Una mirada al dolor

La artista bogotana ha firmado sus dos libros como Monique Savdié, igual que sus obras de arte . Sin embargo, sabe que, como los grandes artistas, será solamente SavdiE. /Gustavo Torrijos - El Espectador

¿De qué se trata la exposición ‘Visión en Jaque’?

Es una muestra que reúne en un solo espacio dos de mis obras recientes: “examen de visión 20/20”, que trata de un trabajo para visibilizar el conflicto armado en Colombia . Y también está ‘Escaque’, que empecé en 2013 alejándome un poco de la guerra para mostrar temas que me llamaban la atención: hacinamiento en las cárceles, pederastia, niños en el conflicto, desempleo, vejez desamparada, temas ambientales, entre otros. Basé este trabajo en un libro que escribí llamado “La Partida”, en donde cuento la historia de un secuestro extorsivo, desde una partida de ajedrez.

¿Qué significa para usted esta exposición?

Me encanta porque es un contacto directo con el público y eso es muy enriquecedor para ambas partes: yo les narro mi proceso de creación y ellos me expresan sus opiniones. Es un espacio que me permite ver hacia dónde va mi trabajo y qué es lo que quiero lograr. Hoy ya lo tengo claro pues, aunque narro cosas de dolor con un lenguaje estético, quiero ir hacia lugares más alegres.

¿Qué quiere lograr con su trabajo?

Yo siempre menciono una frase del maestro Miguel Ángel Rojas que dice: “cada artista es un cronista de su tiempo”. Me identifico mucho con esto porque tengo una formación de periodista y encontré en el arte el lenguaje para expresarme. Y esto me ha permitido perpetuar noticias, mantenerlas vivas y construír memoria, una deuda que tenemos todos con las víctimas.

¿Qué artistas han inspirado su obra artística?

La artista colombiana Doris Salcedo dijo alguna vez que existe una historia reprimida que nadie puede ver. Y eso es lo que yo trato de hacer con mi trabajo. Además, hay otra persona que es la antropóloga María Antonia Uribe, quien dice que si las sociedades no se comprometen e insisten en la ceguera, están condenadas a repetir una historia de impunidad y dolor. Desde ahí yo baso todo mi trabajo.

¿Cuál es el hecho de la historia de Colombia que más le ha impactado?

Cada vez que tengo que abordar el tema de la niñez: los que han presenciado actos violentos, niños que han visto a sus madres ser violadas, los que han pisado minas, los desplazados, quienes están en la guerra o en abandono. Eso es lo que más me duele.

¿Por qué utilizó las pruebas que utilizan oftalmólogos para examinar la visión?

La historia es curiosa. Me estaba haciendo un examen de ojos en 2007 y cuando vi esas letras que iban de grande a pequeño y no decían nada, me propuse escribir un poema de amor para dárselo a mi oculista. Pero justo en esa época fueron las primeras masacres paramilitares que nadie quería ver. No podíamos ignorar lo que estaba pasando y ser ajenos a los desmembramientos, por ejemplo. Sentí que tenía un compromiso de mostrar lo que estaba pasando lo logré hacer a través de mis obras y de mi trabajo

¿Pero cómo está de visión? ¿Usa gafas?

Jajaja. Sí, uso gafas para ver de lejos y de cerca.

¿Y le gusta jugar ajedrez?

Sé jugar. Últimamente mis amigos me han dicho que he mejorado mucho. No soy experta pero con todo este trabajo he aprendido mucho y les he ensañado a mis hijos.

¿ Qué la llevó a pintar las paredes afectadas por las bombas en los 90 el grafiti ‘Pablo es cobarde’?

Eso fue del impulso de responder al miedo con audacia mental y física. Yo siempre hacia grafitis, pero a esos me tenía que ir sola y al día siguiente, ya lo habían limpiado. Yo siempre me he querido enfrentar a los miedos: irme a una montaña sola, el narcotráfico y el miedo general del país en esa época.

¿Periodismo, artes plásticas o literatura?

Creo que no puedo elegir una sola, pues las tres están siempre presentes y fusionadas en mi trabajo en mayor o menor grado.