Una abanderada de la canción francesa

¿Cómo fueron sus primeros pasos en el mundo de la música?

Vivía en un pequeño pueblo en el sureste de Francia, al lado de Tolón. Allí, desde muy pequeña, canté a capella en las reuniones de familia y en la calle. Adoro la música y la danza, por eso, después de obtener mi título de bachiller, decidí volverme cantante profesional.

Estuvo en concursos de televisión. ¿Qué le enseñó esa experiencia?

Fue algo muy bello que me dio la oportunidad de aprender todo lo que se debe y no se debe hacer en mi profesión. También me permitió entender cómo se debe mantener una relación con los medios y, sobre todo, me permitió encontrar a muchas personas que fueron cruciales para convertirme en una profesional.

Ha encarnado a Piaf en distintas obras. ¿Cómo fue la primera vez?

Desde muy temprano me encantaban las canciones de Piaf y un día me hablaron de una audición para París, el espectáculo. Se trata de un show que gira en torno a las grandes figuras de la canción francesa y allí fue donde me asignaron por primera vez el papel de Edith Piaf.

¿Ese show la llevó al protagónico de la obra que presentará en Bogotá?

Sí. En las primeras presentaciones, al productor Gil Marsalla le encantó mi interpretación de las canciones de Piaf y me preguntó si querría trabajar con él. Estaba buscando una cantante para el espectáculo oficial, que serviría para conmemorar el 100° aniversario de la cantante. Acepté, y muy feliz por haberlo hecho.

¿Cuando empezó a escuchar la música de Edith Piaf?

Fue mi abuela quien me mostró a los cuatro años los discos viejos de Edith Piaf. Fue ahí que escuché la primera vez Hymne a l’Amour y quedé marcada por la potencia de su voz punzante y única tan pronto escuché la canción.

A nivel técnico, ¿qué es lo más difícil de interpretar sus canciones?

Todas son muy difíciles, porque exigen darlo todo. Tu alma y corazón tienen que estar en el escenario para poder estar a su altura sin llegar a hacer una imitación. Para mí eso es muy importante porque está claro que se trata de una cantante que no se puede reemplazar.

“Piaf” ha estado en más de 30 países. ¿Cómo ha sido recorrer el mundo con la obra?

Es fantástico poder viajar gracias a tu profesión y cruzarse con público del mundo entero. La acogida siempre ha sido maravillosa y nos da muchísimo gusto poder llevar la vida de Piaf a todo el mundo. En América del Sur adoran a Edith Piaf, así que experimentamos una gran gratitud siempre que venimos aquí.

Después de tantas funciones, ¿cambió su visión sobre la vida de Piaf?

Cantaba este tipo de repertorio desde hace muchos años, pero la obra me permitió encontrarme con personas como Charles Dumont, Ginou Richer y Germaine Ricord, que conocieron a Piaf y que aún siguen vivas. Ellos, al igual que los videos con los que estudiaba, me ayudaron a entender la vida de Piaf mucho mejor.

Entre esas personas está Germaine Ricord. ¿Cómo fue conocer a una amiga tan cercana de Piaf?

Conocer a personas que habían estado con ella fue central para interpretarla mejor en el escenario. Germaine conoció a Edith de 1957 a 1960 y mi productor me la presentó para preguntarle su opinión respecto al proyecto artístico que estábamos haciendo. Fue una forma de pedir su bendición, y así pasó.

¿Qué es lo que más admira de la cantante que interpreta?

Adoro su carácter fuerte, muy poderoso. Cuando decía no, era no y cuando estaba decidida a hacer algo, lo hacía sin importar lo que pasara. Fue sin dudas un personaje único.

¿Qué viene para su carrera después de este espectáculo?

Por ahora el plan es seguir de gira por el mundo entero, por lo menos hasta 2019. Tengo otros proyectos que estoy preparando por mi cuenta, pero, ante todo, quiero seguir cantando siempre.