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Jorge Enrique Abello: miedo, el mejor amigo del cáncer de seno

De la mano de la Liga Colombiana de la lucha contra el Cáncer, busca crear conciencia entre hombres y mujeres para que detecten este mal a tiempo.

El Espectador
01 de noviembre de 2012 - 08:17 p. m.
Jorge Enrique Abello es el abanderado de “Todos somos rosa”, campaña que incentiva la prevención del cáncer de seno.  / Cortesía
Jorge Enrique Abello es el abanderado de “Todos somos rosa”, campaña que incentiva la prevención del cáncer de seno. / Cortesía

¿Qué lo motivó a vincularse a esta iniciativa contra el cáncer de seno?

Varias cosas. El trabajo más fuerte que puedes hacer en contra de una enfermedad es la prevención, pero ésta es algo que el miedo supera porque nunca queremos ir al médico por miedo. Lo importante es entender que si te dan una mala noticia con respecto al cáncer de seno, ésta es una oportunidad para enmendar esta enfermedad a tiempo. Así que acompañar e incentivar a las mujeres a prevenir esto es una forma amorosa de decirles que se amen, que se quieran, que tengan amor propio, se autoexaminen y estén pendientes de sí mismas.

Como parte de la campaña también ha dictado talleres vivenciales, ¿qué tal le va ?

No diría que son talleres vivenciales, son dinámicas acerca del miedo, que pretenden crear conciencia en las personas de por qué el miedo nos aísla, por qué no nos permite ser nosotros mismos. El miedo es el mejor amigo del cáncer de seno, porque en la medida en que tú no te revises, no vayas al médico por miedo, sólo lograrás que la enfermedad avance rápidamente. El 92% de casos nacen por malos hábitos, que tú puedes cambiar.

Tres consejos claves para la lucha contra el cáncer de seno.

El amor propio, porque con éste tienes la conciencia. Casi todas las cosas malas que pasan son por desconocimiento y es la conciencia la que te da las herramientas para combatir. El segundo consejo sería conocimiento y, a través de éste, la lucha.

¿No es contradictorio que un hombre lidere una campaña que en su mayoría está dirigida a mujeres?

Es cierto, está dirigida a mujeres, pero eventualmente también le puede suceder a hombres. Son muy pocos los casos, pero sucede y es importante que también se conozca.

¿Cuál es su debilidad?

Creo que si supiera exactamente cuál es mi debilidad, no la diría en público.

¿Se siente un galán de telenovela?

No, creo que esa palabra hace 20 años desapareció, realmente me considero actor, pero eso no.

El personaje que jamás haría.

No volvería a hacer de mujer, es una tortura usar medias veladas, tacones, etc. Un hombre no está diseñado para eso.


¿Y cuál es el personaje que recuerda con mayor aprecio?

Todos los recuerdo así. El último que hice, el de Cristóbal Rivas, para mí tuvo una fuerza enorme.

Un defecto.

Quizás a veces soy demasiado rígido con ciertas cosas.

Usted ha explorado bastantes facetas, ¿cuál le hace falta por descubrir?

Todo. La vida es un abanico que se debe abrir de la mejor forma posible, uno debe darse a conocer y abrir la mayor cantidad de puertas. Eso es lo que te hace persona, conocer y aprender más cada día.

Lo más jarto de ser personaje público.

Es complejo. Lo peor es la falta de privacidad, es muy duro.

Su primer trabajo.

Fue a los 15 años en una feria, vendía grifos de agua.

Lo más bello que tiene.

La vida, no hay nada mejor.

Lo peor de los actores de hoy en día.

Lo peor de los de siempre es cuando la industria crea productos donde la verdadera versatilidad del actor no se puede ver, y eso no pasa sólo con los actores, sino con los cantantes, escritores…

No podría morir sin…

Dirigir una película.

¿A qué persona de su familia se parece?

En algunas cosas a mi papá, como en lo psicorrígido.

Si no hubiese sido actor, ¿qué hubiera elegido ser?

Un vaquero, de esos de película.

¿Y usted ya se hizo el autoexamen?

Claro, y afortunadamente no lo tengo.

Por El Espectador

 

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