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“Me sorprendió tanta solidaridad”: profesor que se enfrentó con Echeverry

El ingeniero de petróleos y profesor de la Universidad Industrial de Santande, generó un espontáneo movimiento de solidaridad después de que se divulgara la forma en que Juan Carlos Echeverry lo menospreció.

Cecilia Orozco
24 de abril de 2016 - 01:55 a. m.

En el debate en la Comisión Quinta de la Cámara, que tanta repercusión tuvo por la forma como el presidente de Ecopetrol lo trató, usted expuso sus tesis. ¿A nombre de quién? O dicho de otra manera: ¿quién lo invitó?

Fui invitado por el alcalde del municipio de La Macarena, en cuya jurisdicción están Caño Cristales y el bloque Serranía, alrededor del cual están los parques Tinigua, Los Picachos y la propia serranía de La Macarena, es decir, la zona en que se iba a iniciar la exploración. El alcalde había sido llamado por los congresistas para que expusiera, ante las directivas del gremio petrolero y los altos funcionarios encargados de la política petrolera, su posición sobre los impactos que podrían generarse en los parques, a raíz de la resolución (286) de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), en que se autorizaba a la empresa Hupecol Operating C.O. LLC. a iniciar actividades exploratorias mediante la perforación de 150 pozos.

Todavía no entiendo: ¿por qué un profesor era el interlocutor adecuado para esa discusión?

El alcalde me cedió la palabra porque he venido acompañando al municipio desde hace dos años, cuando Hupecol inició con la comunidad un proceso de socialización del estudio de impacto ambiental que ella misma había realizado para obtener la licencia de la ANLA. Cuando esta agencia adelantó una audiencia pública sobre el tema, yo fui uno de los ponentes del municipio. En esa ocasión advertimos sobre los riesgos que corrían Caño Cristales y los otros 18 caños de la serranía, e incluso sobre la afectación que podrían tener, desde sus nacimientos, los ríos Duda, Guayabero y Losada por el fenómeno de hidrodinamismo que se presenta en la mayoría de los yacimientos que hay en la cuenca de la Orinoquia. En la Comisión Quinta expuse estas tesis.

¿En qué consiste el fenómeno de hidrodinamismo y con base en cuáles investigaciones afirma que puede afectarse el sistema de Caño Cristales por la exploración petrolera, tesis que produjo la burla del presidente de Ecopetrol?

No sólo en una sino en varias prestigiosas universidades extranjeras y nacionales, entre ellas el Instituto Francés del Petróleo, se han adelantado investigaciones sobre el fenómeno de hidrodinamismo y sobre lo que sucede cuando se presenta: se ha identificado que el espacio que deja el hidrocarburo (petróleo) extraído se llena con el agua que entra de la superficie, y que a esos espacios no llega sólo el agua que está cerca sino la que se encuentra a kilómetros del campo. Los estudios, las investigaciones y las explicaciones de hidrología en que se sustenta la ocurrencia de ese fenómeno (algunos enlaces en la web) están a disposición de quienes los requieran. En resumen, cuando se desata el fenómeno, su resultado es que el agua existente en una zona se filtra no vertical sino lateralmente, a través de la misma roca que contiene el hidrocarburo. La consecuencia es que, mientras el subsuelo en donde están las exploraciones se llena de agua, las zonas de recarga (los puntos en la superficie por donde se profundiza el agua) se secan.

¿Lo que usted quiere decir es que Caño Cristales y los otros caños correrían el riesgo de secarse?

Sí, porque tienen muy bajo caudal.

¿Y es lo mismo que trató de explicarles al presidente de Ecopetrol y a quienes estaban presentes en la Comisión Quinta de Cámara?

Sí. Él no entendió, porque estos conceptos son técnicos. Se limitó a refutar mi explicación afirmando que el agua que está en el mismo sitio en donde se explora está a menor distancia de la superficie que el petróleo y que éste, además de estar más profundo, se encuentra aislado por rocas impermeables que no permiten la penetración de las aguas de superficie. Eso es cierto. Sin embargo, él desconoce que el hidrodinamismo no funciona vertical sino lateralmente, como le dije antes, mediante la misma roca, puesto que ésta hace parte de una línea continua que va hasta el límite de la cuenca sedimentaria. Hay muchas explicaciones técnicas de la migración del agua hasta el yacimiento, pero este no es el espacio para ahondar en ellas.

Aparte del debate técnico, y entrando en el humano, que tanto revuelo causó, ¿se sintió humillado con las expresiones y gestos de Echeverry, quien lo descalificó pidiendo que le trajeran a alguien de mayor categoría para discutir estos temas con él?

No me sentí humillado y ni siquiera me molestó. Sin embargo, me sorprendió la actitud agresiva, ofensiva y prepotente de quien tiene semejante responsabilidad pública y ocupa el cargo del doctor Echeverry, sobre todo porque la expuso en el escenario del Congreso de la República, en donde se supone que se dan los debates de la democracia.

