Publicidad

La Pajarita, ahora en drama sobre infidelidad

La actriz se dio a conocer hace siete años en la novela “Hasta que la plata nos separe”. Ahora está entregada a las tablas con un personaje que revela las inseguridades y tentaciones por las que pasan las mujeres en una relación sentimental.

Diana Hernández
16 de junio de 2015 - 02:00 a. m.
Liliana González es una de las protagonistas de “Infieles”, una obra dirigida por Juan Ricardo Gómez. /Archivo particular
Liliana González es una de las protagonistas de “Infieles”, una obra dirigida por Juan Ricardo Gómez. /Archivo particular

La segunda temporada de “Infieles” ha sido el resultado de la gran acogida que ha tenido por parte del público. ¿En qué radica  el éxito de esta obra, dirigida por Juan Ricardo Gómez?
 
Es una comedia en la que, aunque escrita por Juan Ricardo,  tuvimos la oportunidad de aportar en la creación de los personajes con dichos e ideas a partir de nuestras experiencias. Es una obra que le aporta mucho al público en cuanto a la comunicación que debe existir en una pareja y a fortalecer los lazos de confianza para hablar de lo que pasa en una relación.
 
A partir de esta obra usted debutó en el canto, tanto así que participó en “Tu cara me suena”…
 
Sí. Nunca me imaginé estar en un reality, y menos cantando. Esta obra me abrió la posibilidad de descubrir una habilidad más, que me permite participar en un musical con más tranquilidad. Además, la obra lo exigía, porque estaba actuando al lado de Yolanda Rayo y Linda Lucía Callejas, que son buenas cantando. Estaba prohibido cantar con pista, todo en vivo.
 
Pero la música siempre estuvo presente en su vida. Colaboró en una revista de música bajo la dirección de Fernando Pava Camelo...
 
Sí, era un proyecto de 88.9. Fue un trabajo que realicé para la universidad cuando estaba estudiando publicidad. Infortunadamente sólo duró seis meses, pero fue muy bonita la experiencia, porque era una de las emisoras play de la época y estaba muy cerca del rock, que me encantaba.
 
Y, aunque se acabó la revista, continúo con la música y con Fernando Pava...
 
Sí, Fernando montó con otra gente el primer almacén de música, que era grande. Se llamaba Music Master, en la calle 19. Allá trabajé un buen tiempo. Coincidió con la época en que empecé a estudiar actuación.
 
¿Y sus papás nunca le pasaron la cuenta de cobro por haber estudiado publicidad y no haberla ejercido?
 
Desde antes de graduarme tenía claro que no la iba a ejercer. De hecho, aunque empecé a estudiar actuación seguí con la carrera. Me gradué por el compromiso que tenía con mis papás, pero ellos tenían claro que siempre quise estudiar algo relacionado con arte, aunque mi papá nunca estuvo de acuerdo. Así que escogí publicidad, porque era lo más cercano al arte y a los deseos de mi papá.
 
Ahora, ¿cómo es nacer en una familia llena de hombres y con un padre teniente coronel del Ejército?
 
Difícil en la adolescencia. Fui el descuido de mis padres: después de haber tenido siete hijos, nunca estuvo en sus planes tener otro. De pequeña fui la más consentida y de adolescente la más reprimida; no podía ir a fiestas o al cine. Esa época fue compleja, porque la moda de los 80 estaba en furor y, preciso, mis papás eran sobreprotectores.
 
Pero luego tuvo la oportunidad de desquitarse, viviendo sola en Argentina  durante un año…
 
Sí, me enfrenté a una realidad distinta, tanto que la razón por la que salí pitada de allá fue porque se entraron los ladrones al apartamento y me robaron. Pero durante mi estadía tuve la oportunidad de trabajar en una novela argentina como colombiana. Fue muy chévere, aunque uno choca con el temperamento de los argentinos, porque son queridísimos y a la vez pueden pasar por antipáticos.
 
Finalmente, ¿fue más difícil recuperar el peso cuando quedó embarazada que cuando ganó unos kilos de más para la novela “Valentino el argentino”?
 
Los dos casos fueron difíciles. Después de la novela me hice una liposucción y duré un año recuperando el peso. En el embarazo subí más; duré dos años. La gente es muy cruel en cuanto a lo superficial. Me conocieron como la Pajarita en Hasta que la plata nos separe y era una mujer delgada, y con esta novela gané peso y me dieron palo por estar “gorda”.

Por Diana Hernández

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar