"Si la gente no me la está mentando, mi lucha está pa'l perro"

El luchador mexicano representa a un rudo jefe de esta comunidad indígena y a sus 60 años sigue “echando brincos y patadas”. Considera que en Colombia debe popularizarse este deporte.

Óscar Güesguán Serpa
08 de agosto de 2015 - 02:00 a. m.
Hoy es la última presentación de la liga AAA y la LLLX en el Palacio de los Deportes, de Bogotá. La entrada es gratuita. / Luis Ángel
Hoy es la última presentación de la liga AAA y la LLLX en el Palacio de los Deportes, de Bogotá. La entrada es gratuita. / Luis Ángel

¿Qué características tiene su personaje?

Yo, mi tremendazo, soy el Apache, y voy a cumplir 40 años en el ambiente luchístico. Imagínate, a mis 60 años todavía echando brincos y patadas. Pertenezco a las empresas de AAA y vengo a dar un buen espectáculo.

¿Por qué es atractivo este deporte?

Lo atractivo de la lucha es lo aéreo, el que estés arriba de un ring y demostrarle a la gente que no es un juego. Por ejemplo, como todo un rudo, ando brincando como chapulín para mostrarle al mundo lo que es ser un gran luchador.

¿Es importante el atuendo?

Es un complemento que se une con el audio, las luces y las pantallas. La vestimenta define cómo es el personaje que está en el cuadrilátero. Eso es muy atractivo para el público. Dicen que la primera impresión es la que vale. Queremos que la gente salga feliz y se lleve un recuerdo de cada uno de nosotros.

¿Cuál es la diferencia con superhéroes como Supermán y Batman, que también utilizan un disfraz?

A ellos los ves en cine, pero usan muchos trucos en sus peleas. A nosotros nos ves en vivo y en directo. Tú subes a un ring y no te ponen una cuerdita para saltar. Lo importante de nuestro show es que es familiar, por eso es importante que los niños vayan acompañados, porque algunos piensan que no nos hacemos daño, pero no es así.

Entonces son héroes de carne y hueso…

Es que la gente piensa que no nos lastimamos, pero sí pasa. De hecho, yo estoy lesionado de una rodilla, pero tenemos un evento y lo cumplimos porque somos profesionales. Ese es nuestro trabajo, dejar el corazón en un cuadrilátero.

¿Cómo se forma un luchador?

Mínimo cinco años de preparación para dar un buen espectáculo. A esto hay que echarle ganas y contar con una licencia, emitida por la comisión de box y lucha, que demuestra que eres luchador profesional. Hay que batallarle un poquito y conseguir un buen instructor, porque a veces hay mucho charlatán que se cree profesor porque sabe echarse una maromita.

¿Por qué una persona decide dedicarse a la lucha libre?

Los asistentes observan lo que hacen los luchadores en el cuadrilátero y ven futuro en este deporte. Desde que somos pequeños nos tocó ver a otros haciendo lo que nosotros hacemos hoy, así nace la idea. Yo veía las películas del Santo y Blue Demon y quería ser como ellos. Estamos seguros de que la presentación de la AAA y la liga LLLX es el inicio de algo grande en Colombia, donde debe popularizarse.

¿Conoce el desarrollo de este deporte en Colombia?

Es la primera vez que estoy en Colombia, pero me han dicho que hace unos años hubo grandes luchadores, pero por la falta de apoyo y las pocas ganancias que dejaba, lo abandonaron.

¿Qué ha hecho que en México la lucha libre siga siendo popular, a diferencia de Colombia?

La clave ha sido mantenernos como un centro de formación para luchadores de muchas partes del mundo. Van japoneses, estadounidenses, chinos y coreanos.

¿Cuál es el papel del público?

Es como un juez que define si nos va bien o mal. Estamos nerviosos porque no sabemos cómo van a reaccionar los espectadores colombianos. Queremos dejar un buen sabor de boca y por eso vamos a echar toda la carne al asador para que conozcan la lucha libre mexicana.

Entonces va a ser como en México, que entre más groserías les digan, mejor.

(Risas) A mí como rudo, si la gente no me la está mentando, pues digo que mi lucha está pa’l perro.

Por Óscar Güesguán Serpa

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