Néstor Pitana, el misionero que llegó al arbitraje

El argentino fue designado como el juez central de la final de Rusia 2018, entre Francia y Croacia. Será el quinto latinoamericano en dirigir en esta instancia.

Luis Guillermo Montenegro / Enviado Especial a Rusia
14 de julio de 2018 - 02:47 a. m.
El árbitro Nestor Pitana, se convierte en el segundo argentino en pitar en la final de una Copa del Mundo. El primero fue Horacio Elizondo.  / AP
El árbitro Nestor Pitana, se convierte en el segundo argentino en pitar en la final de una Copa del Mundo. El primero fue Horacio Elizondo. / AP

En los sueños de miles de futboleros, el argentino que debía ser protagonista en la final de Rusia 2018 era Lionel Messi. Ganador de todos los torneos posibles con el Barcelona de España, un título del mundo con la selección de su país es lo único que le faltaría para entrar al grupo de los mejores futbolistas de la historia, en el que es un requisito levantar una copa, como Diego Maradona en 1986, Zinedine Zidane en 1998 y Pelé en 1958, 1962 y 1970. En Rusia no les fue bien a Messi ni a su selección, pero el argentino que sí brilló y se ganó un cupo en la final de este domingo es el árbitro Néstor Pitana, quien dirigirá su quinto partido en este certamen, tras el duelo inaugural entre Rusia y Arabia Saudita, la goleada 3-0 de Suecia sobre México en Ekaterimburgo, la victoria de Croacia por penales sobre Dinamarca en Nizhni Novgórod por los octavos de final y el triunfo 2-0 de Francia sobre Uruguay, también en Nizhni Novgórod, en cuartos. (Vea aquí nuestro especial del Mundial de Rusia 2018)

En su actuación en este Mundial, Pitana tuvo un buen comportamiento como juez central, más allá de algunas dudas en la utilización del VAR en el duelo entre suecos y mexicanos, pues revisó una jugada en la que había mano de Javier Chicharito Hernández en el área del equipo americano, pero no sancionó penal. El argentino mostró 12 tarjetas amarillas y ninguna roja. Ahora espera que su nombre no suene, sino que pase desapercibido gracias a sus buenas decisiones. Será el quinto latinoamericano en dirigir un juego final, después de los brasileños Arnaldo Cesar Coelho (1982) y Romualdo Arppi Filho (1986), el mexicano Edgardo Codesal (1990) y el argentino Horacio Elizondo (2006).

Su historia

Corpus Cristi es un municipio argentino de la provincia de Misiones que tiene una población menor a 3.000 habitantes y en el que la vida pareciera pasar a un ritmo más lento que en las ajetreadas ciudades del interior. Allí nació Néstor Pitana hace 43 años, en una familia humilde y amante del deporte. Como a todo buen argentino le gustaba el fútbol, pero su pasión era el baloncesto y por eso le pidió a su padre, un camionero que pasaba más noches fuera de casa que con él, que le comprara una pelota. Lo tildó de loco por pedirle una esférica diferente a una de fútbol y no le dio gusto; sin embargo, un tío le cumplió su pedido, le regaló un balón naranja y él comenzó a entrenar. (Lea: A Francia y Croacia los separan 100 kilómetros)

Su cuerpo se desarrolló como el de los basquetbolistas. Producto de los saltos y las largas zancadas, creció más que sus compañeros. Pie Grande fue el apodo que le pusieron, pues necesitaba unos tenis de talla de adulto. Era un buen lanzador y su corpulencia física le servía para ser un gran poste. Sus cualidades generaban ánimos en los entrenadores, quienes le aseguraban que tenía todo para llegar al profesionalismo.

El fútbol le seguía llamando la atención y por eso jugaba con sus amigos de Corpus Cristi. Era defensa e iba muy bien en el juego aéreo. Anotaba con frecuencia goles de cabeza, recuerdan sus vecinos. En 2001 emigró a la provincia de Corrientes para estudiar educación física. Mientras se preparaba, integró el equipo de fútbol del Club Textil Mandiyú, pero luego dejó de jugar y pasó a ser el árbitro en los partidos de categorías infantiles. (Vea: Samuel Umtiti, el héroe de Lyon)

Entendía bien el juego y, gracias a esa virtud, le comenzaron a dar más encuentros, duelos más definitivos, con mayores exigencias. Le pagaban un salario digno y con eso ayudaba a su humilde familia. Hasta 2006 se desempeñó como árbitro de la Liga Posadeña de Fútbol y a la vez hizo el curso de árbitro nacional. Sin tener que esperar mucho, comenzó a pitar juegos de la C y la B. Y un año más tarde se convirtió en el primer referí de Misiones en dirigir en la primera división.

Por su tamaño y voz gruesa se ganó el respeto de los jugadores. En 2010 le dieron la escarapela FIFA y ahí fue cuando pudo comenzar a pitar partidos de Copa Libertadores, Copa Sudamericana, Recopa y eliminatorias al Mundial. Su primera Copa del Mundo fue Brasil 2014, en la que estuvo en cuatro encuentros: Rusia vs. Corea del Sur, Estados Unidos vs. Portugal, Honduras vs. Suiza y Francia vs. Alemania. En Rusia 2018 ya dirigió a Francia y a Croacia y no tuvo problemas, algo que espera se mantenga igual en el partido en el que todos los jueces del mundo quisieran estar, pero al que cada cuatro año llega solamente un privilegiado. (Lea: Así es Luzhnikí, el estadio de la final del Mundial)

Por Luis Guillermo Montenegro / Enviado Especial a Rusia

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