Aerosmith, los chicos más malos del rock

La corte sonora del carismático y polifacético Steven Tyler tiene cuarenta años de historia en el escenario musical.

Juan Carlos Piedrahíta Betancourt
15 de mayo de 2010 - 03:52 a. m.

En la orquesta de su padre, don Vic Tallarico, aprendió los primeros acordes musicales. Todo un estudioso de la Julliard School of Music de Nueva York, no podía pretender algo distinto a que su hijo se dedicara a la interpretación del arte sonoro a través de los grandes maestros de la composición clásica. Sin embargo, en el camino aparecieron dos monstruos que hicieron alejar al, por ese entonces, pequeño Stephen Victor Tallarico del sendero del bien. El blues y el rock lo halaron de tal manera que no se pudo resistir a la magia de una guitarra eléctrica, a los encantos de un bajo y a la potencia de una batería.

Pero lo que llaman destino sería desde siempre contradictorio para este personaje, que dentro de la escena rockera de Boston se comenzó a conocer como Steven Tyler. La música clásica le dejó la facilidad para interpretar varios instrumentos, mientras que el ámbito ‘sucio y popular’, la convicción de que su discurso podía, algún día, ser masivo. Y ese momento llegó en 1970, cuando al lado de guitarrista Joe Perry y el bajista Tom Hamilton, Tyler fundó la banda Aerosmith.

Lo primero que hicieron fue buscar un nicho que los identificara. Los Beatles tenían colonizado el espectro de los niños buenos, los Rolling Stones se abrían espacio como unas verdaderas majestades, Led Zeppelin hacía ver la faceta dura y Cream ya se había saboreado los bigotes con las miles del blues. Por eso, Tyler y su corte asumieron el rol de los ‘chicos malos del rock’, ayudados por sus actitudes... y también por sus apariencias físicas, porque genéticamente no es fácil entender cómo fue el proceso para que de este genio del rock pudiera salir Liv (diva del cine mundial) y Mia (reconocida modelo de tallas grandes).

Pero el cartel que los proclamó como los chicos malos del rock no les hace del todo justicia, porque la banda Aerosmith también se caracteriza por ser la agrupación más vendedora en los Estados Unidos. Más de 150 millones de copias de sus álbumes, incluidos 66 millones adquiridos únicamente por norteamericanos, confirman la pasión que despierta este grupo. Y sus récords no paran ahí, pues la banda ha tenido diez número uno en los listados mundiales, sus integrantes están dentro de los artistas más influyentes del género, según la revista Rolling Stones, y su líder es uno de los frontman más carismáticos de todos los tiempos.

Colombia no ha sido ajena a este fenómeno y desde que el grupo anunció su visita, los fanáticos no han dejado de contar los minutos para que llegue el 20 de mayo, el día de la cita con Steven Tyler (voz, teclados y armónica), Joe Perry (primera guitarra), Brad Whitford (guitarra rítmica), Tom Hamilton (bajo) y Joey Kramer (batería). Puede que Aerosmith no sea una orquesta de música clásica, pero es una sinfonía de energía y un ataque a los decibeles tradicionales.

 Aerosmith en Colombia. Jueves 20 de mayo. Parque Simón Bolívar a partir de las 7 de la noche. Informes y boletería: 593 6300 y www.tuboleta.com.

Por Juan Carlos Piedrahíta Betancourt

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