Paula Castaño, una actriz entregada al cine

Decidió dedicarse a la actuación luego de debutar en una película a los 18 años. Se preparó en España y volvió al país con el interés de llegarles más a los colombianos.

El Espectador
16 de enero de 2017 - 02:36 a. m.
En televisión, Paula Castaño ha actuado en “Chepe Fortuna”, “Niche” y “Diomedes, el Cacique de La Junta”. / Cortesía
En televisión, Paula Castaño ha actuado en “Chepe Fortuna”, “Niche” y “Diomedes, el Cacique de La Junta”. / Cortesía

¿En qué momento decidió dedicarse a la actuación?

Cuando tenía 18 años me salió un papel de prostituta en una película. Eso me gustó mucho, porque Natalie Portman o Judy Foster empezaron con papeles parecidos y para mí era como un gran debut. En esa producción pude trabajar con Carmenza Gómez, Adriana Ricardo y Jairo Camargo. Se llamó El cielo y la dirigió Alessandro Basile.

¿Tenía formación actoral antes de la película?

Cuando le dije a mi abuela que quería ser actriz, ella me sugirió que fuera a estudiar a Bellas Artes. En ese momento la institución atravesaba por un momento muy caótico que, afortunadamente, no logró que se me quitaran las ganas de seguir en la actuación. Me enfrenté a la película habiendo estudiado muy poco y fue la oportunidad de darme cuenta de que era lo mío.

¿Qué hizo después?

Estudié arte dramático en Madrid por cuatro años y después fui a Barcelona a estudiar dirección de actores. Allí me quedé trabajando en un teatro durante dos años y fui asistente de dirección, de producción y manejaba la prensa del teatro. En ese momento quería llegar a tener un teatro.

¿Qué le dejó esa experiencia?

Allí me di cuenta de que soy actriz, no porque no pueda dirigir, sino porque tal vez eso no es lo mío. Dirigir es muy complejo, un día antes del estreno de mi obra casi me matan los nervios de pensar que las cosas no iban a salir bien. Fue algo que escribí siguiendo una inquietud muy personal, pero la vi una vez y no la volví a ver nunca más.

¿Por qué decidió volver al país?

Después de vivir en España durante siete años regresé de vacaciones. Me había ido a los18 años y regresé de 25. Cuando estaba aquí hice casting para la película El arriero, me escogieron y decidí quedarme. Lo hice no sólo porque me salió trabajo, sino porque quería lograr la comunicación con mi gente.

¿Cuál es la parte más complicada de su trabajo?

Por lo general, cuando te dedicas a actuar tienes que trabajar en un proyecto que fue concebido por alguien más a quien le interesaba contar algo en específico. En ese sentido, es muy difícil que un proyecto coincida con tus propios intereses.

¿Qué es “Antes de la fiesta”?

Es una serie de cuatro capítulos dirigida por Iván Wild, un cineasta y documentalista, que buscaba apostarle a una televisión más cercana a nuestra problemática y con mucha calidad. Se realizó gracias a un premio de la Autoridad Nacional de Televisión (ANTV) (Autoridad Nacional de Televisión) y va a estar al aire en todos los canales públicos del país.

¿A quién interpreta en la serie?

A una periodista que regresa al país y se da cuenta de que su oficio está en decadencia. Ella arma un grupo de investigación y encuentra un problema de tierras con el canal del dique, que por obras que se llevan haciendo durante años, termina inundando un montón de poblaciones. También descubre que, en los 80, a su papá lo mataron por haber hecho esa misma denuncia.

¿Por qué prefiere el cine por encima del teatro y la televisión?

Me volví actriz por el cine. Cuando no trabajo veo películas, porque son como mi estudio y forman parte de una búsqueda que no para. Siempre me he preguntado qué significa actuar y qué significa hacerlo en Colombia. No tengo una respuesta, pero sé que el artista tiene mucho poder por la fuerza que le puede transmitir a la gente.

¿Cuál debería ser el papel del entretenimiento en el país?

En este país se está generando un cambio fuertísimo y pienso que hay que trabajar por la memoria. Hay que perdonar, pero también es importante que no olvidemos lo que pasó, y qué mejor que el teatro, la televisión y el cine para ayudar a la gente en ese proceso de catarsis.

¿Qué queda por contar en el país?

Todas las historias del mundo, tanto las del narcotráfico como las de las mujeres solteras que tienen que sacar a sus hijos adelante o las de amor. El cine es el reflejo de nuestra realidad y muchos colombianos difícilmente nos vemos reflejados en lo que vemos.

¿Cómo se imagina su carrera en unos años?

No sueño con Hollywood, pero sí lo hago con la idea de ser una actriz de Latinoamérica y quiero proyectarme en ese sentido. También me encantaría hacer más películas, aunque, finalmente, uno no es actor de teatro, cine o televisión. Uno es actor y punto. Uno quiere trabajar para contar una buena historia, con un buen equipo y para llegarle a la gente.

¿Cuál fue la influencia de su familia en su carrera?

No sé, tendrías que preguntárselo a mi mamá (risas). Cuando dije que quería actuar nadie sabía cómo iba a ser mi vida ni a qué me iba a enfrentar. No vengo de una familia de artistas, pero ahora vivo de esto, soy independiente, estoy casada y tengo una familia. A la incertidumbre sobre si podría vivir de la actuación, la reemplazo por el orgullo y la admiración.

¿Qué le diría a la Paula Castaño que empezó a actuar a los 18 años?

Le diría que sea fiel a sí misma, que en eso consiste el carácter. También le diría que por más sueños que tenga, si uno no construye un equilibrio entre el trabajo y la familia, si no se tiene con quién compartir esos triunfos, las cosas no sirven de nada.

Por El Espectador

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