Ad portas de que la Fiscalía eleve a delito de lesa humanidad el magnicidio del ex ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, perpetrado en 1984 por las mafias del narcotráfico, la Procuraduría solicitó una serie de pruebas y testimonios que buscan sacar el expediente de la impunidad. Por ejemplo, pidió que se ordenara la declaración de la ex presentadora de televisión Virginia Vallejo —confesa amante del capo Pablo Escobar—, para lo cual deberá ser ubicada en Estados Unidos.
Asimismo, se solicitó la versión del ex director de la Aeronáutica Civil en 1984, Juan Guillermo Penagos, con el fin de aclarar lo relacionado con la licencia otorgada al helicóptero de matrícula HK2704, decomisado en el complejo cocalero de Tranquilandia ese mismo año. Según Cecilia Lara, hermana del inmolado ministro, éste le dijo antes de morir que “lo de Tranquilandia era muy grave y que comprometía a mucha gente importante de la política del país, que el helicóptero que habían cogido era del papá de Álvaro Uribe Vélez”.
La Procuraduría pidió ubicar e identificar también a Carlos Alberto Amórtegui Romero, entonces gerente de la firma Aerofoto Amórtegui —de donde, al parecer, fue socio el padre del hoy Presidente— para que explique por qué existen documentos de que el mencionado helicóptero se le entregó a Pedro Fidel Agudelo para pagar una supuesta deuda de $25 millones. En un artículo del Nuevo Herald, publicado en septiembre de 2007, se relacionó a este sujeto como presunto testaferro de Gonzalo Rodríguez Gacha, alias El Mexicano, socio en las andanzas del capo Pablo Escobar. Por eso, el ente de control requirió la identificación plena de Pedro Fidel Agudelo y que, de igual forma, se solicite a la Aerocivil el registro de matrícula del helicóptero con el fin de establecer quién fue su dueño.
Por último, el Ministerio Público le pidió a la Fiscalía solicitar al DAS información sobre las entradas y salidas del país de Jorge Luis Ochoa —ex miembro del cartel de Medellín— entre 1980 y 2010; establecer cuándo fue detenido en España; ubicar al general (r) de la Policía Luis Ernesto Gilibert, quien comandó la operación a Tranquilandia; oír en ampliación de declaración a John Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, el sanguinario jefe de sicarios de Pablo Escobar, quien salpicó en el magnicidio a Ochoa Vásquez; escuchar en declaración a la periodista Astrid Legarda, a quien Popeye le confesó innumerables secretos del cartel, muchos aún no corroborados; así como oír la declaración del senador e hijo del ministro asesinado, Rodrigo Lara Restrepo.
El organismo de control también demandó averiguar en la Dirección Nacional de Estupefacientes toda la información que repose sobre el helicóptero Hughes modelo 369D, de matrícula HK2704, que le fue decomisado a la mafia nada más y nada menos que en el mayor complejo cocalero que el narcotráfico haya llegado a construir en las selvas del Yarí, al sur de Colombia. La Procuraduría busca establecer la conexión de los propietarios de la aeronave con el magnicidio.