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'Llevando ciencia por el mundo'

Alan Draeger habla de ‘Darwin, la exhibición’, una muestra de la obra del científico que revolucionó el pensamiento acerca del origen de las especies. En el Claustro La Enseñanza de Bogotá, hasta el 17 de noviembre.

Daniela Franco García
17 de septiembre de 2012 - 11:22 p. m.
Alan Draeger cuenta que nunca pensó terminar trabajando en un museo y que todo comenzó como un intento de ocuparse en sus ratos libres. / Óscar Pérez
Alan Draeger cuenta que nunca pensó terminar trabajando en un museo y que todo comenzó como un intento de ocuparse en sus ratos libres. / Óscar Pérez

¿Con qué se encontrará aquel que vaya a ‘Darwin, la exhibición’?
Lo más sorprendente será ver a Darwin, el hombre en sí, esa persona que no tenía las herramientas de las que se dispone en la actualidad y aun así desarrolló una pasión por la naturaleza y la aventura. La gente se sorprenderá de ver cómo logró revolucionar la biología. Verán más de 180 piezas de animales, apuntes y herramientas utilizadas por él.

La exposición ya estuvo en Villavicencio. ¿Qué tal fue la acogida?
Siento que fue un gran éxito, fueron más de 80 mil visitantes, muchos niños entre ellos.

¿Por qué compartir con Suramérica esta exhibición?
La importancia de exposiciones como estas es el fomento de la inquietud por la ciencia en la gente joven y, si se puede contribuir con eso, ¿por qué no hacerlo? Me gusta el efecto interesante y casi mágico que tiene la ciencia, puede generar una vocación científica en las nuevas generaciones.

¿En qué momento saltó de trabajar con el grupo de servicios financieros HSBC a formar parte del Museo Americano de Historia Natural?
Es curioso, nunca pensé terminar allí, todo fue por el interés de una armonía en casa. Me pensioné y me trasladé a Nueva York, donde vivía mi esposa. Ya estaba retirado y no hacía nada, así que empecé a aburrirme en casa, pero mi esposa mucho más de ver que no hacía nada (ríe). Casualmente el Museo quedaba cerca de mi casa y fui como voluntario allí para matar el tiempo, siempre tuve mucho interés por la historia. Así que tiempo después me propusieron el cargo que tengo ahora y mi esposa y yo estamos felices, la armonía volvió a casa (ríe). Definitivamente hay cosas más divertidas en este trabajo que en las finanzas.

Lo mejor de su trabajo.
Poder visitar distintos museos del mundo. Afortunadamente viajo bastante y aprendo un poco de cada cultura, es fascinante llevar la ciencia por el mundo.

¿Cree que tiene algo de Charles Darwin?
Fui a Cambridge, la misma universidad a la que él fue. Tal vez es la única coincidencia, pero mi carrera no fue tan impresionante, por supuesto, aunque me encantaría.

Una anécdota en una de las tantas exposiciones itinerantes que ha liderado.
Los últimos años he viajado por más de 21 países, sin duda lo que más recuerdo es la inauguración de la exposición de Darwin en Japón, con un protocolo bastante elegante que incluía cortar una cinta con unas tijeras doradas mientras usábamos unos guantes blancos. No entendí muy bien las indicaciones y corté la cinta antes de lo debido, pasé una gran pena. Esa misma semana tomé un subterráneo que era sólo para mujeres, terminé siendo el único hombre ahí y entendí la chistosa e incómoda situación.

Su pieza favorita del Museo.
Más que una pieza, es definitivamente la comunidad de científicos, historiadores y personajes que están detrás de lo que es el Museo.

Muchos de los que no conocen el Museo tienen la referencia de la película ‘Una noche en el museo’. ¿Es así de mágico como en la cinta?
Incluso más mágico. De hecho, tenemos una actividad allí llamada “Una noche en el museo”, por supuesto no son objetos vivientes, pero los niños pueden ir y hacer un camping en el lugar y explorarlo con sus linternas en mano, es increíble.

 

Por Daniela Franco García

 

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