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¿Cómo le ha ido en esta faceta de presentador de ‘realities’?
Bien. En Caracol necesitaban a alguien que pudiera presentar y tuviera conocimientos de cocina para ayudarles, así que me escogieron. Sin embargo, lo más difícil de esto ha sido aprenderme los libretos porque hay que memorizar mucha letra.
¿Qué significa para usted trabajar en el primer ‘reality’ de cocina producido en Colombia?
Mucho, porque la cocina es mi pasión y lucho para que los chefs jóvenes trabajen en la gastronomía colombiana y la resalten para darla a conocer al mundo.
¿Qué palabra le gusta más: chef o cocinero?
Cocinero se me hace más sencillo y menos pretencioso. Aunque si fuera por lo que traduce chef, lo soy: en mi restaurante soy el jefe.
¿Cómo surgió su pasión por la cocina?
Soy muy hiperactivo. Me gusta todo lo que tiene que ver con los trabajos manuales y siempre he estado en contacto con la cocina.
¿Dónde aprendió a cocinar?
He sido muy empírico en mi carrera y aunque he estudiado mucho no lo he hecho en sitios específicos. Hice cursos de comida asiática y francesa, pero la culinaria colombiana la he aprendido por mi temperamento curioso.
¿Cuál es el plato que más le gusta preparar?
No tengo un plato preferido. Me gusta experimentar y jugar con los ingredientes para descubrir cosas, me gusta sorprender a mi paladar.
¿Qué le gusta cocinar a fuego lento?
Todo. La cocción lenta en culinaria permite que se conserven los nutrientes de los alimentos, mejora la calidad de los productos porque cambian de una manera mucho más armónica, se conservan los aromas y se llega a un producto final perfecto al paladar, a la mordida y la textura.
Un ingrediente que no le puede faltar a sus platos.
El amor por lo que estás haciendo y productos frescos.
¿Con qué podría ser incompatible la actividad gastronómica?
Con la envidia, la maldad, el mal humor y la ira.
Otra de sus pasiones es la música: ¿qué escucha mientras cocina?
Algunas veces lo hago, de resto no, porque me concentro mucho en la cocina y no creo que la necesite. Es como un mantra para mí trabajar con los alimentos.
¿En qué se pueden parecer la cocina y la música?
Son dos artes muy relacionadas porque despiertan sensaciones y emociones, y son de momentos. A mí me encantan todos los tipos de música y lo mismo me pasa con la comida, la disfruto toda.
Estudió arquitectura y publicidad. Es actor, músico y cocinero. ¿Cuál es su verdadera vocación?
Creo que mi gran trabajo y mi gran problema fue que desde muy pequeño dije que quería dedicarme a mis hobbies, así que hice Gaira, un lugar que me permite cocinar, cantar y dedicarme a la jardinería. Me identifico con todas. No podría vivir sin una.
¿Cuál es la diferencia entre presentarse en Gaira y hacerlo en otro tipo de escenario?
En mi casa (Gaira) lo hago cuando quiero (risas). No me he metido mucho al negocio de la música porque soy un poco egoísta con mis gustos y mis pasiones. Las desarrollo cuando tengo ánimo.
¿Cómo fue su formación en la música?
Igual que la cocina, fue desde muy niño. Mi padre nos llevaba con Carlos a las reuniones con sus amigos médicos, en donde jugaban dominó y escuchaban bolero y vallenato clásico. Desde ese momento nos convertimos en los niños de mostrar. Les cantábamos a nuestros familiares cuando íbamos a visitarlos.
¿Qué tal es su relación con su hermano Carlos?
Muy buena, lo admiro y considero que todos sus discos están llenos de tesoros, de sentimiento.
Su canción favorita de él.
Tengo fe. Me encanta.