¿Qué tienen los lugares Candeal y Salvador de Bahía que los hace tan especiales para usted? ¿Son importantes tan sólo por ser su sitio de nacimiento?
Bahía tiene una energía especial que es diferente del resto del mundo. Se trata de una ciudad muy musical y artística. Tengo que quedarme aquí para mantenerme conectado con mis raíces, mi cultura y mi familia. ¡En Bahía es donde recargo mis pilas!
¿Qué recuerda de su paso como músico de la banda Acordes Verdes, liderada por Luis Caldas?
Fue muy buen momento, y lo recuerdo especialmente porque tuve un gran maestro a mi lado.
¿Fue fácil o difícil establecer los vínculos entre el reggae y la samba? ¿Cómo llegó a encontrar ese sonido tan particular?
Me gusta escuchar todos los tipos de música, de diferentes ritmos. Además, me gusta hacer asociaciones con otros cantantes. Creo que la música es del colectivo.
¿Cómo fue la experiencia de hacer música con Caetano Veloso, uno de los máximos referentes de la música brasileña?
Fue encantador. Caetano es un genio. Yo tengo mucho que agradecerle, porque a través de él es que yo tuve mi primera canción conocida: Meia lua.
¿Cuál fue el propósito cuando fundó el grupo Timbalada. Qué expectativas tenía entonces?
Eso fue a finales de los años 80. Timbalada no es una institución, es una entidad espiritual. Queríamos llevar el timbau (un instrumento de percusión) a un contexto social de acercamiento, porque en Brasil era un instrumento de marginación. Timbalada no tenía solamente la intención de escandalizar, sino más bien de reanudar la cultura de Angola en Bahía.
Para el público que lo sigue son muy importantes sus primeros discos, ‘Alfagamabetizado’ y ‘Omelete Man’, ¿para usted también tienen una importancia particular o son como cualquier otro disco?
Tengo cariño por todos los trabajos. Sin embargo, estoy muy agradecido con Alfagamabetizado. Con él yo tuve la consolidación de mi carrera como cantante. Fue mi primer CD solo. Además, Alfagamabetizado entró en la compilación 1.001 discos para escuchar antes de morir, lanzado a nivel mundial, que reunió a los críticos musicales más importantes del mundo durante la década de los 90.
¿Qué recuerdos tiene de Tribalistas, con Marisa Monte y Arnaldo Antunes?
Tribalistas nunca terminó. Seguimos haciendo música juntos, pero registramos sólo individualmente o le ofrecemos a un amigo que nos pide composición. Nosotros somos hermanos.
¿Qué sintió cuando vio por primera vez el documental ‘El milagro de Candeal’?
Fue muy gratificante, porque la película retrata la vida de mi comunidad. Quedé muy contento después de que El milagro de Candeal ganó en 2005 el Goya, en España, a la Mejor canción original (Zambie mamet).
¿Para usted es distinto grabar en los estudios de Candeal que en cualquier otro estudio del mundo?
Claro. Candeal es mi casa, mi cultura. Es donde me siento cómodo.
¿En qué momento personal surge su trabajo ‘Adobró’?
Creo que he conseguido en Diminuto y Adobró algo que estaba procurando: en Diminuto, muestro todo mi lado ‘cancionista’, que es lo que más me gusta, valorando la letra; cada pedazo del álbum es especial y me llegó con una inspiración de algo superior. Aquí hay sambas, boleros, es una especie de recital de poesías. En cambio Adobró es un CD bailable, de raíz brasileña, en el que yo exploro una musicalidad marcada por el ritmo.
¿Cuál será el repertorio de sus conciertos en Colombia, en sus presentaciones en Bogotá y Cartagena?
El repertorio tanto para Bogotá como para Cartagena tiene canciones de los dos últimos trabajos discográficos (Adobró y Diminuto) y otros interpretaciones que han marcado los más de 30 años de carrera musical. Dentro de este grupo tocaré canciones como A namorada, Não é fácil y Argila.
¿Qué proyectos tiene ahora?
Creo que aún tengo mucho por hacer. Sigo en busca de nuevos proyectos, nuevas composiciones y nuevos desafíos. La práctica de la donación es necesaria, es una manera de dar al mundo lo bueno que viene a la mente.