El debut de Lionel Messi en Alemania 2006

Con 18 años y apenas dos en el profesionalismo, el astro del Barcelona fue enviado al campo por José Pékerman en un partido entre Argentina y Serbia y Montenegro, en Alemania 2006.

Sebastián Arenas - @SebasArenas10
29 de marzo de 2018 - 03:00 a. m.
Lionel Messi celebra su primer gol en un mundial, ante Serbia, en Alemania 2006. / Associated Press
Lionel Messi celebra su primer gol en un mundial, ante Serbia, en Alemania 2006. / Associated Press
Foto: ASSOCIATED PRESS - MARTIN MEISSNER

Alemania 2006 fue el primer Mundial de mayores que dirigió el actual entrenador de la selección de Colombia. Después de un exitoso paso por los combinados juveniles de Argentina (con tres títulos mundiales), José Néstor Pékerman asumió el mando de la albiceleste absoluta tras la renuncia de Marcelo Bielsa, en 2004. Una de sus decisiones más comentadas antes de la mencionada Copa del Mundo, la inclusión en la lista definitiva de Lionel Andrés Messi Cuccittini.

El 10 de junio de 2006, Argentina inició un nuevo sendero mundialista: derrotó 2-1 a Costa de Marfil en Hamburgo. Messi, quien estaba próximo a cumplir 19 años y ya había deslumbrado al planeta fútbol con las demostraciones dadas desde 2004 (año en el que hizo su debut profesional con el Barcelona), no jugó. Ese día Pékerman puso, del medio para arriba, a Mascherano, Cambiasso, Maxi Rodríguez, Riquelme, Saviola y Crespo. Los dos últimos, los autores de los goles. El genio en formación, campeón sub-20 en Holanda 2005, tuvo que aguardar al siguiente encuentro. 

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Estadio de Gelsenkirchen, 16 de junio de 2006. Fueron 52.000 los afortunados espectadores, inconscientes de que iban a presenciar el debut del mejor de la historia en el máximo evento de la pelota. También una humillación hacia Serbia y Montenegro. Lucho González fue titular en lugar de Cambiasso, en un equipo argentino que comenzó la goleada en el sexto minuto de partido. De Riquelme para Maxi Rodríguez, éste se la dio a Sorín, quien tocó hacia Saviola, que se la dejó a Maxi para una definición con la punta del guayo derecho.

Maradona en la tribuna. Argentina se divirtió en el césped jugando al “tiki-tiki” (un deleite es repasar aquella exhibición). Cambiasso ingresó temprano por una molestia de González y culminó una jugada antológica en la que la pelota pasó por Mascherano, Riquelme, Sorín, Rodríguez, Saviola y el taco asistente de Crespo. Golazo, abrazo de Pékerman con sus colaboradores y 2-0 al minuto 31. Antes de finalizar el primer tiempo, Saviola recuperó cerca al banderín del tiro de esquina, gambeteó entrando al área, remató, el arquero atajó a medias y Rodríguez empujó el tercero. Messi, desde el banco, anhelaba hacer parte, aunque sintiera nervios.

Era el escenario perfecto para que el entonces número 19 de la selección argentina diera apertura a su trasegar mundialista. Así lo entendió el técnico. Pékerman se le sentó a su costado derecho. Le dijo algo al oído y el rosarino miraba el verde del hermoso campo. La pelota se fue al lateral en el minuto 75, Sorín la cogió y contempló a pocos metros de distancia la sustitución. Messi realizó movimientos de calentamiento en frente del banco y caminó hacia la mitad de la cancha. Se metió parte de la camiseta por dentro de la pantaloneta. Sus ojos bien abiertos miraron el beso de Cambiasso en la mejilla de Rodríguez, que trotó hacia el crack, sutilmente chocó sus manos y le dio un leve abrazo. Momento memorable.

El primer pase se lo dio Cambiasso. Una entrega fuerte, que Messi durmió con el borde interno del pie zurdo más maravilloso que ha dado el fútbol. Un mediocampista de Serbia y Montenegro intentó pararlo, pero fue inútil. El balón, como siempre, pareció no querer despegarse de su botín. Sin embargo, él procuró dárselo a Tévez. Un leve tropiezo previo y tal vez la ansiedad hicieron que el objeto dueño de millones de pasiones no llegara al destino deseado. Instantes después paró con la cara un despeje largo del arquero Abbondanzieri y le cometieron una falta. Un par de acciones y tomó confianza para luego terminar de moldear la victoria argentina.

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Tres minutos después de ingresar al rectángulo de la verdad, Lionel corrió por la banda izquierda tras pase de Riquelme, levantó la cabeza, observó la situación y asistió a Crespo. Solo 180 segundos necesitó en un Mundial para dejarle servido el gol a un compañero. El autor del tanto, que antes había errado un mano a mano tras maravilloso pase del futbolista del Barcelona, no dudó en reconocer la acción de Messi y fue a abrazarlo. También lo hicieron Sorín y el defensor central Roberto Ayala. Posteriormente vino un golazo de Tévez, quien participó, al 88’ de juego, en la jugada del la anotación final del encuentro. La de Messi.

Ubicado como volante por la derecha, Leo esperó su momento. Tévez recibió del siempre conceptualmente brillante Riquelme e hizo una leve pared con Crespo. Messi le marcó el pase, corriendo al espacio libre, la tocó suavemente con la izquierda y con el interno del pie derecho impulsó su anotación por el medio de las piernas del portero Dragoslav Jevric. Celebró con un puñetazo al aire y un abrazo con Crespo. Así ganó Argentina 6-0. Así, ese joven colmado de sueños cumplió uno más. Tiene otro. ¡A por él en Rusia 2018!

Sebastián Arenas - @SebasArenas10

Por Sebastián Arenas - @SebasArenas10

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