La alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos pidió este lunes que frene la violencia, mientras que en Moscú, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), con el liderazgo ruso, debatía este lunes las rutas de intervención para detener los cruentos choques étnicos entre kirguizes y uzbekos en la República de Kirguizistán.
Oficialmente, las autoridades y los organismos internacionales hablan de más de 100 muertos y mil heridos, así como de cerca de 80.000 desplazados, 75.000 de los cuales son oficialmente refugiados, al haber atravesado la frontera uzbeka.
Desde que comenzaron los disturbios entre ambos grupos, el presidente de Kirguizistán le pidió a Rusia el envío de fuerzas de paz para recuperar el orden en el sur del país, especialmente en la ciudad de Osh. Aún no es claro qué desató la violencia en el sur del país, fronterizo con China al oriente y rodeado por varias repúblicas ex soviéticas, incluyendo a Uzbekistán. Precisamente son los uzbekos miembros de esta etnia quienes están siendo perseguidos por escuadrones armados kirguizes, etnia mayoritaria en este país.
Tanto Estados Unidos como Rusia tienen bases militares en este país, pero ambos se niegan a tomar acción sin previo acuerdo en Naciones Unidas.