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"Habría que estar en la coalición para la reelección"

El ministro de Trabajo afirma que los partidos de la Unidad Nacional, si son coherentes, deberían estar “fuertemente inclinados” a ingresar a la campaña por la reelección del presidente Santos.

Cecilia Orozco Tascón
07 de abril de 2013 - 02:00 a. m.
“Moleste a quien moleste, el presidente ha gobernado con espíritu liberal”, opina el mintrabajo Rafael Pardo. / Gustavo Torrijos
“Moleste a quien moleste, el presidente ha gobernado con espíritu liberal”, opina el mintrabajo Rafael Pardo. / Gustavo Torrijos

Cecilia Orozco Tascón.- ¿Por qué el Gobierno le dio prioridad a la reforma a la salud en su presentación ante el Congreso y relegó la de pensiones a un segundo lugar?

Ministro Rafael Pardo Rueda.- Las dos reformas son prioritarias para el Gobierno, pero no puedo atravesármele a la de salud, porque ese proyecto es mucho más urgente dado que es cuestión de vida o muerte, como lo demuestran todos los días los hechos. Sin embargo, esa realidad no le quita peso a la reforma de pensiones, que es absolutamente necesaria. Como se sabe, el sistema actual pensiona a muy poca gente, vale demasiada plata y es inequitativa. Esto es lo que resulta inaplazable modificar sin que un tema compita con el otro.

C.O.T.- Pese a su punto de vista, es notorio que, al menos en el nivel ministerial, le están poniendo palos en la rueda a su reforma: el ministro de Hacienda afirmó que la prioridad del Gobierno era la de salud y hace unos días el del Interior dijo que todavía le faltan consensos a la de pensiones. ¿Por qué se presenta esa contradicción entre ellos y usted?

R.P.R.- Ha habido unas diferencias de opinión con el Ministerio de Hacienda, pero eso es normal y se resuelve sin problemas. A todas las reformas les faltan siempre consensos absolutos: uno no puede pretender que haya total acuerdo sobre un tema antes de presentar el proyecto de ley. Tenemos unos consensos básicos y, lo mismo que ocurre con la de salud, la de pensiones requiere de mucha discusión pública. Pero mientras que la primera requiere ser aprobada en junio, la de pensiones puede pasar el trámite legislativo antes de que se termine el año. Quiere decir que no compiten tampoco en el tiempo.

C.O.T.- ¿Cuándo se presentará la reforma a las pensiones?

R.P.R.- En los próximos 10 días, con el ánimo de que se inicie el trámite en la Comisión Séptima de la Cámara y que se concluya su tránsito en la legislatura que empieza el 20 de julio.

C.O.T.- Esta semana el presidente firmó un decreto creado en su ministerio: el de pensión de vejez para los excluidos del sistema actual. ¿Es una especie de premio de consolación en vista de que el proyecto de pensiones está tan enredado?

R.P.R.- (Risas) No. Es complementario tanto en el asunto de pensiones como en justicia social. La protección a la vejez busca: 1. Darles apoyo económico a los adultos mayores que no tienen pensión. Este apoyo se enmarca en un programa que se denomina Colombia Mayor y que hemos ampliado en cobertura desde cuando lo recibimos del expresidente Uribe 2. Proteger al trabajador informal que no tiene acceso al sistema. Ese es el decreto al cual hace usted referencia. Pone en marcha un esquema de ahorro con subsidio para que ese trabajador cuente con un ingreso mensual de por vida. Y 3. Incluir en el sistema a quienes han estado al menos 25 años de su vida en el mercado laboral formal pero que no alcanzan a tener derecho a pensión.

C.O.T.- Bueno, tal vez el expresidente Uribe no lo ha entendido así, porque hace un par de días pidió elegir para presidente a un “reemplazo” de Santos, entre otros motivos, porque “se estancaron los ancianos”. ¿Qué le respondería?

R.P.R.- Que le han dado datos equivocados. En el programa Colombia Mayor él dejó cubiertas a 627 mil personas. Hoy tienen ese beneficio casi un millón 100 mil ancianos que están recibiendo una suma bimensual de $120.000 en promedio. Está previsto, además, que cada año el programa llegue a 250 mil personas más, hasta llegar a cobertura universal en el año 2018, de mayores de 65 años que vivan en condiciones de extrema pobreza e indigencia.

C.O.T.- Volviendo a la competencia entre ministros, ¿no será que su rivalidad no es por las reformas sino por los intereses propios?

R.P.R.- No quiero prejuzgar. Creo que se trata sólo de que cada uno tiene su propia esfera de responsabilidad.

C.O.T.- ¿Es cierto que usted se confrontó en privado con el ministro de Salud por el proyecto de cada uno?

R.P.R.- No. Con él tenemos pleno acuerdo en cuanto a tiempos y prioridades. Él sabe que yo entiendo la urgencia de modificar el sistema de salud. Y él comprende que la reforma de pensiones es inaplazable.

