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“El año crítico del Zika será 2016”

Alejandro Gaviria, ministro de Salud, precisa la información sobre el virus que transmite un mosquito de origen africano: primero es la epidemia y luego la endemia. Leve en muchos casos, el zika puede ser, sin embargo, el causante de microcefalia en bebés y del paralizante Guillain-Barré en adultos.

Cecilia Orozco Tascón
24 de enero de 2016 - 02:19 a. m.
“Tenemos que ser claros: puede haber muertes atribuibles al virus del zika”: Alejandro Gaviria.  / Luis Ángel - El Espectador
“Tenemos que ser claros: puede haber muertes atribuibles al virus del zika”: Alejandro Gaviria. / Luis Ángel - El Espectador

Ha habido muchas burlas en programas radiales y redes digitales por el mensaje del Ministerio de Salud en que se pide a las parejas aplazar por unos meses su decisión de tener hijos para evitar el embarazo en madres afectadas por el zika. ¿Ustedes habían imaginado que esa podría ser una de las reacciones que podían presentarse en la población o los tomó por sorpresa?

Sabíamos que era un tema complicado y anticipábamos alguna controversia. También sabíamos que otros países habían decidido hacer la misma campaña. Discutimos el tema con médicos, salubristas y epidemiólogos. Casi todos estuvieron de acuerdo. Uno de los objetivos del mensaje era comunicar, adecuadamente, el riesgo que implica tener la enfermedad. Ese objetivo se cumplió porque la gente pasó del chiste a la preocupación genuina y sabe que esto es en serio. Tan serio que, siguiendo nuestro ejemplo, El Salvador y Honduras también decidieron recomendar el aplazamiento de los embarazos. Las autoridades de Brasil, por su lado, reconocen que deberían haberlo hecho antes.

Le confieso que no entendí por qué a algunos comentaristas les pareció gracioso el tema siendo tan dramático, puesto que se advierte que el bebé de una madre contagiada puede padecer microcefalia. ¿Tal vez el mensaje no fue tan claro como ustedes creían?

No. De manera ligera o equivocada, algunos entendieron nuestro mensaje como un llamado a la abstinencia sexual, cuando no tenían por qué haber hecho esa conexión. Los adultos deberían saber la diferencia entre un tema y otro.

La verdad es que unos interpretaron que ustedes estaban pidiéndoles a las parejas suspender las relaciones sexuales, mientras otros aseguraban que el zika, además del mosquito, también se transmitía por contagio sexual. ¿Cierto o falso?

No hay ninguna evidencia de que sea una enfermedad de transmisión sexual. Ese es un mito más entre tantos otros. Dijimos que las parejas deberían considerar aplazar los embarazos, no el sexo. No se trata de una invitación a la castidad. Es un llamado a usar métodos de planificación familiar ante una situación grave y no plenamente prevenible. Respetamos la autonomía y la libertad de las parejas y vamos a aprovechar esta coyuntura para arreciar nuestras compañas de educación sexual.

¿Con cuál o cuáles mensajes?

“Siempre con condón. ¡Obvio!”, será nuestro mensaje. Ahora es más importante que nunca. (Ver aquí el video)

¿Con base en cuáles hallazgos se estableció que el zika contraído por una embarazada puede ser causa de microcefalia en el feto?

Los mecanismos no se conocen plenamente, aunque la conexión ya está establecida: el zika causa microcefalia. Sin embargo, hay que señalar que no sucede en todos los casos. Repito, no todas las madres embarazadas que hayan contraído zika tendrán hijos con microcefalia. Aproximadamente uno de cada mil fetos de madres infectadas, la padecería. Hay que tener en cuenta que todavía existe incertidumbre sobre el tema.

La conexión entre los términos zika, embarazo y microcefalia ha llevado a relacionarlos con otro tema: aborto. La abogada que ha liderado las campañas de legalización del aborto en Colombia, Mónica Roa, ha declarado que las mujeres embarazadas que contraigan zika tienen derecho a abortar. ¿Qué opina?

Sobre el aborto nuestro mensaje ha sido claro: la decisión es de la madre, tal como lo ha señalado la jurisprudencia de la Corte Constitucional en muchas ocasiones. El médico evalúa el riesgo para la salud de la mujer, incluida su salud mental, y ella decide. En resumen, las mujeres podrían optar por un aborto si está en riesgo su salud física o mental.

¿No teme la reacción del procurador? Usted podría terminar siendo investigado por Ordóñez, tal como le está ocurriendo al ministro del Interior…

He tenido tantas polémicas con el procurador que ya le perdí el miedo (risas)…

¿Cuánto tiempo después de su nacimiento hay que hacerle seguimiento al bebé para saber si padecerá microcefalia?

Aproximadamente un año. Solo en ese momento se tendrá plena certeza de la ausencia de problemas de salud del bebé.

¿El mosquito que transmite el zika es el mismo que produce dengue y chikunguña o son diferentes variedades de insectos?

Es el mismo: se trata de un mosquito que vive dentro de las viviendas, usa el agua limpia para reproducirse y está presente en buena parte del país.

¿El agua sucia y empozada es, también, el nacedero de estos insectos? ¿No es en estos sitios en donde se reproducen los bichos?

No. Esa es una creencia muy extendida, pero equivocada. El mosquito de la malaria es el que utiliza el agua sucia. Por el contrario, el que transmite dengue, zika y chikunguña se reproduce en agua limpia.

¿Los insectos transmisores del zika solo pueden vivir y reproducirse en climas cálidos y a bajas alturas o pueden aparecer en climas de más de 20 grados centígrados aunque la altura de la región esté por encima de los 2.200 metros, como ocurre en Bogotá en esta temporada de fenómeno de El Niño?

Con el cambio climático, el hábitat del mosquito está cambiando. Antes hablábamos de que su medio estaba en municipios por debajo de los 1.800 metros. Ahora nos referimos a municipios por debajo de los 2.200. Bogotá no tiene, actualmente, presencia del mosquito.

Entonces, ¿cuáles zonas geográficas de Colombia están a salvo de estas enfermedades en términos no absolutos, pues se entiende que hay migraciones?

Esencialmente en las mesetas y laderas andinas, Bogotá y Tunja, de un lado; Pasto y sus alrededores, Manizales y el oriente antioqueño, entre otros. Su pregunta me trae a la memoria la afirmación de Miguel Samper en su estudio La miseria en Bogotá, escrito en el siglo XIX (1867). Allí, él dijo que Colombia estaba conformada por unas pequeñas islas de salud en un océano de enfermedad.

¿En qué se parecen o diferencian el dengue, el zika y el chikunguña, y cuál es más grave para quien los contrae?

El dengue es el más peligroso y tiene la mayor mortalidad. El chikunguña produce los síntomas más incapacitantes, sobre todo, dolores articulares muy fuertes. Por su parte, el zika tiene síntomas más leves y es asintomático en una de cada cinco personas, pero puede acarrear consecuencias neurológicas muy graves, como las que traen la microcefalia y el Guillain-Barré, entre otras.

¿Por qué y con cuánta certeza médica se ha hablado recientemente de una posible conexión entre el zika y el mal de Guillain-Barré, mucho más grave que los anteriores?

Como sucede con la conexión entre el zika y la microcefalia, en este caso hay una asociación fuerte que sugiere un vínculo causal. Las cifras todavía son inciertas, pero uno de cada mil infectados con zika podría desarrollar Guillain-Barré.

¿En qué se basan los analistas para establecer esa asociación?

En las cifras recientemente reveladas en Brasil, El Salvador y la Polinesia Francesa. En Colombia observamos, en los últimos años, un aumento sustancial de los reportes de Guillain-Barré.

Cuando el Guillain-Barré es adquirido por contagio del zika, ¿la parálisis que produce es permanente o revierte cuando pasan los efectos de la picadura del mosquito?

Todavía no hay mucho conocimiento, pues este es un fenómeno nuevo para la ciencia. Aparentemente, los casos de Guillain-Barré relacionados con zika son más leves que los asociados a otras infecciones. Y la mayoría de los afectados se recuperan plenamente.

¿Cuántos casos comprobados de microcefalia y Guillain-Barré transmitidos por zika hay en Colombia, de acuerdo con las estadísticas del ministerio a su cargo?

Hay doce casos sospechosos de Guillain-Barré a los que les estamos haciendo seguimiento. En cuanto a la microcefalia, todavía no tenemos ninguno comprobado, pero esperamos aproximadamente 400 este año.

¿En qué fundamentan esa expectativa?

En la extrapolación con la experiencia de Brasil.

¿Por qué ustedes hablan de prevenir la picadura del insecto durante seis meses? ¿Se trata de una época de reproducción acelerada del mosquito o de condiciones favorables para él debido al fenómeno de sequía en el país?

Las medidas preventivas contra el mosquito son permanentes. En el caso de la microcefalia, hablamos de seis meses porque esa es la evolución prevista de la epidemia. Esa fue la curva que tuvimos, por ejemplo, en el caso de chikunguña: primero creció rápidamente y después de varios meses disminuyó hasta estabilizarse en un número menor de casos.

