Esa tragedia, que afectó particularmente la región del sudeste asiático, provocó la muerte de 226.000 personas.
Así lo precisó el director de la Estrategia de la ONU para la Reducción de Desastres, Sálvano Briceño, quien sostuvo que 2008 "ha sido un año terrible en términos del número de víctimas provocadas por catástrofes" de origen natural.
Además, los desastres naturales ocurridos entre enero y junio pasados dejaron 130 millones de afectados, dijo el experto.
Los desastres más graves y que explican estas elevadas cifras fueron el ciclón Nargis que azotó Birmania entre el 3 y 4 de mayo pasado y el terremoto que días después sacudió China.
La severa temporada de huracanes en el Caribe y las actuales inundaciones en India, que están alcanzando proporciones históricas, también están consideradas entre las catástrofes más graves de 2008, indicó Briceño.
El experto sostuvo que este tipo de episodios se "están volviendo cada vez más frecuentes" y alertó que "el cambio climático no hará sino agravar las cosas".
Según datos de la ONU, 16.517 personas murieron en 2007 por desastres naturales, aunque la media entre 2000 y 2006 fue de casi 74.000 víctimas mortales.
Con ocasión de la conmemoración mañana del Día Internacional para la Reducción de Desastres, Briceño pidió que, además de recordar a quienes han perecido o resultado damnificado a causa de desastres, esta fecha sea ocasión para comprometerse en acciones concretas para la reducción de riesgos.
Subrayó la necesidad de reforzar la seguridad de los hospitales, "como una forma esencial de reducir el impacto de los desastres".
Esta cuestión ha dado lugar a una campaña internacional conjunta de tres entidades internacionales: la Estrategia de la ONU para la Reducción de Desastres, la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial.