Arnulfo Valdivia, embajador con picante

Arnulfo Valdivia, embajador de México en Colombia, lleva ocho meses en nuestro país. En su juventud suspiraba por Verónica Castro y Paulina Rubio. / Gustavo Torrijos - El Espectador

Foto: GUSTAVO TORRIJOS

Es la fecha del grito de independencia mexicano, ¿cómo celebrará la Embajada?
Vamos a tener una gran verbena popular, una kermés. Queremos que los niños colombo-mexicanos puedan conocer la tradición mejicana.

Uno de los requisitos del cargo es conocer muy bien el país de origen, ¿conoce todo México?
Se tiene que empezar desde temprano. He tenido la fortuna de conocer prácticamente todo México, mis padres decían que antes de recorrer el mundo tenía que conocer mi país. Solo hay un estado que no conozco, Durango.

¿Le molesta que se hable de la colombianización de México?
Ojalá México se colombianizara y Colombia se mexicanizara, pues son muchas nuestras coincidencias. Me encantaría que México se colombianizara más en las tasas de crecimiento económico y que Colombia se mexicanizara en el desarrollo de la infraestructura, por ejemplo.

Se graduó en cine hace aproximadamente una década, ¿qué lo impulsó a estudiar esa carrera?
Mi padre era productor de cine. Su nombre real era José Isabel Valdivia, pero su nombre artístico era Arnulfo el ‘Gordo’ Delgado. Él fue inmigrante indocumentado en EE.UU. Empezó como basurero en San Francisco y luego empezó a llevar artistas mexicanos y a crecer como empresa. Hizo 26 o 27 películas.

¿Qué ha hecho como cineasta?
Hice cortometrajes y alguno de ellos ganó premio por fotografía en Italia por el año 2003 o 2004. Después, no hice demasiado. Quisiera concluir mi vida haciendo cine.

Una actriz por la que suspiraba en su juventud.
Por todas (risas), soy muy querendón. Me encantaba Verónica Castro y ya después Paulina Rubio, pero ni una ni otra (risas).

Mejor actor de cine.
Al Pacino, Demián Bichir, Daniel Giménez Cacho y Cantinflas, que podía hacerte reír o llorar en cuestión de dos segundos.

Película favorita.
Su excelencia, de Cantinflas, las de Pedro Infante, y Amores perros me marcó mucho.

Una ciudad que recomiende por su gastronomía, y un plato.
Puebla y el mole, Mérida con su cochinita pibil y Oaxaca con su mole negro.

¿Cómo le va con el picante en Colombia?
Me encanta el picante en todas sus manifestaciones, pero he aprendido a comer sin chile, con frecuencia se pierde el sabor de la comida.

¿Qué extraña de México?
Las cosas más simples, como pasar una tarde con mi familia.

De los restaurantes de comida mexicana en Bogotá, ¿cuál le gusta?
He ido a varios y no puedo decir que uno me guste más que otro, entre esos, La Casa Mexicana, Taco In, Órale Güey, La Fonda Mexicano, El Agave Azul.

¿Rancheras o vallenatos?
Depende de la hora de la noche (risas), me he estado volviendo muy afecto al vallenato.

¿Tequila o aguardiente?
Me gusta mucho el aguardiente, pero definitivamente tequila.

Una canción que le mueva las fibras.
Sabes una cosa. Me gusta muchísimo la música de mariachi, hasta para hacer deporte, y también la canto.

¿Qué tienen los colombianos que no saben aprovechar?
Tienen todo para ser uno de los mejores países del mundo, solo necesitan darse cuenta.