C.O.T.- Se comenta que las rivalidades entre los jefes de las carteras se deben a las aspiraciones políticas de cada uno: Vargas Lleras quiere ser presidente. Cárdenas estaría sembrando cimientos para ser el candidato de los conservadores. Y usted sería la fórmula vicepresidencial de Santos. ¿Qué hay de verdad en estas especulaciones?

R.P.R.- No lo sé en cuanto a los ministros que usted menciona. En cuanto a mí, no me saque del llavero tan pronto.

C.O.T.- Con perdón suyo, el tema vicepresidencial no parece descabellado, porque usted fue director del liberalismo y lo representa en el ministerio.

R.P.R.- Lo que quiero decir es que uno puede aspirar a ser presidente, gobernador o alcalde porque depende de la voluntad propia. Pero que a la Vicepresidencia no se aspira porque es un cargo que es del resorte del presidente y de nadie más.

C.O.T.- Eso significa que no está cerrando la puerta a esa posibilidad, sino siendo discreto. Si se la plantearan, ¿qué diría?

R.P.R.- ¿Usted cree que alguien puede contestarle con sinceridad y sentido de realidad esa pregunta?

C.O.T.- Al presidente le han cuestionado su supuesta falta de coordinación con el gabinete ministerial. ¿Lo que ha ocurrido entre usted y los demás ministros es una demostración de que esa crítica es cierta?

R.P.R.- No es cierto que haya falta de coordinación entre los ministros ni entre éstos y el presidente. Es común la tendencia a generar contradicciones donde no las hay.

C.O.T.- Los enfrentamientos se extienden a los partidos, tal como ha ocurrido esta semana: si Santos se reúne con los liberales, brincan los de la U, y si éstos asumen que son los dueños del gobierno, los conservadores amenazan con retirarse de la alianza. ¿La pugna por el poder y la cercanía al presidente la lleva ganada el liberalismo?

R.P.R.- El liberalismo entró al gobierno por invitación del presidente después de las elecciones. En ese momento me llovieron rayos y centellas. Recibí renuncias, descalificaciones e insultos porque el partido había abandonado la oposición. Hoy, la mayoría liberal no discute que ha sido coherente estar en la actual administración porque, moleste a quien moleste, el presidente ha gobernado con espíritu liberal.

C.O.T.- Espíritu que les molesta a la U, a los conservadores y a Uribe. Por eso, justamente, ellos dicen que Santos es un traidor.

R.P.R.- El ingreso al gobierno del Partido Liberal se hizo sobre la base del compromiso con tres proyectos: la ley de víctimas, la de primer empleo y la protección a la vejez. Esas tres propuestas y muchas otras políticas del Gobierno, entre otras la de abrir la posibilidad de adelantar un proceso de paz, han sido, históricamente, banderas liberales. Ahora, si usted afirma por ese motivo que el presidente es liberal, le digo que no es verdad. Él fue elegido por el Partido de la U con apoyo del Partido Conservador y de Cambio Radical y estas colectividades también han aportado iniciativas que se han desarrollado en la administración. Con el mismo argumento se diría que él está con los otros partidos.

C.O.T.- En los últimos días se siente, más que antes, la molestia de los conservadores que amenazan hasta con retirarse de la coalición. ¿No terminarán los liberales por hacerle más daño que bien al Gobierno pues se podría quedar sólo con ustedes?

R.P.R.- Esa posibilidad no existe y no es deseable para el Gobierno, para los demás partidos y ni siquiera para los liberales.

C.O.T.- ¿Por qué? ¿Por las dificultades que tendría adelantar la reelección?

R.P.R.- Si un partido está en una coalición con el presidente y éste decide dentro de la ley y la Constitución presentarse a la reelección, y si el partido es coherente y el Gobierno ha sido consistente con sus políticas, tendría que estar fuertemente inclinado a estar en la coalición para la reelección. Por supuesto, el liberalismo tendrá que tomar esta decisión en sus instancias estatutarias y en el momento oportuno. Lo que tiene que evaluar es si sus banderas han sido representadas por el Gobierno.

C.O.T.- Según usted, ¿lo han sido?

R.P.R.- Estoy seguro de ello en el caso del liberalismo, pero también para la reelección el partido tiene que definir cuáles deben ser sus políticas, programas y propuestas, con independencia de lo que otras colectividades de la coalición decidan.

C.O.T.- Usted estuvo con la primera reelección de Uribe. Se opuso a la segunda. ¿Por qué ahora está otra vez de regreso a la reelección?

R.P.R.- Yo voté en el Senado por la aprobación constitucional de la reelección presidencial. Pero usted recuerda que no acompañé a Uribe en esa campaña ni en la segunda. A su pregunta, le respondo que esa figura hoy es parte de la Constitución.

C.O.T.- ¿Qué opina de la propuesta de Piedad Córdoba sobre ampliación del período presidencial y del Congreso por dos años más?

R.P.R.- Temas tan trascendentales tienen que provenir de partidos y de grandes fuerzas políticas. No sé si la propuesta de Piedad busca impedir que Santos sea reelegido o si pretende que el proceso de paz no se confunda con la campaña electoral.

C.O.T.- ¿La virulencia con que han hablado en estos días los expresidentes es reflejo de lo que pasará en la campaña o se trata de simples manifestaciones de egos?

R.P.R.- Uribe está viviendo lo que él sembró. La verdad es que el papel de los expresidentes en la política nacional, antes de consejeros, se modificó en el gobierno de Uribe desde cuando él empezó a descalificar las opiniones de los exmandatarios cuando los remitía a controversias sobre sus propias administraciones.

C.O.T.- ¿Como por ejemplo cuándo?

R.P.R.- Cuando el expresidente Gaviria le criticó a Uribe la política que adoptó con los paramilitares, éste le contestó recordando a Los Pepes. Cuando Samper encontró falencias en la política económica, Uribe lo remitió al proceso 8.000. Cuando Pastrana se distanció de la política exterior de Colombia, el expresidente le recordó el Caguán. Ahora él critica a Santos pero al mismo tiempo pretende que sus dos gobiernos no sean escrutados por la administración actual ni por los demás expresidentes.

C.O.T.- Usted conoce bien a Andrés Pastrana pues estuvo cerca de él en la campaña en que alcanzó la Presidencia. ¿Cómo explica la gran molestia que él expresa con Santos? ¿Tal vez la torpeza política con que han tratado el tema de La Haya y del Caguán?

R.P.R.- No quisiera interpretarlo para no caer en errores.

C.O.T.- La paz es un tema que todos desean apoyar, salvo Uribe. ¿Por qué en vez de unir a los demás expresidentes en torno a ese proyecto, Santos ha logrado poner en contra a unos o neutralizar a otros?

R.P.R.- En el tema de paz nadie tiene que ser convencido por otro, ni sentirse del lado contrario por diferencias con el Gobierno. Este es un tema que debería concitar un acuerdo político más allá de las simpatías o antipatías por la administración.

Dudas sobre la reforma al sistema de pensiones

Cecilia Orozco.- Propone un régimen de prima media para los pensionados y otro de ahorro propio. ¿No resulta inequitativo que queden bajas pensiones con independencia de lo que cada uno aporte?

Rafael Pardo.- Al contrario: el nuevo sistema concentraría los subsidios del Estado en las pensiones bajas y medias. Y las pensiones altas tendrían que ser financiadas con ahorro del trabajador.

C.O.- No es claro el aporte que hará el Estado al sistema porque repartirá lo que les corresponde a los de clase media, entre ellos y los de clase popular. 

R.P.- Subsidiará las pensiones del primer escalón de prima media sobre el salario mínimo en un 60% con recursos del presupuesto. El 40% restante corresponderá a aportes del trabajador. Las pensiones por encima del mínimo serán proporcionales al ahorro individual, lo cual es más justo que lo que sucede hoy.

C.O.- Parece inequitativo que el monto de la pensión dependa de la capacidad de ahorrar cuando pocos lo pueden hacer.

R.P.- Las altas pensiones que existen no son financiadas con cotizaciones igualmente altas, sino con recursos estatales. Eso sí es inequitativo. Propongo que los subsidios se destinen por igual a las pensiones bajas y medias, lo que mejoraría la mesada del 80% de los jubilados.

Regímenes intocables

C.O.- ¿Los ricos se preocupan por la reforma al sistema de pensiones?

R.P.- Si asimilamos los ricos a las personas bien informadas, no sólo se interesan en el sistema sino que se trasladan hacia el régimen público cuando les faltan 10 años para jubilarse. Cada año se movilizan 100 mil personas, más o menos, de los fondos privados a Colpensiones porque se sabe que la pensión en el régimen actual es subsidiada y que mientras más alta se calcule que será, más subsidio recibirán. Los ricos escogerían el régimen de prima media.

C.O.- Nadie se refiere a los regímenes especiales, el que cubre a los militares. Pero es una gran carga, puesto que ellos se pensionan con la mitad del tiempo y con el doble del monto. ¿Eso es intocable?

R.P.- No se va a tocar por dos razones: 1. Porque los militares están sometidos a una carrera y su salida, en general, no ocurre por decisión propia sino institucional. Las particularidades de ese oficio hacen que no se pueda desempeñar fácilmente un cargo con esas competencias en el sector privado. Por lo tanto, los militares no tienen pensiones sino asignaciones de retiro. 2. En todas partes del mundo quienes tienen que ponerles el pecho a las guerras tienen regímenes especiales precisamente por esa razón.

Por Cecilia Orozco Tascón

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