Publicidad

El regreso de Cepeda

Juana volvió con su pelo de oro a Ciénaga. después de 34 años. Los asistentes a la proyección de la película en la Plaza de esta población del Magdalena aplaudieron la cinta, dirigida por Pacho Bottía. Estreno nacional.

Sara Araújo Castro
21 de noviembre de 2007 - 12:18 p. m.

A Álvaro Cepeda se le recuerda por su novela La casa grande, su talante intelectual, su talento periodístico y por su entrañable amistad literaria y de parrandas con los miembros del Grupo de Barranquilla (entre ellos Alejandro Obregón, Gabriel García Márquez, José Félix Fuenmayor), que pasó a la historia tanto por la trascendencia cultural de quienes lo conformaron, como por sus memorables encuentros bañados de ron y bohemia.

Con su partida prematura (1972), Cepeda dejó una deuda creativa. Sus amigos y sus lectores reconocen en él una pluma novedosa y transformadora de la narrativa del siglo XX que dejó un gran testimonio de ese talento para transformar lo absurdo en cotidiano, como lo hiciera en su último libro, Los cuentos de Juana.

Ahora, 35 años más tarde, vuelve a la vida su obra, ya no en palabras sino en imágenes, como él la concebía. De hecho, en una entrevista que hizo a su amigo Alejandro Obregón (que es más una crítica a la crítica y una mamadera de gallo que una entrevista), afirma: "Pero hemos llegado a un acuerdo: Obregón va a escribir Los cuentos de Juana, esa novela que hace diez años estoy pintando". Al final, la primera edición de Los cuentos de Juana fue ilustrada por el mismo Obregón.

La influencia cinematográfica de la obra de Cepeda era ineludible. Escribía guiones en sus cuentos y pintaba escenas casi con precisión. Además de haber hecho (producido, dirigido y actuado) La langosta azul, un cortometraje pionero del surrealismo en Colombia, dirigió y produjo varios documentales -alguno sobre el Carnaval de Barranquilla- con su productora y tuvo un cineclub durante muchos años en Barranquilla.

De esa faceta cinematográfica de Cepeda Samudio, una de las personas que más conoce es Pacho Bottía. "Es una de las personas que más han trabajado a Cepeda: lo ha llevado al teatro, hizo un nuevo montaje al documental del Carnaval y ha trabajado de la mano de Tita Cepeda, su viuda, para recuperar gran parte del trabajo cinematográfico de este autor", afirma Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Nuevo Periodismo y productor de la película dirigida por Bottía.

El regreso del Juana

Con el estreno de Juana tenía el pelo de oro. dirigida por Bottía, el personaje mágico de Cepeda: una joven cuyo pelo se convirtió en la esperanza de todo un pueblo, vuelve a la vida, encarnada en Xiomara Galeano. Esta joven, que en el momento del rodaje no superaba los 14 años, interpreta a la niña de cabellos de oro con convicción. Xiomara es una Juana que oscila entre la inocencia y la picardía. Víctima de su don, Juana pasa parte de su vida encerrada primero por el obispo (interpretado por Frankie Linero) y luego por el alcalde (Carlos Cruz), quienes sacan provecho de su pelo, hasta que se escapa para hacer parte de un circo.

Para Pacho Bottía (1954), director y guionista, aunque la historia tenga un arraigo muy fuerte en la idiosincrasia costeña, lo importante no es su connotación regional o costumbrista, sino el tema común a todo ser humano, relacionado con encontrar un equilibrio entre un mundo lleno de discordancias y mezquindad y la armonía espiritual.

El escenario es tan mágico como la misma Juana. Ciénaga, una población otrora de gran importancia, hogar de Cepeda Samudio durante su infancia y lugar de gran inspiración para él (allí se desarrollan La casa grande y parte de Los cuentos de Juana). Haber rodado en esta población, cuyo centro histórico fue declarado Monumento Nacional en 1996, tiene un gran significado no sólo por la belleza de las locaciones, sino porque fue el escenario original de la historia de Cepeda.

Allí hace tres días, frente a 2.000 personas se estrenó en la Plaza y al aire libre, oficialmente, la película que se proyectó por primera vez en el pasado Festival de Cine de Cartagena y que está ya en cartelera.

"El estreno estuvo magnífico. Fueron más de 2.000 personas, entre ellos los dos alcaldes: el entrante y el actual, que tuvieron que oír los comentarios de la gente porque los problemas que plantea la película (que no hay cloro para el acueducto, que a los maestros no se les paga hace meses, etc.) siguen vigentes, aunque el rodaje es de hace varios años y el cuento de hace varias décadas", continúa Abello.

Para los cienagueros, volver a ver resplandecer su tierra, que tuvo gran auge a principios del Siglo XX, pero que hoy padece grandes problemas, fue una gran satisfacción. "Durante el rodaje fueron muy hospitalarios y el día de la proyección manifestaron su alegría con la película", concluye Abello.

Otras locaciones de esta cinta, que aparte de algunas escenas de estudio rodadas en México se hizo por completo en la Costa Caribe, fueron las playas de Puerto Galeón, Galerazamba (Bolívar) y Barranquilla. En la producción participó una productora mexicana y del elenco hicieron parte una actriz francesa y un actor cubano, Carlos Cruz, quien interpreta al alcalde.

Ahora, que la obra de Cepeda Samudio vuelve encarnada en una hermosa jovencita de cabellos de oro, con los que se bordaban los vestidos del obispo (escena del cuento que se recrea muy bien en la película), es una oportunidad para recordar al periodista, al escritor y al cineasta. Ese que no sólo dejó un cortometraje y algunos documentales, sino el que escribió cine en su obra para que quienes lo sobrevivieran pudieran realizarla y llevarla a la gran pantalla, tres o más décadas después.

Por Sara Araújo Castro

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar