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El sastre que salva vidas

Aunque la nueva línea blindada para niños, luego de la masacre de Connecticut (EE.UU.), le ha ganado algunos críticos, Caballero dice que es “parte de la solución” .

El Espectador
13 de enero de 2013 - 09:00 p. m.
Miguel Caballero, quien bautizó su empresa con su nombre, ofrece todo tipo de productos para seguridad. / Luis Ángel
Miguel Caballero, quien bautizó su empresa con su nombre, ofrece todo tipo de productos para seguridad. / Luis Ángel

¿Cuál ha sido la respuesta de las personas luego del lanzamiento de la línea para niños?

Nosotros tuvimos una idea a mediados de diciembre, hicimos los prototipos y desarrollamos los diseños. El primer lote saldrá en febrero, pero la noticia se filtró a los medios y no nos han dejado ni si quiera hacer el lanzamiento cuando todo el mundo ya está hablando de eso.

¿De dónde nace la idea de hacer una línea para niños?

En el año 2011 nos estuvieron escribiendo de Hong Kong para solicitarnos productos de niños, pero nos negamos a hacerlo. Luego de la masacre de Connecticut nos llegaron muchos correos electrónicos de padres norteamericanos que estaban angustiados y querían que nosotros les diéramos una solución.

¿Por qué se negaron en principio a hacer esta línea?

Porque creímos que los niños estaban alejados del problema. Sin embargo, lo que me hizo reaccionar fue un correo de un padre estadounidense desesperado, en el que me pedía una solución porque le daba miedo mandar a su hijo al colegio.

¿Cómo es que se le ocurren esos productos?

Tenía en la cabeza que íbamos hacer un producto para niños. Un día me fui a mercar y me paré en la sección de morrales y mochilas y ahí se me ocurrió y el resto de la idea la desarrolló mi esposa, que es la creativa del área de investigación y desarrollo. Y que está más loca que yo.

¿Cuáles son los productos o prendas que componen la colección?

Uno es un chaleco de invierno, el Best Bag, que es un morral y un chaleco unidos, ambos blindados, un chaleco de uso interior y un chaleco de dotación para que en las escuelas en el momento de un agresión la profesora les dé la indicación a los estudiantes de ponérselo.

Usted también es padre de familia. ¿No le preocupa que su empresa tenga que incluir dentro de su portafolio productos para niños?

Yo no estoy preocupado, porque yo no genero la guerra, yo genero la solución. El problema no está en Colombia ni en Latinoamérica, el problema está en Estados Unidos. Eso no quiere decir que estoy de acuerdo con lo que pasa, pero en la industria de la seguridad el 90% es prevención y el 10%, reacción.

¿No ha recibido críticas por su trabajo?

De 900 correos, dos me han regañado. Y de esos dos uno viene de un resentido social que no tiene nada que hacer y el otro dice que estamos sacando provecho de un problema que hay. Pero yo no generé el problema.

¿No ha pensado que estos productos podrían fijar aún más la idea de que Colombia es un país violento?

Yo no creo que ratifique nuestra imagen de violentos. Pienso que más bien confirma que de eso aprendimos y por eso ahora sabemos de blindaje y también podemos enseñarles cosas a los norteamericanos.

¿Cuál es la razón para que los niños sean víctimas de ataques con arma de fuego?

Hay que entender que la cultura norteamericana parte del hecho de que cree y confía en usted, y luego desconfía de usted cuando le falla. La cultura latina parte del hecho de que se desconfía de usted y solo se confía en usted con el tiempo. Por eso allá los incidentes son más dramáticos.

¿Está de acuerdo con la restricción de armas en EE.UU.?

No sé si la solución sea quitarle algo que ellos culturalmente siempre han tenido, pero mi punto es que nuestra empresa puede ser parte de la solución. Nosotros fuimos lo únicos que nos arriesgamos a presentar una respuesta ante esta situación.

¿Podría hacer una crítica constructiva sobre su empresa?

Nos falta todo. Tenemos que desarrollar muchos aspectos internos y nos falta creer en la gente, porque ha habido muchos funcionarios que han salido de esta empresa por ladrones y tramposos.

Si su empresa se acabara porque terminó la guerra, ¿no le daría felicidad?

La verdad es que en los países donde más vendemos es donde no hay guerra. En esos lugares hay un concepto de prevención y no de conflicto. Entonces, pensar que esta empresa se va a acabar es pensar que los detectores de armas se van acabar o que los ladrones no existirán.

¿Cómo le gustaría ser recordado?

Yo les quiero dejar una herencia a mis hijos, ya estoy en Wikipedia. Si me recuerdan como el empresario que les salvó la vida a muchos, con eso quedo tranquilo. El epitafio podría ser: “Este les salvo la vida a muchos y murió feliz”.

¿Contra qué no está blindado Miguel Caballero?

Contra el amor que conquistó mi señora hace dos años, me desarmó y hoy soy feliz.

Por El Espectador

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