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Conformado en 2012, El Caribefunk continúa el trabajo para consolidar un proyecto independiente sostenido por cuatro trabajos discográficos, giras internacionales y la búsqueda de nuevos sonidos en cada recorrido por el mundo. Llegan a Colombia, su país natal, en mitad de un tour que los ha llevado en los últimos cinco meses a Europa, Estados Unidos y México.
El dúo, conformado por Funkcho Salas y Andrés Mordecai, prepara un nuevo álbum que espera lanzar en todas las plataformas digitales en 2020. En diálogo con El Espectador, Funkcho, voz principal, habla de los países que siguen y sobre cómo han construido una “red de amigos” que los reciben en los lugares a los que viajan y que es parte fundamental de un proyecto musical independiente.
Vienen de una gira de varios meses por Europa, Estados Unidos y México, ¿qué les deja ese periplo?
Es un buen balance. Fuimos a ciudades a las que nunca habíamos ido antes, como Praga, Lisboa o Milán. Allí no sabíamos cómo podía salir todo, no conocíamos a nadie, pero el resultado fue grandioso. Milán, por ejemplo, nos sorprendió. Llegamos más establecidos a nivel musical y generamos una interdependencia entre Andrés Mordecai, mi compañero, y yo y sentimos que hubo un fortalecimiento. En los conciertos se sentía una vibra muy especial y se escuchaba muy bien el formato de dúo. Sentimos que hay un impacto en el público cuando ven que dos personas suenan como 10, la gente se llena de mucha alegría. Aprendimos en esta gira que somos creadores de buena vibra, gestores de energía positiva.
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¿Cómo fue el recorrido?
Estamos de gira desde marzo, ahora llegamos a Colombia y seguimos hasta noviembre. Estuvimos en Portugal, Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Austria, Italia, Suiza, República Checa, Estados Unidos y México. Ahora, después de Colombia, iremos a Uruguay, Argentina y Chile.
¿Cuál es la clave para que una banda independiente tenga un alcance tan internacional?
Lo más bonito de todo es la amistad. Hemos intentado trabajar con empresas y agencias para hacer lo mismo y no se logra, porque, obvio, hay una mirada puesta en lo más inmediato que es "cuánto me voy a ganar", se preguntan si realmente la propuesta va a generar dinero. En eso cae mucha gente y es como una jaula, nosotros hemos llegado motivados por otras cosas y hemos encontrado muchos amigos. Caribefunk nació en un hostal y gracias a la dinámica de estos lugares hemos juntado amigos de todas partes del mundo que han hecho la apuesta por nosotros. Es una apuesta de colaboración pura.
¿Cómo sigue siendo ese contacto en ciudades a las que nunca han ido antes, en las que no saben a ciencia cierta si hay público para el proyecto?
Creo que nosotros somos conscientes de que llevamos siete años juntos, pero también de que nos tenemos que renovar todos los días y que nuestro año de inicio es hoy. El paradigma de basarnos en la experiencia está bueno, pero entendemos que no hay nada escrito porque los tiempos van cambiando y el panorama frente a una situación determinada es único. Por ejemplo, existe un lugar como Brasil, a donde nunca hemos ido, pero tenemos muchas expectativas y la única forma de tantear es con la gente de Brasil que ha ido a nuestros conciertos alrededor del mundo. Nos empezamos a conectar con la gente. Pasa lo mismo con Venezuela, a donde nunca hemos ido, pero siempre nos encontramos con venezolanos. Estoy seguro de que si vamos a Venezuela podremos generar algo, porque es un lugar del Caribe que nos ha influenciado.
