no pudo?
Quizás la guitarra.

Su melodía favorita.
Cualquiera que me haga sentir.

¿Llegó la hora de los homenajes?
Nooooo.

Un maestro.
Gandhi.

Una lección.
Muchas aún por aprender.

Una pócima para combatir la tristeza.
Estar con mis hijos.

¿De qué está hecha su música?
Está hecha de sentimientos.

¿De qué se arrepiente?
De nada.

Un dinero mal gastado.
El mundo está lleno de dinero mal gastado.

¿Y uno bien gastado?
El que se comparte.

¿A quién le escribe cartas?
No suelo escribir cartas.

Un ritual para salir a escena.
Les pido a mis ángeles que me acompañen.

Su mayor placer.
Estar con mi gente en mi casa.

Un pecado.
Muchos.

Su mayor extravagancia.
No soy extravagante.

Una voz femenina.
Lola Flores.

Una canción que siempre le gusta escuchar.
Son muchas.

El amor de su vida.
Mis hijos.

¿Qué es lo que más le gusta de Colombia?
Me encanta su ritmo.

No se quiere morir sin...
Vivir la vida.

Una fiesta inolvidable.
Uff, qué difícil, hay muchas.

Cuando está de viaje ¿qué es lo que más extraña?
Mis hijos.

¿Dónde está el cielo?
En los niños.

¿A quién le reza?
A Dios.

Un escenario en el que sueña con presentarse.
Cualquiera que quiera recibirme.

Su mayor debilidad.
Mi fragilidad.

¿Cómo la enamoran?
Con sinceridad.

¿A qué le teme?
Al mal del hombre.

Un paraíso terrenal.
Mi casa en la playa.

¿Dónde radica el encanto femenino?
Pues, la verdad no lo sé.

¿A quién le pediría perdón?
A cualquiera que se haya sentido dañado por mí.

Un secreto para estar bella.
Estar feliz.

Por El Espectador

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