¿Es cierto que el tratamiento del virus, salvo en casos de Guillain-Barré, es simple y se limita a tomar acetaminofén y a mantenerse unos días en reposo?

No hay tratamiento distinto al manejo sintomático: hidratación, reposo y acetaminofén. Nuestra preocupación, insisto, reside en las complicaciones neurológicas.

¿Por qué Colombia y Brasil son los países más afectados por la presencia del zika, si las otras naciones latinoamericanas tienen condiciones climáticas y geográficas similares?

El zika entró por el sur y está subiendo hacia el Caribe. La afectación será similar en todos los países. Tenemos, eso sí, diferencias en el reporte. En Venezuela, por ejemplo, hay silencio epidemiológico desde hace muchos meses.

Pero esa sí debe ser una decisión política de gobierno. En cuanto a Colombia, ¿cuánto tiempo permanecerá esa crisis o es permanente y llegó para no irse?

Llegó para quedarse. Después de la epidemia vendrá una situación endémica con un número menor de casos distribuidos de manera más o menos uniforme a lo largo del año. El año crítico es este 2016, bisiesto.

No resisto la tentación de preguntarle si, en medio de su pragmatismo de tecnócrata, se permite la licencia de creer en los malos augurios que supuestamente traen los años bisiestos…

En general soy incrédulo, pero en esta ocasión estoy muy preocupado y por eso hago esa alusión casual.

Por último, ministro: ¿los hábitos de higiene sirven para evitar el zika y similares?

Son claves. No dejar agua acumulada, cepillar los tanques y albercas, tapar los recipientes, recoger los inservibles… Todo este tipo de actividades son esenciales para la prevención. La protección personal también es muy importante: todas las personas, entre ellas las embarazadas, por supuesto, deben usar repelente y ropa que cubra la mayor parte del cuerpo. El 70 % de la prevención depende de lo que hagan o dejen de hacer las personas, familias o comunidades.

Además de los contagios y el malestar pasajero, ¿habrá muertes por zika?

Sí. En esto tenemos que ser claros: puede haber muertes atribuibles al virus del zika.

Zika, preocupación de los científicos

La viróloga Ana Bispo, de Brasil, ha dedicado su laboratorio en Río de Janeiro a estudiar el zika desde el año pasado, cuando empezaron a detectarse casos en su país. Bispo se ha convertido en una autoridad consultada internacionalmente debido a la insipiencia de los conocimientos sobre esta enfermedad que tiene en vilo a medio mundo, y al otro medio advirtiendo a sus habitantes que eviten viajar a las regiones en donde se reproduce el mosquito que la transmite a los seres humanos. También fue la primera científica en identificar la presencia del virus en el líquido amniótico de las embarazadas. El paso siguiente fue hacerles seguimiento a las madres afectadas y así ligó casi 4.000 sospechas en bebés con aparente daño cerebral y cabezas de tamaño menor al normal. El zika, cuyos síntomas en muchas ocasiones son pasajeros y no suelen tener consecuencias graves, llamó la atención de los expertos cuando, precisamente, se encontraron coincidencias entre el virus, la microcefalia y, más recientemente, la enfermedad de Guillain-Barré, que produce parálisis. Hoy existe una red que involucra más de 40 laboratorios y decenas de especialistas en diferentes ciencias, desde genética hasta neurología, creada exclusivamente para investigar el microorganismo.

América Latina, en alerta

Los primeros casos masivos identificados como producidos por el virus del zika en América Latina se reportaron en febrero de 2015, en Brasil, cuando la red sanitaria empezó a reportar extrañas erupciones en la piel en seis estados (departamentos). En menos de un año, la Organización Panamericana de la Salud confirmó la detección del zika en 20 países más, entre ellos Colombia, Ecuador, Venezuela (sin datos oficiales), Panamá, México, Puerto Rico y otros Estados caribeños y centroamericanos. El recuento crece y nadie duda de que llegará a todo el continente. El zika es un arbovirus de los que producen los animales invertebrados como zancudos, garrapatas y mosquitos. Es similar al dengue, al chikunguña, la fiebre amarilla y la denominada encefalitis japonesa. Se identificó originalmente en África, a finales de la primera mitad del siglo XX, concretamente en Uganda, en los bosques de Zika, de donde proviene su nombre. Los investigadores lo encontraron de manera accidental en un mono cuando realizaban un estudio sobre la transmisión de la fiebre amarilla. Casi 60 años después hubo hallazgos de zika en la Polinesia, Océano Pacífico, en 2013. De 10 mil casos reportados, 70 fueron graves: los pacientes desarrollaron complicaciones neurológicas como las que hoy tememos los latinoamericanos.

Por Cecilia Orozco Tascón

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