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"Los jóvenes son unos igualados"

Annie de Acevedo es pionera en educación para niños con problemas de aprendizaje. Ayer, en reconocimiento por su labor durante 30 años, la ministra de Educación, María Fernanda Campo Saavedra, le otorgó la Condecoración Simón Bolívar en categoría “Gran Maestro”.

El Espectador
22 de enero de 2013 - 10:00 p. m.
La psicóloga Annie de Acevedo asegura que el método de educación debe pensarse  según las capacidades de cada individuo.  / Gustavo Torrijos - El Espectador
La psicóloga Annie de Acevedo asegura que el método de educación debe pensarse según las capacidades de cada individuo. / Gustavo Torrijos - El Espectador

Le fue otorgada la Orden Simón Bolívar en categoría “Gran Maestro”. ¿Qué responsabilidad trae consigo esa distinción?

Seguir trabajando por la educación en Colombia. Ayudo a pequeños con parálisis cerebral, problemas de visión y autismo, así como de aprendizaje leve.

¿Cuál es la condición de los niños discapacitados en el país?

Es una de mis grandes preocupaciones, porque no tienen un puesto en nuestra educación. Hasta ahora el Gobierno Nacional decidió trabajar el tema dándoles a estos menores profesores especializados.

¿Qué obstáculo tienen los discapacitados para aprender?

Uno de los problemas que tienen es aprender a leer y esto es la esencia del conocimiento y si no saben hacerlo se atrasan en las demás materias. Lograr captar su atención, enfocarlos es muy difícil e integrarlos con los demás niños porque sus capacidades sociales están disminuidas.

¿Cómo formar niños exitosos?

Hay que saber manejar tres factores: el manejo del tiempo, del dinero y de las emociones.

¿Hasta qué punto se debe llevar la disciplina?

Todos necesitan disciplina, entendida como rituales dentro del salón de clase y la casa. Éstos se unen y dan sensación de estabilidad. Los límites también son muy importantes, pero con mucho amor.

En ese sentido, ¿a qué dirección debe apuntar la educación en Colombia?

Debe enfocarse cada vez más a la diferenciación, tiene que incluir a los niños discapacitados y tratar de enseñarle a cada uno de manera personalizada y de ver los intereses individuales.

¿Cuál es el principal problema de los jóvenes de hoy?

La necesidad que sienten de ser iguales a los adultos. Son igualados e irrespetuosos. Les gusta la inmediatez, no pueden esperar nada, no sienten respeto hacia los mayores.

La clave para tener una familia feliz.

Poder expresar el amor siempre, tener intercambios a través de un diálogo emocional permanente de afecto, comprensión y compasión. Debe haber rituales y experiencias que los unan.

¿Qué diferencia hay entre un buen y un mal padre?

Un buen padre es el que hace lo que tiene que hacer a pesar de no ser popular para su hijo y el mal padre es el que quiere ser popular y amigo de su hijo y se vuelve permisivo.

Entonces, ¿los padres no deben ser amigos de sus hijos?

No, yo tengo un hijo de 37 años y hasta ahora estamos siendo amigos. Uno es el guía, no el amigo, y ahí es donde se equivocan los padres.

¿Es posible ser feliz?

Claro que sí. La diferencia entre la gente feliz y la infeliz es que aunque ambos tienen la misma experiencia de vida, es decir, momentos buenos y malos, la gente infeliz se pega a los malos recuerdos y la feliz piensa positivo.

¿Por qué psicología?

Por las ganas de ayudar. Y porque creo que en mente sana hay cuerpo sano. La mente es todo, fíjese que cuando hay muerte cerebral uno se murió de verdad.

¿Psicóloga o escritora?

Psicóloga y escritora (risas). Las experiencias de psicología me llevaron a escribir.

La consulta más extraña que ha atendido.

Fue la de la relación de una persona con su perro. Ella sentía que su perro era como su hijo, entonces tenían un vínculo tan fuerte que creía que no podía vivir sin él. Tuve que ayudarle a generar un vínculo más sano con su mascota.
 

Por El Espectador

 

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