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Jesús, bendita aparición

Según los entendidos, ha tardado en llegar, varios aseguran que ya no es tan regateador como en sus orígenes sevillanos, pero muchos le reconocen a Jesús Navas que mejoró en el pase y, sobre todo, que su incorporación al seleccionado español es tan reciente como satisfactoria.

Fabián Rozo / Johannesburgo, Sudáfrica
24 de junio de 2010 - 09:59 p. m.

Demasiada evolución en tan poco tiempo para ganarse un lugar a pulso entre los 11 de Vicente del Bosque, al punto que está por encima de otros nombres que nadie discutiría, como Andrés Iniesta o David Silva.

Sólo el talento podría justificar semejante decisión, y mientras esos dos campeones de Europa, que ayudaron de paso a construir el equipo donde ya se ganó el respeto, lo miran desde el banquillo, el azul de sus ojos resulta tan profundo como el fútbol que este mediocampista de 24 años le aporta a la ‘Furia’.

Nació para el fútbol en medio de vueltas olímpicas, porque justo despuntó en el Sevilla de Saviola, Kanouté y compañía, que conquistó una parte de Europa con el bicampeonato de la extinta Copa Uefa y levantó además la Supercopa del Viejo Continente.

En España también ha celebrado, y hace apenas semanas, en el Camp Nou, privó a Amaranto Perea de la segunda consagración en la temporada, al marcar el primer gol en la final de la Copa del Rey, que terminaría en sus manos por segunda ocasión.

Todo un ganador que hace ocho meses llegó a la selección, que ha encontrado en Jesús a un jugador rápido, incisivo y, lo más importante, que abre el campo por la banda derecha. Frente a los suizos intentó hacerlo cuando entró a 28 minutos del final en lugar de Silva, y ese esfuerzo le bastó para quitarle el puesto al extremo del Valencia.

Contra los hondureños no desaprovechó la titularidad y, tirado también sobre el sector diestro, cumplió en el ida y vuelta para festejar “una victoria que vino bastante bien después de ese revés inicial, porque el equipo hizo un esfuerzo notable para ganar y ese triunfo nos renovó la moral de cara al juego que nos espera con Chile”.

Final por donde se le mire es ésta del grupo H, en el Loftus Versfeld de Pretoria, y, aparte de aceptarlo, frente al líder de la llave avizora “un partido bonito, por la calidad del rival y porque nosotros tenemos que salir por la victoria, a proponer desde un principio, así como lo hemos hecho siempre”.

Acepta, eso sí, que la definición no es lo que los distingue en la Copa del Mundo, pero está convencido de que “el arco se nos va a abrir, porque tenemos a varios de los mejores delanteros del mundo, David Villa ya empezó su cuenta, seguro que Fernando Torres lo va a hacer y además hay volantes que resuelven, como Xavi o el mismo Silva”.

Se adaptó y funciona con la misma naturalidad que en el Sevilla, lo cual lo pone “muy contento por estar con este grupo, bueno en todos los aspectos y en el que no basta con recibir la confianza, sino responder a ella de la mejor forma posible”.

No se cambia por nadie al vivir “este momento, que es para disfrutar lo que estoy haciendo”, pero la dicha sólo la propiciará un triunfo español esta tarde, y será completa si levanta la Copa del Mundo el 11 de julio.

Por Fabián Rozo / Johannesburgo, Sudáfrica

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