"Teto Tello me enamoró"

El actor barranquillero Mario Espitia cree que este antagónico fue la oportunidad de consolidar y plasmar sus conocimientos en artes escénicas.

El Espectador
17 de enero de 2013 - 05:00 p. m.
El actor Mario Espitia dice que le gustaría verse en la pantalla gigante. / David Campuzano - El Espectador
El actor Mario Espitia dice que le gustaría verse en la pantalla gigante. / David Campuzano - El Espectador

¿Se siente identificado con su personaje de Teto Tello?

Identificado un poco por la cultura en la que nací, aun cuando sean diferentes el Cesar del Atlántico. Me siento identificado con el folclor, pero retrocediendo a los 80 de la bonanza marimbera y de las culturas sólidas que tiene Cesar, mi tierra sí se aleja un poquito.

¿Qué ha sido lo más complicado de esta producción?

Las jornadas de grabación, porque son muy pesadas. Me toca grabar de 7 de la mañana a 8 de la noche. Es complicado por el clima, pero todo esto lo mata la pasión por el trabajo, porque si uno está haciendo lo que le gusta eso no importa.

¿Le gusta ser villano?

Claro, porque hemos marcado la pauta de un antagonista un poco más real. Es decir, el tipo no siempre tiene una línea oscura, sino que vive una dualidad que es no querer hacer daño a los demás, pero la ambición puede más. El personaje tiene bondad y maldad, aspectos de la vida real. Creo que la gente es mala por circunstancias.

Lo mejor de trabajar con Alejandro Palacio y Taliana Vargas.

Son personas maravillosas, consentidas de Dios, transparentes y disciplinadas, y compartir en lugares tan maravillosos fotográficamente hablando nos ayudó a conformar una familia durante siete meses.

Hubo algunos rumores sobre posibles romances con actrices de la novela. ¿Qué tan ciertos son?

No, no tuve ninguno con nadie. Fue un rollo de armonía y amistad con todo el mundo. No había segmentación grupal, éramos unidos y trabajábamos para que el proyecto saliera adelante.

¿Qué papel jamás haría?

No me niego a nada, lo que venga es un nuevo desafío y para eso estamos, para jugar con nosotros mismos. Desde que comencé con las artes escénicas son un juego que necesita disciplina y pasión.

¿Cuál es el personaje que más recuerda?

Este, que es mi primer antagónico. Esta es la primera oportunidad que tuve de solidificar los conocimientos y plasmarlos en la práctica y en este personaje que me enamoró.

Uno de los sueños de un actor es hacer cine, ¿le gustaría participar en alguna producción cinematográfica?

Trabajar en cine es como la colombina que uno chupa y no se gasta, el calambombo grande. Me gustaría explorar un poquito ese medio. Verme en la pantalla grande y en varios planos.

¿Cuál es su película favorita?

El padrino I y II, Scarface y La cruda verdad son mis películas de cabecera.

¿A qué persona de su familia se parece más?

A mi mamá. Ella es un poco bohemia, chiflada y cree mucho en Dios. Ahora está escribiendo los libretos de un proyecto, entonces creo que heredé esa parte artística, pero ella los plasma en hoja y yo en la pantalla.

Usted estudió comunicación social. ¿Cómo termina en la actuación?

Luego de que terminé mi carrera me enteré de que iban a abrir inscripciones en una escuela de artes escénicas con Laura García y apenas pisé mi primera clase supe que eso era lo mío.

¿Descarta la posibilidad de ejercer el periodismo?

Para nada, quiero seguir trabajando como periodista-presentador, que es lo que siempre he hecho. Lo que pasa es que hay que buscar el tiempo para ligar una cosa con otra. Uno no puede tener dos mujeres, pero sí dos trabajos.

¿Qué le aburre de ser un personaje público?

Pues hasta ahora me estoy dando cuenta de que soy famoso. Pienso que no hay nada incómodo, pero hay momentos en los que uno quiere estar solo y llega alguien y te interrumpe. A la hora de la verdad te roban una sonrisa y uno se da cuenta de que les gusta el trabajo.

¿Qué proyectos tiene?

Ahora estoy empezando un proyecto como presentador y estoy concentrado en eso. Igual hay que seguir buscando audiciones.

¿A quién le pide un consejo?

A mi hermana Carolina, quien se crío conmigo.

¿Bogotá o Barranquilla?

Como oficina Bogotá; como casa, la costa. Estoy aquí y me quiebro el lomo para comer, pero cada vez que tengo un ahorro y tiempo me voy para Barranquilla.

¿Ajiaco o butifarra?

En este momento ajiaco, la butifarra me hace daño (risas).

Su mayor reto en la vida.

Ser diligente para ser excelente.

Por El Espectador

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