El Camp Nou, escenario el domingo pasado de la consagración del Barcelona en la liga española, albergará este miércoles una nueva vuelta olímpica al ser epicentro de la final de la Copa del Rey entre el Atlético de Madrid y el Sevilla (2:30 p.m.).
Para ambos clubes representa mucho imponerse, sobre todo por su regular desempeño liguero, así el último haya asegurado su presencia en la próxima Champions, aunque en el caso de los colchoneros es la oportunidad de cerrar una semana de ensueño, ya que el miércoles pasado se llevaron la Liga de Europa en una definición de infarto frente al Fulham inglés (2-1).
“Sería muy lindo para el club, la hinchada y nosotros mismos, la doble corona porque aparte de marcar un hecho histórico, ayudaría mucho a devolver al ‘Aleti’ a los renglones protagónicos”, reconoce Luis Amaranto Perea, titular inamovible en el fondo colchonero.
El zaguero colombiano, que hará pareja de centrales con Álvaro Domínguez, advierte que “Sevilla será un rival complicado porque en los últimos años ha disputado muchas finales y eso hay que respetarlo”.
Los sevillanos, que han ganado el trofeo en cuatro oportunidades, presentarán bajas en defensa y ataque. Atrás no podrán contar con Federico Fazio ni Ivica Dragutinovic, mientras en zona ofensiva son bajas confirmadas Lautaro Acosta y, la más importante de todas, Luis Fabiano, quien se resintió de los problemas musculares que han atentado contra su regularidad en la presente temporada.
“Es un jugador de talla mundial y por algo es titular en la selección brasileña, pero igual ellos cuentan con delanteros peligrosos como Perotti y Kanouté”, advirtió Perea, quien esperó seis temporadas para gritar “campeón” con el Atlético y en cuestión de días podría dar, a falta de una, dos vueltas olímpicas.
Ese también es el deseo del entrenador rojiblanco, Quique Sánchez Flores, para quien “ganar otro título, medirá de alguna forma el nivel de ambición que puede tener el equipo y eso no se suele perder”.