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Luciano D' Alessandro en su papel de época

Por ser un abogado, empresario y un hombre de mundo, quiere que se implemente en Santa Marta una revolución industrial, pero se frustra un poco, porque él tiene el deseo de que los esclavos tengan un trato justo y no sean utilizados como mano de obra, lo que no será nada fácil.

Un chat con...
04 de febrero de 2016 - 04:05 a. m.

Interpreta a Alonso Márquez en “La esclava blanca”, de Caracol Televisión. ¿Cómo define el rol de este samario en la trama?

Por ser un abogado, empresario y un hombre de mundo, quiere que se implemente en Santa Marta una revolución industrial, pero se frustra un poco, porque él tiene el deseo de que los esclavos tengan un trato justo y no sean utilizados como mano de obra, lo que no será nada fácil.

Un papel muy distinto de los que ha realizado en los últimos años.

Sí. Vengo trabajando en Colombia desde el 2009. Estuve en Los caballeros las prefieren brutas, luego hice Secretos de familia y Celia. Para este último tuve que hablar como cubano, aprender más de la salsa y de la vida de Celia Cruz.

Llegó a la televisión colombiana en una época difícil para las cadenas de televisión en Venezuela.

Entre el 2008 y 2009 no hubo mucho trabajo, el único canal era Venevisión y no me llamaban para nada, sólo participé en una obra que se llamaba Hollywood Style en la que aprendí bastante, pero aun así no salían más oportunidades, ahí fue cuando decidí que debía explorar otras oportunidades.

Se podría afirmar que el cierre de RCTV, como canal, hizo que muchos de los actores dirigieran su mirada a otros mercados.

Sí, entonces, muchos de los actores estábamos en nómina, lo cual era una posición muy cómoda. Nos permitían estudiar, viajar y por eso no mirábamos para otro lado. Cuando RCTV cerró, afortunadamente entré a trabajar a Venevisión, pero muchos de mis compañeros no tuvieron esa suerte y tuvieron que salir de Venezuela.

Con esos altibajos. ¿nunca pensó en un plan B?

Para esa época no, pero mi sueño siempre ha sido invertir en un proyecto grande para no depender de la televisión. Por ejemplo, desde el año pasado, con varios amigos, hicimos una sociedad en el que cada uno invirtió en un bar que se llama Jack Diamond, una inversión que hice a la suerte.

¿Cómo inició su carrera en el modelaje?

El modelaje llegó a través de una amiga en la universidad que era modelo y siempre me dijo que me hiciera un estudio fotográfico. Terminé haciendo las fotos en la agencia de Luigi Kano y luego esas fotos las enviaron para un casting de Head & Shoulders, para el que fui escogido. Desde ese momento comencé en el modelaje y con eso me pagué la universidad y me compré mi primer carro.

¿Y por qué, si estaba encaminado en los medios, decidió estudiar ingeniería de sistemas?

Porque primero estudié ingeniería de sistemas y luego llegó el modelaje. Al mes de graduarme empecé, por casualidad, en la actuación. Marianela González y yo nos hicimos buenos amigos haciendo comerciales y un día la fui a visitar en un set de grabación y uno de los productores, que se llama Alberto Barroco, me dijo que hiciéramos una prueba y comencé en una novela que se llamaba Muñeca de trapo. Luego conocí a Belinda Delgado, que era como una cazatalentos de RCTV, y estando allí hice mi primer protagónico, que se llamó A calzón quitao. Esa etapa fue especial porque estudiaba en las mañanas en la academia de actuación de RCTV y en las tardes entraba a grabar. Empecé tarde en la actuación, porque nunca fue un sueño.

¿De qué se ha cohibido por ser un personaje público?

Mi vida ya no es tan privada. Puedes estar en un restaurante comiendo muy tranquilo y alguien se acerca para que te tomes una foto, o si estás saliendo con alguien. He tratado de ser muy discreto con mi vida personal, no me interesa salir en una portada de revista porque estoy saliendo con alguien o para que averigüen quién es mi pareja. Me interesa que se fijen en mi trabajo. En cuanto al tema político hay que ser muy prudente, aunque soy abiertamente opositor, debo respetar a un público que todavía apoya el régimen.

¿De qué es esclavo?

Creo que uno en la vida trata de alejarse de las cosas que lo esclavizan. Por ejemplo, para mantenerse en este medio hay que estar en buen estado físico. Voy al gimnasio, pero no es una obsesión, lo hago más por salud, que por mi estado físico. Tampoco soy amigo de los horarios.

¿Y de los compromisos?

Creo en el matrimonio, pero no es algo por lo que esté preocupado. Cuando se dé, se dará. Ahora estoy soltero, pero ya llegará el amor de mi vida, el momento de casarme y de tener hijos.

¿Qué tipo de personajes le gusta interpretar?

Los protagónicos son chéveres, pero a mí me simpatizan más los antagónicos, como Román Fonseca en Mi gorda bella o Alberto Blanco en Celia, porque ellos despiertan en el público pasiones, odios y amores. Hay personajes que empiezan buenos y durante la trama se vuelven resentidos y al final puede que se arrepientan, entonces no son ni blancos ni negros, tienen matices.

¿Se atrevería a decir que ya encontró el personaje con el que más completo se ha sentido?

No tengo claro cuál sería el personaje de mi vida. Pero puedo decir que no he hecho el papel de un gay, que me parece un tema maravilloso. No he hecho el papel de un adicto sexual o un violador, que son temas fuertes, personajes complejos. Quizá me parecen interesantes porque no tienen nada que ver con mi realidad.

¿Qué opinión tiene de la televisión colombiana?

En Colombia se están haciendo muy buenas producciones de tipo cine. En un día podemos hacer ocho o nueve escenas en La esclava blanca, porque lo que realmente importa es la calidad de cada una de ellas, todo se trabaja de manera meticulosa: la fotografía, la puesta en escena. Por eso creo que la televisión, no sólo en Colombia, sino en el mundo, va hacia ese tipo de calidad, porque detrás están Netflix y HBO, que hacen un excelente trabajo en las producciones.

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