De otro lado, ¿se sorprendió también por la solidaridad que se generó en las redes sociales con usted?

Sí. También me sorprendió la solidaridad masiva de los medios de comunicación y de las redes sociales después de la nota que publicó Noticias Uno el domingo pasado. No esperé que tuviera tanto eco. Llevo cinco años recorriendo las zonas de influencia petrolera y acompañando a sus comunidades por los servicios de asesoría que les he brindado. Nunca había sucedido algo similar. Creo que la actitud del presidente de Ecopetrol contra mí tiene que ver, además de con que no le agradó mi posición, con la discriminación que he sufrido por mi trabajo al lado de las comunidades, que despierta desconfianza y burla.

Precisamente su respuesta me permite hacerle la siguiente pregunta: ¿usted se define a sí mismo o se reconoce como “mamerto”, término peyorativo y burlón con que se descalifica, en ciertos círculos, a personas que trabajan en materias de derechos humanos o derechos comunitarios?

Si ese término con que se pretende descalificar al otro significa ser comunista o ser un “guerrillero intelectual”, no lo acepto. Soy un académico con sentido nacionalista que traslada el conocimiento de las aulas a la comunidad para que ésta se entere de cuál es la realidad de la política petrolera, en la que no prima la protección de los recursos naturales, pero en cambio permite la utilización de los recursos minero-energéticos por parte de las empresas, sin casi nada a cambio. Y sin una vigilancia seria sobre sus prácticas. Estas compañías tienen plena autonomía en sus operaciones y, por si fuera poco, autorización para hacer sus propios estudios ambientales cuando tramitan las licencias ambientales.

Estos días se ha rumorado que usted pertenece a movimientos políticos. ¿Ha sido militante de algún partido o sindicato?

Eso es fácil de corroborar en la Registraduría o en el Consejo Electoral: nunca he sido candidato a corporación alguna ni he sido miembro o directivo de un partido político. Tampoco he participado en convenciones ni consultas internas. Fuera de que no es mi vocación, mi condición de servidor público, al ser profesor de planta de una universidad estatal, me lo impide. Recuerde que he sido docente durante 25 años continuos. Tampoco he estado afiliado a ningún sindicato. He asesorado a los congresistas de las Comisiones Quintas del Congreso sin remuneración y sin importar el color político, pues en estas comisiones se discuten los asuntos minero-energéticos del país. Actualmente asesoro a la USO, a la fundación que aglutina los sindicatos del sector y a otros movimientos sociales, pero no pertenezco a ellos.

¿Por estas asesorías a sindicatos le pagan o lo hace de manera gratuita?

Son asesorías gratuitas. Esto también es fácil de comprobar en la DIAN y con mi declaración de renta, en donde sólo aparece mi único ingreso: el salario de profesor.

Pero alguien podría pensar que usted, en vez de teorías científicas, expone posiciones ideológicas…

Como tengo sentido nacionalista, tengo mi posición hacia lo que considero que debería ser la política petrolera en Colombia. Eso no lo niego. No obstante, le digo categóricamente que no estoy dispuesto a desviar los resultados de las investigaciones que conozco o en las que participo, por ninguna ideología. En cambio, del otro lado, sí le puedo afirmar que me consta que cuando hay estudios cuyas conclusiones no le convienen a la industria petrolera, esta obliga a firmar cartas de confidencialidad a sus autores para que los resultados no puedan ser divulgados. O sea, para que sean “engavetados” y que nunca vean la luz.

Un egresado de la UIS protestó en las redes porque usted usó su tesis de grado, la cual versa, precisamente, sobre la existencia del fenómeno de hidrodinamismo. ¿Le pidió autorización?

A mí no me ha llegado ningún reclamo, pero he leído la frase en una cuenta de Facebook, supuestamente del autor de la tesis, en que dice que yo no le he pedido permiso para publicar su tesis. No entiendo por qué una investigación universitaria que se encuentra disponible en la biblioteca pública de la UIS tiene reserva de uso. En el mundo académico se sabe que, una vez que una publicación se incluye en los números de las bibliotecas universitarias, se puede citar dándole crédito a su autor. Y eso fue lo que hice. Por lo demás, cuando uno termina su tesis de grado, firma una carta en la que cede todos los derechos a la universidad, precisamente para que pueda ser citada.

¿Por qué cree que el autor de esa tesis protestó? ¿Tal vez por temor profesional en vista del debate que se armó?

Debe ser. Es sensato pensar que, si él ha leído los ataques que he sufrido, no esté dispuesto a padecer el rechazo de la industria petrolera. Es extraño, de todas maneras, porque he aludido a muchos más documentos y tesis y ninguno de sus autores ha manifestado desacuerdo con mis citas.

¿Es cierto que unas declaraciones suyas en 2014 —sobre el impacto de las actividades sísmicas cuando se perforan pozos— fueron desautorizadas por la UIS?

El director de la Escuela de Petróleos envió una carta al viceministro de Minas del momento en la cual desautorizaba mis denuncias sobre los impactos que genera el uso de explosivos en la exploración para la búsqueda de hidrocarburos en el subsuelo. Pero nunca preguntó por mis argumentos, no consultó las investigaciones en que me basé y ni siquiera surtió el proceso formal requerido para estos casos, que consiste en reunir al claustro de profesores para estudiar el caso. Tampoco tenía la autorización escrita, o no la dio a conocer, para pronunciarse a nombre de la universidad, cuya vocería está en cabeza del rector, salvo que éste la delegue formalmente. Poco antes de que se escribiera la comunicación por la que usted pregunta, el director de la Escuela y el viceministro se reunieron. Es claro que éste tenía interés en restarle credibilidad a mis declaraciones sustentadas, como siempre lo hago.

Puedo entender al viceministro, pero ¿qué ganaba el director de la Escuela firmando una carta amañada?

No puedo certificar que el director de la Escuela fuera beneficiario de algo. Sí me consta que, el día anterior a que él viajara a Bogotá a reunirse con el viceministro, me invitó a que lo acompañara y me dijo que se podían conseguir “contratos en los que yo podría bonificar”. Le respondí que no me interesaba nada para mí, pero que buscara solucionar el problema que tenía la universidad con Ecopetrol por la administración de Campo Colorado, que operábamos mediante convenio con Ecopetrol. Y como ésta cerró ese campo, no le ha vuelto a recibir crudo a la UIS.

¿Por qué insiste en denunciar al presidente de Ecopetrol, a pesar de que él se disculpó con usted?

Se equivoca: él me trató despectivamente y no se disculpó conmigo, aunque era a mí a quien había ofendido. Presionado por las críticas, dio unas explicaciones al gremio docente que me respaldó. Voy a denunciar al doctor Echeverry por calumnia e injuria, por haberme acusado de cometer el delito de pánico económico y por haber puesto en duda mis calidades de docente y de profesional afectando mi buen nombre y reputación académica, hecho que me perjudica porque, además de ser profesor, soy invitado permanente a dictar conferencias y a asistir a foros y seminarios a nivel nacional e internacional.

* * *

“¿Cuál independencia?”

El ingeniero de petróleos Óscar Vanegas, que despertó solidaridad en las redes por la forma despótica en que fue tratado por el presidente de Ecopetrol durante un debate en la Cámara de Representantes, fue, simultáneamente, objeto de ataques en la industria petrolera.

La Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos (Acipet) y algunos profesores firmaron una carta respaldando a la industria petrolera, y aunque no lo mencionan, se entiende que es contra usted. ¿Qué les responde?

Es lógico que quienes tienen intereses económicos o políticos coincidentes con los del presidente de Ecopetrol se unan en un pronunciamiento a favor del doctor Echeverry y de la actividad de la que derivan su sustento. El 80 % del presupuesto de Acipet depende del Congreso Nacional del Petróleo, que se realiza cada dos años y el cual es financiado, a su vez, por la industria petrolera. En cuanto a las firmas, en el mismo comunicado, de unos profesores universitarios hay que advertir que, infortunadamente, las escuelas de petróleos también tienen dependencia, al menos parcial, de contratos con la industria y con el Estado. Curiosamente allí aparecen, entre los firmantes, el presidente de Ecopetrol y dos de sus subalternos. ¿Cuál independencia pueden tener, respecto de él, todos los demás?

“Por fortuna trabajo en donde hay libertad intelectual”

¿Ha tenido dificultades o llamados de atención en que le adviertan que si continúa exponiendo sus posiciones no podría seguir dictando cátedra en la UIS?

Por el contrario, acabo de pasar la etapa de renovación de tenencia, una evaluación de desempeño académico, después de la cual, si se supera con buenos resultados, se ratifica la permanencia de cada profesor por un período de tres años más. Lo digo sin vanidad, pero con orgullo: he sido uno de los mejor evaluados de la Escuela y de la universidad. Y he recibido tres condecoraciones al mérito educativo otorgadas por el Concejo (Orden Andrés Páez de Sotomayor), por la Alcaldía de la ciudad (Orden Ciudad de Bucaramanga) y por la Gobernación (Orden Francisco de Paula Santander).

De todos modos, ¿no teme sufrir aislamiento profesional o que lo retiren de sus clases por sus actividades, aparentemente en contra de la poderosa industria petrolera?

De ninguna manera, puesto que llevo cinco años exponiendo estas mismas posiciones y la universidad acaba de renovar mi tenencia, como le acabo de manifestar, sin involucrarse en la polémica ni tener en cuenta la presión de nadie. Por fortuna se trata de una universidad pública en la que prima la libertad intelectual.

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Estudios

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Por Cecilia Orozco

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