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Gobierno británico habría permitido torturas

Documentos secretos ponen en descubierto que sectores del gobierno de Tony Blair participaron en el programa de tortura de EE.UU.

Redacción Internacional
15 de julio de 2010 - 10:30 p. m.

Alrededor de 500 mil documentos secretos, pertenecientes a los servicios de inteligencia de Inglaterra, demostrarían lo cerca que estuvo involucrado el gobierno de Tony Blair en los casos de captura ilegal y tortura de musulmanes ocurridos en los meses posteriores a los ataques de septiembre 11. Los archivos, muchos de los cuales fueron revelados ayer por el diario inglés The Guardian, demostrarían que el MI5 y el MI6, con previa autorización del Ejecutivo británico, cometieron acciones ilegales incluso en contra de ciudadanos ingleses.

Los textos salieron a la luz por cuenta de un proceso civil entablado por seis británicos, ex prisioneros en Guantánamo, que han demandado al MI5, al MI6 y a otras estancias del gobierno por considerarlos cómplices del trato cruel del que fueron víctimas cuando las fuerzas de la OTAN entraron a Afganistán en los meses posteriores a los atentados contra las Torres Gemelas.

Los documentos, concluía el jueves el diario, “describen a un gobierno determinado a acompañar a Estados Unidos a poner en marcha su programa de ‘rendición extraordinaria’ y tortura de prisioneros sospechosos de terrorismo, pero también participó activamente en el programa”.

Domésticamente, el caso de los textos ingleses podría contener tanta sensibilidad para el ex gabinete de Tony Blair como lo fue para el grupo de águilas republicanas que acompañaron a George Bush a implementar su doctrina de seguridad nacional. En el caso inglés, los miles de cables y memos cruzados entre las agencias de inteligencia —muchos de los cuales fueron publicados en la página de internet de The Guardian— revelan lo dispuestas que estuvieron las autoridades británicas para entregar a sus propios ciudadanos al difuso aparato de justicia extraterritorial que fue establecido en penales como Guantánamo y cómo, incluso, fueron complacientes con el uso de la tortura.

Aunque aún faltan decenas de miles de documentos por ser revisados, los pocos que han salido a la luz son muy reveladores. El que más llamó la atención es un manual de operaciones de detención, en el cual se les recomienda a los agentes que, antes de detener a un sospechoso, evalúen si la misión es “detener o matar”.

Otro, corresponde a un capítulo de los protocolos de interrogatorio de los agentes del MI5 (servicio de inteligencia interna), en el que sus autores no demuestran la más mínima pena por la infligida a un residente inglés en una base militar de Estados Unidos en Afganistán. De hecho, según uno de los demandantes, Omar Deghayes, en las bases militares norteamericanas los agentes ingleses lo torturaron a él, portándose peor que los agentes pakistaníes, según asegura The Guardian.

Pero las revelaciones se extienden hasta las altas esferas del poder en Londres. En los archivos se revela que el Ministerio de Asuntos Exteriores británico decidió en enero de 2002 que el traslado de ciudadanos británicos desde Afganistán a Guantánamo (Cuba) era su “opción preferida”. E incluso, el ex ministro de Exteriores Jack Straw pidió en cierta ocasión que se aplazara un transporte de detenidos británicos hasta que los agentes del MI5 hubieran podido interrogarlos.

Desde ese mismo despacho se impidió que la Foreign Office ofreciera apoyo consular a un detenido en Zambia para evitar así que pudiera regresar al Reino Unido. El preso terminó en Guantánamo.

La llegada al poder del gobierno liberal-demócrata de David Cameron ha mejorado el acceso a miles de estos documentos. Sin embargo, aún no revela la política de interrogatorios secretos por la que se rigieron los agentes de lo servicios secretos desde 2004 hasta comienzos de este año.

Por Redacción Internacional

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