La aprobación de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo erigió a Argentina como referente en materia de derechos sexuales. La motivación que produjo la noticia en los colectivos LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) de Perú fue lo suficientemente fuerte para que a través de sus portavoces anunciaran su intención de aliarse con políticos, aspirantes a los comicios generales del próximo año, para lograr la aprobación de una ley similar en su país.
En Uruguay, el visto bueno del Senado argentino fue celebrado por el colectivo Ovejas Negras, que calificó la decisión como “un logro fundamental para el continente”. Damián Díaz, líder del grupo, aseguró que desde hace meses está trabajando en un proyecto de ley, con la asesoría de varios catedráticos de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, que les otorgue este mismo beneficio. El contagio de entusiasmo llegó también a Puerto Rico, donde Pedro Serrano, el líder gay más reconocido de la isla, reveló que existe un borrador en la Comisión de Reforma Legislativa del Código Civil que apunta al reconocimiento las uniones homosexuales.
La noticia fue bien recibida por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que por estos días celebra en Brasilia la undécima Conferencia Regional sobre la Mujer. La mayoría de las delegadas que asisten a la cumbre manifestó su apoyo y destacó a Argentina como un ejemplo para el resto del continente.
Argentina se convirtió en el décimo país del mundo cuya ley ampara el matrimonio homosexual al lado de Holanda, España, Bélgica, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal e Islandia.