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'La Fila' se estrena este sábado

La barranquillera es la presentadora del nuevo programa de entretenimiento del Canal Caracol. Dice que su autenticidad se basa en hablarle al público como si fueran amigos.

El Espectador
19 de julio de 2014 - 04:50 a. m.
Linda Palma estudió ciencias políticas, concursó para ser señorita Bogotá y es una de las presentadoras con mayor acogida del público. / Cortesía Caracol Televisión
Linda Palma estudió ciencias políticas, concursó para ser señorita Bogotá y es una de las presentadoras con mayor acogida del público. / Cortesía Caracol Televisión

Estudió siete semestres de ciencias políticas. ¿Cómo llegó al mundo de la presentación?

Nunca me llamó la atención, pero en 2006 me propusieron ser señorita Bogotá y decidí aceptar. No quedé porque no soy muy de ese cuento, pero me sirvió para darme cuenta de que me gustaban los medios de comunicación, tenía mucha facilidad para hablar frente a la cámara y me va bien improvisando, entonces empecé a trabajar en City TV.

¿Quiénes fueron sus maestros?

Diego Camargo y Ciro Hernández, que fueron mis dos directores, pero todo el equipo técnico que trabajaba conmigo —cámara, luces, hasta las señoras de maquillaje— contribuyó de cierta forma a convertirme en la presentadora que la gente ve ahora.

¿Ha pensado mezclar la política con la presentación?

Sí. A mediano o largo plazo quiero tener un programa de entrevistas y de análisis político, pero para eso todavía me falta muchísimo por estudiar, aprender y crecer, además de credibilidad para que el público vea con respeto lo que hago.

¿Cuáles fueron sus primeras embarradas al aire?

Los primeros directos que tuve. Como no sabía nada, no sabía modular la voz bien, ni proyectarla ni controlarla. Cuando hablaba bajito, hablaba para dentro, y cuando me decían suba la voz, gritaba demasiado.

A mucha gente le cuesta ser espontánea, ¿cuál es la clave?

Ser auténtico: sea cual sea tu personalidad, se debe reflejar al público lo que uno es, nunca se debe cambiar el rol. Ser uno y hablarle a la gente como si fueran amigos.

¿Ha pensado incursionar en la actuación?

Me han propuesto muchas veces ser actriz. Dicen que tengo muchas posibilidades porque soy histriónica, pero como no me gusta ni me llama la atención y respeto mucho el trabajo de los actores, los dejo a ellos en lo que saben hacer y yo me quedo en lo que me gusta y hago bien.

¿Cómo se gana el cariño del público?

Soy relajada, auténtica, muy cercana, porque trato de hablarle al público como si fuera una amiga, contarle una historia, como un secreto. Soy espontánea, feliz y natural. No me gusta vender una imagen plástica, por eso me ven como una mujer más real.

Su mamá es barranquillera y su papá es de Casanare y militar retirado de la Armada. ¿Cómo fue la crianza?

Si uno escucha, no combina para nada, pero les ha ido muy bien, gracias a Dios. Somos cinco hijos; soy la mayor. Por la diferencia de regiones tuve la dicha de tener lo mejor de los dos mundos, y eso me ha permitido ser siempre muy tolerante y muy abierta a las diferentes ideas que conozco.

¿En su casa también había régimen militar?

Mi papá es muy disciplinado, pero muy consentidor, nos pedía lo que pide cualquier papá. Con los novios me molestaba porque es muy celoso. El mensaje que me dejó siempre fue que me cuidara mucho, que fuera una niña de la casa. Mi primer novio lo tuve a los 19.

Debido al trabajo de su padre vivió en varios lugares. ¿Cuál es el que más recuerdos le trae?

Bahía Málaga, donde fue mi infancia. Es un lugar maravilloso, desde el paisaje hasta todo lo que viví. Era un lugar muy tranquilo y tuve muchos amigos. Málaga me dejó la enseñanza para la vida de valorar a las personas por lo que son y no por lo que tienen.

Va a presentar ‘La Fila’, un programa de entretenimiento de juegos y concursos. De todos, ¿cuál es su favorito?

Todos me gustan, son divertidos. Sé que no soy buena, no tengo habilidades físicas, ni flexibilidad, ni agilidad, ni coordinación.

¿Y cómo le va con la suerte?

Soy buenísima, soy la niña de las rifas. Cuando era chiquita me gané tres grabadoras, un horno microondas, etc.

Mario Espitia es su compañero de presentación. ¿Cómo le va con él?

Es un excelente compañero, me encanta porque llegó con actitud de aprender y eso es muy valioso, porque también me ayuda a reinventarme y aprender juntos.

Manejaba las redes sociales en ‘Yo me llamo’ y ‘La Voz’, pero ¿qué tanto las usa en su cotidianidad?

Soy muy fan, es el medio más democrático que hay. Me han permitido estar muy cerca de mi público, agradecerles directamente y también aprender.

¿A Linda Palma le gusta el silencio?

De un tiempo para acá fui consciente, por primera vez en mi vida, de que el silencio y la soledad son positivos para la vida. Ahora los disfruto mucho. Son necesarios para conocerse uno, para mejorar muchas cosas del alma.

Por El Espectador

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