Hace poco el dominio colombiano .CO superó los dos millones de registros. ¿A qué atribuye este logro?
Creo que parte de su éxito está en que el dominio .CO está muy bien posicionado en las actividades comerciales, además de que es muy fácil ubicarlo en internet, porque está claro .CO se refiere a Colombia, lo que genera un sentido de pertenencia, pero también es una sigla que puede significar company o cooperación, lo que la hace más asequible.
¿Cuáles serían las recomendaciones para la construcción de un sitio web?
El nombre puede tener características que comuniquen la actividad que se realiza o quién soy o dónde estoy, lo cual debe ser de fácil recordación. Si se trata de una cuestión comercial necesito identificar qué clase de sentimientos quiero que ese nombre exalte en la persona cuando lo escuche. Por eso es necesario que le dediquen tiempo al nombre, porque si no se invertirá más dinero en tratar de llegar al público.
¿Podría indicar qué sectores de la economía han accedido en los últimos cinco años a la creación de páginas web?
En Colombia los colegios, el Gobierno, el comercio, la industria usa .co y .com.co. En este caso nos estamos moviendo como se mueve la economía del país. Hay mucho más actividad comercial que organizaciones del Gobierno. Fuera de Colombia el sector del emprendimiento digital está interesado en nuestro dominio para llegar al público.
¿De qué manera ustedes como administradores de dominios han colaborado en casos como el cibercrimen?
Difícilmente podemos ser veedores, porque no hacemos control de los contenidos que se montan en internet. No obstante, en algunas ocasiones, le pedimos al registrante de ese dominio que revise su sitio web porque se está haciendo un uso indebido, de acuerdo con los términos del contrato, en el que se menciona que no se puede hacer uso con fines ilegales. En muchas ocasiones son páginas que han sido hackeadas para crear micrositios. Asimismo, trabajamos con organizaciones internacionales especializadas en perseguir la actividad maliciosa o de pornografía infantil, a ellos reportamos los casos más graves.
Así las cosas, ¿cuál cree que es su mayor responsabilidad al frente de la venta de dominios en nuestro país?
Creo que lo primero es asegurarme de que estamos acogiendo las mejores prácticas internacionales de interacción del nombre de dominio con internet, es decir, que estamos verdaderamente acoplados a esa red y de cómo hacemos para que tengamos un espacio de internet más confiable y más cómodo para las personas.
¿Qué tipo de páginas son las que más le gusta consultar?
Me gusta mucho las páginas que están relacionadas con la coordinación de los recursos de internet. También hay algunos sitios dedicados a la gobernanza de internet, que nos ayuda a comprender cómo internet sirve para el desarrollo. En cuanto a gustos personales, me gusta seguir de cerca la página de la Asociación de Golfistas del PGA.
Y si tuviese la oportunidad de crear un sitio web personal, ¿qué temas trataría allí?
El golf, porque es el deporte que practico. Otro tendría que ver con la comida; un espacio en el que la gente pueda sugerir lugares dónde comer, y ahí mismo habría un espacio para socializar y conocer más gente.
Eso quiere decir que le va bien con las redes sociales.
No, soy malísimo. Utilizo Facebook, pero no he podido con los 140 caracteres de Twitter y con su inmediatez. Instagram no tengo, ni siquiera lo he instalado.
Además del golf, ¿de qué otros pasatiempos disfruta?
Confieso que me gusta mucho comer, por eso me fascina probar en diferentes sitios. De hecho, hace poco probé la comida molecular y me gustó la experiencia de que te vendan sensaciones. También disfruto departir con algunos amigos sobre libros. Cada mes discutimos sobre uno en específico y con ellos también nos reunimos los lunes en la noche para salir a bailar.
¿Y cuál fue el último libro?
“Del color de la leche”, de la escritora británica Nell Leyshon, que habla sobre el maltrato a la mujer, pero sobre todo en la mujer campesina. Creo que volvería a leerlo.
Una experiencia inolvidable.
Cuando visité Capadocia, allí tuve la oportunidad de viajar en globo, algo que ya no se puede hacer por temas de seguridad. También me gustó probar los mejillones rellenos turcos.
Un sueño.
Tener más tiempo para compartir con mi esposa, sin necesidad de dejar de trabajar. Llevo trabajando desde el año 98 en la promoción e implementación de internet tanto en Colombia como en Perú, donde fui gerente de la Red Científica Peruana. Por eso sería genial un año sabático, para poder conocer otras culturas.