Nos hemos encontrado que la música está articulada en todas las formas, de que tenemos una influencia marcada de los árabes, del norte de África. Por supuesto de España. En el Caribe confluye casi todo porque se dio un encuentro universal de culturas. Nos parecemos en formas de escribir y el bongó se empieza a parecer a instrumentos hindúes o árabes. Empezamos a ser más abiertos y más conscientes de otros tipos de música. Para el nuevo disco vamos a incorporar mucho la música dominicana, vamos a tener canciones con merengue y vamos a invitar a artistas dominicanos para que graben. También queremos resignificar la cumbia, que no la teníamos incluida sino por pedazos en las canciones, igual pasas con el vallenato.
Contexto: El funk se toma el Caribe colombiano
¿Qué significa volver a Colombia en la mitad de un trabajo tan largo como una gira musical?
Siempre se dice que nadie es profeta en su tierra, pero sentimos que ese paradigma se rompe en parte con nosotros. Colombia se ha conectado mucho con la música que hacemos. También regresamos porque siempre hace falta la tierra, la familia, y es un punto de aterrizaje, para ver a los amigos que queremos. En 2020, Colombia va a tener un lugar en nuestra agenda en el primer y en el segundo semestre. Es el país más importante de nuestra gira.
¿Cómo han sentido el cambio de pasar de ser cuatro a dos en la banda?
Ha sido difícil en varios aspectos porque siempre se extrañan los otros dos integrantes, que eran personas que añadían otros ingredientes. Pero también hay algunas ventajas, por supuesto logísticas, a festivales por los costos. También hay algunas facilidades para tomar decisiones. Si vamos a tocar en una esquina, es esperar que alguno de los dos diga que sí, y por lo general nos convencemos. Eso da un poco también de libertad.
Hay gente que de pronto está reacia, sobre todo los que conocieron el proyecto antes, pero cuando tocamos en los conciertos la gente cambia, es una cuestión de prejuicios, de preconcepto, de una nostalgia. Hasta ahora, la reacción ha sido buena y hemos tenido, con el nuevo disco "Tunsé", las puertas abiertas a nuevos públicos. Estamos contentos con eso y, por supuesto, leemos los comentarios que preguntan en dónde están los otros dos, pero siempre los esperamos en los conciertos para que se dejen abrazar por la música.
¿Cómo funciona ese trabajo entre músicos independientes, que hacen colaboraciones, que comparten mutuamente la música a través de las redes sociales, en los conciertos, y que hacen cosas por fuera de una hegemonía y de lo que se conoce como la industria de la música?
Confío mucho en el trabajo en colaboración, en la colectividad, en ese acto en que dos artistas hacen música para ver si funciona, desde la sincronía, la sintonía. Los dominicanos que estarán en nuestro próximo disco se llaman Yasser Tejeda & Palotré, que son una banda muy "undeground", de Nueva York, tienen 10 años tocando y sacaron recientemente un nuevo disco y fueron influencia anteriormente. La canción "Cirilo", de nuestro segundo álbum, fue inspirada al verlos a ellos. Me encantaron y luego los conocí en España y allí tuvimos la dicha de compartir.
¿Qué papel han tenido las plataformas de música, como Spotify o Deezer, en la promoción de los proyectos independientes?
Han sido una gran bendición para los artistas de hoy. En el mundo de antes mandaba la “payola”, la emisora, el comercial. Mejor dicho, había que gustarle a una sola persona, que era el filtro. Estas plataformas son como una especie de democracia abierta en donde uno presenta su música y a quien le gusta y se identifica, la abraza. Esas plataformas nos dan mucha fuerza para existir como banda y conectarnos con la audiencia.
¿Hay alguna fecha contemplada para el nuevo álbum?
El que viene ya será el quinto álbum y esperamos lanzarlo en marzo de 2020.
:::Las fechas de Caribefunk en Colombia:::
Bogotá: 4 de septiembre – Latino Power Calle 58 # 13-88,
Medellín: 5 de septiembre – Bolívar Calle 10 #40-30
Cartagena: 6 de septiembre – El Patio Getsemaní Calle 30 #9-43
Barranquilla: 7 de septiembre - Bourbon St. Cra 53 #79-141