Publicidad

Sobre las pasiones humanas y el sexo

Después de vender más de mil libros en la primera edición, la escritora prepara su segunda publicación, sobre el machismo y el abuso sexual. Será lanzado en 2014.

El Espectador
08 de agosto de 2013 - 10:00 p. m.
Patricia Rodríguez se define como “proxeneta de telenovelas y esclava de la literatura”. / Óscar Pérez- El Espectador
Patricia Rodríguez se define como “proxeneta de telenovelas y esclava de la literatura”. / Óscar Pérez- El Espectador

¿Cómo han recibido sus lectores su libro ‘Viólame suavemente’?

La reacción del público ha sido fascinante, no sólo fue el libro más vendido de la editorial Oveja Negra en la feria del libro de Bogotá y ha salido en varios medios como recomendado, sino que, además, he tenido el privilegio de recibir comentarios sobre el libro a través del blog que tiene, eso me motiva a seguir escribiendo y a comprobar que el libro tomó vida propia y logró algo invaluable: que la gente hable del tema y las víctima tengan voz. El blog del libro es: www.libroviolamesuavemente.blogspot.com.

¿Cuántos libros ha vendido?

Sacamos una edición de 1.000 ejemplares y muy pronto saldrá al mercado la segunda edición.

¿Cuándo decidió escribir ‘Viólame suavemente’?

Un lunes a las 6:00 p.m. hace año y medio, mientras tomaba un té y miraba por la ventana de mi estudio. Como mujer, me siento obligada a hablar del tema al ser parte de una sociedad que es cómplice de la violación y en donde la mujer es víctima por el simple hecho de haber nacido con dos cromosomas x.

¿Hubo algún impulso personal, un testimonio, una amiga, para empezar a escribirlo?

Muchas mujeres vivimos, o por lo menos nos sentimos, al borde de ser violadas; basta con caminar por una calle a solas de noche o tomar un bus casi vacío. Quería “refrescar” el tema y no esperar a que haya una próxima víctima, para que la gente se interese en este problema.

¿Cuál es la idea central?

Es una novela narrada en primera persona, que escudriña en la intimidad del abuso sexual. Una violación, dos puntos de vista: la mujer violada y el violador. Dos historias íntimas y desgarradoras, que ponen al descubierto las motivaciones de un hombre y el alma quebrada de una mujer. La novela ahonda en el laberinto del sexo, la pasión, la excitación, los sueños húmedos, el odio y la venganza.

¿Qué fue lo mejor en el proceso de escritura?

Terminar el libro. El proceso de escritura es tortuoso. La necesidad de escribir supera la capacidad física del escritor, los personajes adquieren vida propia y uno se convierte en un simple mensajero a la merced de una historia.

¿Qué dificultades tuvo al escribirlo?

Escribirlo. Permitir que un violador hablara a través de mis manos y se justificara, fue un proceso angustiante y sentir el dolor de la víctima y recrearlo, aún más doloroso.

¿De qué tipo de violación habla en el libro?

Del abuso sexual por un violador “cotidiano” producto de una sociedad permisiva.

¿Qué significado tiene la violación para cada uno de los personajes?

Para ella: una cadena perpetua. Para él: un favor.

¿Hay mucha ficción o más realidad?

El libro es una novela que narra una violación, es ficción pero se basa en una investigación periodística con violadores y víctimas.

¿Tiene previsto escribir otro libro similar?

Sí, en esas estoy, tratando de entender al demonio de la inspiración. Por ahora puedo decirle que el siguiente libro también tendrá alto contenido sexual y tratará de halar al máximo el caucho de la trasgresión y la mojigatería.

Antes de ser escritora, ¿qué hacía?

Aprender a caminar. Las letras son y han sido parte de mi vida desde que mi padre me enseñó a escribir. Soy hija y nieta de escritores, mi patio de juegos fue una biblioteca y desde ese momento se marcó mi destino. Escribo libros como pasatiempo y trabajo escribiendo series de televisión.

Por El Espectador

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar