'Apunto a donde está mi intuición'

La actriz y cantante caleña es una de las personalidades públicas más queridas del país. Este año lanzó un nuevo trabajo discográfico llamado 'Bailarina', en el que, dice, está su firma desde el primer hasta el último sonido.

El Espectador
16 de noviembre de 2012 - 09:23 p. m.
A propósito de los usuarios que la atacan en las redes sociales, Margarita Rosa de Francisco dice que “los desgraciados también tienen derecho a opinar”. / Raúl Higuera
A propósito de los usuarios que la atacan en las redes sociales, Margarita Rosa de Francisco dice que “los desgraciados también tienen derecho a opinar”. / Raúl Higuera

¿Qué relación tiene el nombre del disco con su infancia?

Mucha, pues de niña estudié ballet en el conservatorio, pero además soy bailarina por “caleñez”.

Y si no hubiese sido ‘Bailarina’, ¿qué nombre hubiera elegido?

Tal vez Música para las cosas.

Muchas veces señaló que en este disco desnudó su cuerpo y alma. ¿A qué le apuntaba con esto?

Siempre apunto a donde está mi intuición, y ahora más que nunca me dejo guiar de ella sin dudar. En esto radica la desnudez del sonido de este disco, apoyada por la estética visual de la cubierta y del video que presenté como un “saludo” de bailarina.

¿Qué puede esperar quien escuche su nuevo álbum?

Mezcla de ritmos brasileños, cubanos y colombianos, una voz sin vestiduras, melodías como hilos de agua y armonías con un poco más de “peligro”.

¿Qué la motivó a hacer un video en el que se desnuda?

Las imágenes de unas fotografías que me había tomado mi novio Will van der Vlugt. Quería ver esa figura fantasmal en movimiento, como saliendo de un sueño. Ambos tuvimos la sensación de que teníamos que filmar esa atmósfera y Canción para las cosas se posesionó de ese video ella solita.

¿Qué hace único a este nuevo trabajo discográfico?

Que tiene mi firma desde el primer hasta el último sonido.

Tardó mucho tiempo haciendo este disco. Después de todo, ¿cómo ve el resultado final?

Me encanta. Me siento a oírlo sola en mi casa y digo: “No será perfecto, pero este sonido tiene todo que ver conmigo”.

¿Cómo calificaría este momento de su carrera artística?

Me mantengo en un constante proceso de aprendizaje, como si estuviera empezando.

¿Qué decirles a los que la atacan por Twitter?

Los desgraciados también tienen derecho a opinar.

¿Se considera un personaje polémico?

Me considero una persona muy consentida por mi país, al que le debo todo lo que he logrado profesionalmente. Siempre que me arriesgo a hacer algo nuevo siento mucho más respaldo que voces en contra.

¿Alguno de los personajes que ha caracterizado se parece a usted?

Todos los personajes que he caracterizado arrancan pedazos de mí, por eso me les parezco.

¿Qué la obsesiona?

Ensayar. Cuando estudio un personaje, ensayo mil formas de decir la escena; cuando voy a cantar, quisiera ensayar todos los días con los músicos. Quiero que el azar me agarre bien “ensayada”.

¿Algún reto pendiente?

Cantar mis canciones con alegría, relajada, y quitarme tanto afán de perfeccionismo.

¿Se siente más cómoda como presentadora, actriz o cantante?

Desde niña me ponía como loca actuando y cantando. Eso siempre ha sido lo mío. De presentadora no tengo sino el golpe de la suerte.

¿Por cuál personaje le gustaría que la recordaran?

Que cada quien se acuerde o se olvide del que quiera.

¿Volvería a ser reina de belleza?

¡No! Si acaso reina de mis propios infiernos.

¿Qué le quedó de la “Niña Mencha”?

Me quedó la certeza de que si no estudiaba como Dios manda me iba a quedar actuando así.

El mejor día de su vida.

Los domingos por la mañana. Desayuno y lectura, nada mejor.

Mejor arriba o abajo.

Arriba y abajo es lo mismo en este mundo al revés.

¿Qué es lo más caleño que tiene?

Lo bailarina.

Lo que nunca haría.

Meterme a la política. Hay que mentir todo el tiempo.

La peor pregunta que le han hecho.

“¿Qué quiere que diga su epitafio?”.

¿Qué siente al recordar esos días cuando su padre cantaba en las fiestas?

Siento todavía más admiración por ese señor con todas sus letras que es mi padre, que sembró en mí la pasión desmedida por la música.

¿Ha peleado con usted misma?

Claro, muchas veces, aunque cada vez menos. Pero sí me ha provocado dejarme tirada hasta que se me pase la pataleta.

¿Con quién no le gustaría encontrarse en un ascensor?

Lo único que le puedo decir es que si se traba el ascensor esa persona querrá jamás haberse encontrado conmigo.

Por El Espectador

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