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El secreto de 'La Toya' Montoya

Luego de nueve años como modelo, muestra su faceta de presentadora en el 'Desafío 2010'.

El Espectador
08 de julio de 2010 - 09:14 p. m.

¿Por qué ‘La Toya’?

Tendría que responderlo mi mamá, que fue la responsable de que todos me conozcan por La Toya y no como María Victoria. Ella se llama igual, creo que para que no me apodaran Vicky, como le dicen a ella, se adelantó y me llamó “Toya” ( Toya Montoya). ¡Fantástico!, jajaja.

Un recuerdo de su paso por el ‘reality’ ‘La isla de los famosos’.

Aprendí a valorar mucho más las cosas pequeñas de la vida, y a desprenderme de las cosas materiales, a convivir en extremas condiciones, a disfrutar más la  naturaleza y a comprender cómo reaccionan el cuerpo y la mente en situaciones complicadas.

Después de haber estado en un ‘reality’, ¿cómo ve ahora las cosas desde el otro lado de la tribuna?

Me ha parecido increíble poder experimentar los dos lados. No tengo preferencias por ninguno, aprendí distintas cosas, descubrí una parte competitiva de mí que jamás había notado. Ahora como presentadora disfruto más de mi trabajo, me emociono y me dan nervios todos los días como si fuera el primero. Este es mi primer proyecto grande en televisión y ha sido un gran desafío estar aquí.

¿Cuál es su desafío?

Diría que son muchos desafíos. Si hablamos de algo puntual, en este momento de mi vida tengo el gran desafío de sacar adelante una fundación que tiene como objetivo desarrollar comedores sociales dirigidos a niños de escasos recursos en Santa Marta.

¿Qué es lo más samario que tiene?

Miles de cosas. Soy orgullosamente samaria.

¿Qué tan lejos está de la actuación?

Siempre he dicho que la actuación no me llama la atención. Creo que todas las cosas que uno haga las debe hacer porque le apasionan y la actuación no me apasiona, por eso la veo lejos.

¿Nunca le sonó presentarse al Concurso Nacional de la Belleza?

Aunque hace unos años recibí varias propuestas, nunca quise participar en el certamen.

¿Qué tan difícil ha sido alcanzar el reconocimiento que ahora tiene?

No lo veo como fácil o difícil. Lo veo como una carrera que lleva casi nueve años andando, todas las carreras requieren de esfuerzo y dedicación. La clave está en hacer todos los trabajos por pequeños o grandes que sean con el mismo entusiasmo.

Lo más complicado de trabajar en el mundo del modelaje.

Las interminables horas de espera antes o durante una sesión de fotos, una pasarela, un comercial.

¿Cuál ha sido la sesión de fotos más incómoda en la que ha estado?

Definitivamente posar en SoHo.

La mejor pasarela que ha pisado.

Óscar de la Renta.

¿Y la que le falta?

Chloé.

¿Cuál es el secreto de su éxito?

Creo en la actitud frente a la vida y frente a las cosas que se hacen, todo es actitud.

¿Seria, tímida o callada?

Me cuesta mucho trabajo ser seria, creo que puedo llegar a ser la persona que más muecas hace al día. Tímida tal vez un poco, hay situaciones en las que puedo llegar a ser muy tímida (trabajo), pero en mi vida cotidiana muy poco, y callada sí jamás, puedo hablar durante horas sin parar... ¡Qué horror!

¿Qué le dice la voz de la conciencia?

Que sea feliz.

¿Le da miedo quedar en el olvido como algunas modelos?

En absoluto. Creo que existe un ciclo en el mundo del modelaje y soy consciente de que este es un país lleno de mujeres hermosas y con muchas ganas de avanzar en sus carreras, por eso hay que aprovechar el momento. Siempre he oído que lo más difícil no es tener éxito si no mantenerlo, pero creo que con constancia y pasión es posible trabajar hasta cuando uno se lo proponga.

¿Cuál es su plan B?

Mi plan B fue, es y seguirá siendo ejercer mi carrera como publicista.

Lo que más soñó de niña.

Dar la vuelta al mundo en un velero, aún sueño con ello.

Una maña.

Todas, tiendo a ser un poco psicorrígida, pero sólo un poco.

¿Qué le dice el espejo?

Que deje de mirarme.

Una debilidad.

Los viajes.

¿Qué no haría por plata?

Borrar mis recuerdos.

Un buen lente.

El de Hernán Puentes.

¿El modelaje es una buena empresa?

Sin duda sí lo es.

¿Cuál es su mejor negocio?

Poder manejar mi tiempo de la manera en que mejor me convenga.

¿Le quedó gustando la presentación?

Sí y mil veces sí.

¿A qué edad entró al mundo del modelaje?

A los 16 años tuve  mi primer trabajo importante, fui escogida por Hernán Zajar para ser imagen del  catalogo de su marca de ropa, desde ese momento hasta  el hoy seguí trabajando como modelo alternándolo con mi carrera de publicidad que termine hace tres años.

¿Qué tan apegada es a la moda?

La verdad no tanto, estoy consciente y se perfectamente que está pasando en mi entorno con respecto a la moda, trato de mesclar lo que se está usando con mi estilo de siempre que es bastante relajado. Siempre he pensado que por estar a la moda muchas veces la gente se incomoda, es decir no se sienten cómodos con lo que llevan puesto y eso es clave.

Un consejo para las niñas que aspiran a ser modelos.

Jamás traten de copiar a alguien, todos tenemos algo especial que nos caracteriza y nos diferencia de los demás, traten de explotar esa parte.

Una anécdota de su época como Reina del Mar

Hay una que recuerdo en especial, cuando llegue a participar en el Reinado del Mar no tenía ningún tipo de preparación como reina, siempre había sido modelo y el lenguaje corporal que manejan las modelos es muy distinto al de las reinas, preocupada pedí auxilio y mi maquillador se puso unos tacones y me enseño a caminar y a posar como reina en 15 minutos.

La mejor pinta para ir de rumba

Lo más importante es sentirse cómodo, todo está en cómo te sientas pues es lo que reflejas, trato de combinar la moda con mi estilo.

¿Qué tanto va al gimnasio?

Al gimnasio nunca, hago ejercicio en mi casa, trato de hacer 45 minutos de cardio y tengo una rutina para tonificar el cuerpo de 20 minutos.

Por El Espectador

 

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