Una experiencia onírica

La dramaturga Laura Villegas, en la biblioteca de su casa. / Luis Ángel - El Espectador

Foto: LUIS ANGEL

¿De dónde nació la idea de crear ‘13 sueños (o sólo uno, atravesado por un pájaro)’?

El Espacio Odeón me buscó para que desarrollara una obra en su espacio. 13 sueños nació de los cinco pisos de ese edificio en el centro de Bogotá.

¿Cuál es el elemento principal de los escenarios?

Una historia de amor que podría ser la del mismo espectador.

¿Cómo se involucra el espectador con la obra?

A medida que avanza por el edificio se encuentra con los diferentes sueños, que lo invitan a ser parte de esa historia de amor a través de diferentes recursos, como tomarse algo en un bar, contestar una llamada telefónica, atravesar un aguacero y luego un bosque, espiar una conversación amorosa al levantar la bocina del teléfono, ir al teatro a ver una cantante o ser el invitado de una gran cena.

¿Qué características buscó en los actores de la obra?

Cada sueño exigió un artista particular. Los actores en su gran mayoría deben tener un buen entrenamiento físico por ser una obra muy coreográfica.

Fabio Rubiano es el encargado de la dramaturgia. ¿Cómo ha sido trabajar con él?

He aprendido mucho de él como dramaturgo y como director. En este momento creo que nos complementamos muy bien.

¿Cuál es su inspiración a la hora de crear o dirigir una obra?

Depende mucho del momento en el que estoy y de la obra. Puede influir una simple conversación, una idea, un escrito, un espacio o una imagen.

¿Cuál fue su primer encuentro con el teatro?

Desde niña iba con mis papas al teatro y al circo.

Una experiencia inolvidable de Francia, cuando estudiaba en la escuela Philippe Gaulier.

Los talleres de clown. Tenía pesadillas antes de subir a escena a hacer los ejercicios.

¿Cuál es su opinión respecto a las nuevas generaciones de teatro?

Pienso que es un buen momento porque las nuevas generaciones están volviendo a creer en las artes vivas. Hay un boom muy interesante de propuestas que rompen con el teatro convencional y buscan despertar de nuevo el interés del público en general.

Desde su experiencia, ¿qué es lo más importante a la hora de hacer teatro?

Un buen texto, unos buenos artistas, conexión con el equipo y tener una intuición muy aguda.

Su padre, Benjamín Villegas, es un gran editor. ¿Cuál es su obra favorita?

Muchas. En este momento la de pájaros.

¿Cuál es su director favorito?

Me encantan David Lynch en cine y Felix Barrett de Punchdrunk en teatro.

¿Qué película ha visto más una vez?

Las de Lynch, porque siempre dejan un cabo suelto que uno piensa que puede descifrar al volver a ver.

¿A qué se dedica en sus ratos libres?

A mi familia y a pasear.

¿Qué otra cosa le hubiera gustado estudiar?

Diseño, escenografía, dibujo y música.

¿Qué música le gusta?

Blues, jazz, boleros, rancheras, la música melancólica… y para bailar, la electrónica.

¿Cómo le gustaría ser recordada?

Como artista, por mis creaciones.