De heroína a investigada

En 2006 fue candidata a la Contraloría General. Hoy es acusada de sobornar a dueños de casinos y locales de juegos.

Carlos Ardila González * / Especial para El Espectador
02 de octubre de 2010 - 08:00 p. m.

Cuando la Fundación Cívica Social pro Cartagena (Funcicar) concedió en 1999 una estatuilla como ‘Mejor Funcionario Público’ a la entonces contralora regional, Mery Luz Londoño, no hubo una sola voz que se manifestara en desacuerdo con el reconocimiento. Si acaso, rumiaron su desagrado los dirigentes políticos que se afectaron con las decisiones de la valerosa mujer, quien, al lado del contralor general de la época, Carlos Ossa Escobar, había liderado un proceso auditor en la administración distrital que culminó con la caída del entonces alcalde Nicolás Curi, el personero José David Ramírez, el contralor Evaristo Ujueta y varios de los empleados más cercanos a éstos.

Para ese entonces, Londoño era el símbolo de la lucha contra la corrupción en Cartagena. Soportando amenazas y presiones, e imponiendo un ejemplar ritmo de trabajo en el interior del órgano de control, logró acopiar las pruebas con las cuales —en un tiempo sorpresivamente breve para varios analistas—, la entidad abrió juicios de responsabilidad fiscal a decenas de servidores públicos cuestionados. Paralelamente, en su condición de presidenta del Frente de Control Social por Cartagena, la funcionaria contribuyó al surgimiento de varias veedurías cívicas y sembró el germen de una activa participación de la ciudadanía en la vigilancia de los recursos públicos.

Años después, Londoño habría de ser llamada por el alcalde Carlos Díaz a ocupar la Secretaría de Hacienda del Distrito. Sus logros en el cargo y la estela favorable que aún arrastraba, por su labor como contralora regional, la llevaron a aceptar ser precandidata a la Alcaldía de La Heroica. Sin embargo, en una consulta del Partido Liberal, perdió frente a Luis Guillermo Martínez y tuvo que aplazar sus aspiraciones políticas.

Pero no sería por mucho tiempo. En las elecciones de 2005, ya no con el respaldo del liberalismo sino del Polo, ni con el apoyo de Carlos Díaz sino de uno de los más visibles contradictores de éste, el senador Javier Cáceres, volvió a lanzar su nombre a la Alcaldía. Para algunos analistas políticos, la alianza Cáceres-Londoño fue el inicio de una paulatina pero evidente —y “dolorosa”— pérdida de imagen de la ex contralora regional. Con razón o no, el hecho es que él ha sido símbolo de la dirigencia política tradicional de la ciudad y ella, emblema de la lucha contra los nocivos efectos del poder que, durante décadas, ese tipo de dirigentes han mantenido.

Lo sucedido durante las elecciones fue un reflejo de ese hecho: Nicolás Curi fue nuevamente alcalde, con 54.728 sufragios; 40.817 ciudadanos votaron en blanco; y Mery Luz Londoño obtuvo apenas 13.686 votos. Para muchos, numerosas personas que votaron en blanco lo habrían hecho por Londoño si ésta hubiera estado con otras compañías.

Del cielo al suelo

Tras su fallido intento por llegar a la Alcaldía, Londoño fue postulada en 2006 a la Contraloría General de la República, otra vez con el apoyo del senador Cáceres, quien había abandonado el Polo y saltado a Cambio Radical. Logró que la incluyeran en la terna, pero la mayoría de los congresistas votaron por Julio César Turbay Quintero. Obtuvo, sin embargo, un estimable premio seco: fue designada gerente de la Empresa Territorial para la Salud (Etesa).

Y es en su nuevo cargo donde, según varios veedores que antes la aclamaban como heroína, Mery Luz Londoño sorprende con unas cuestionables acciones que llamaron poderosamente la atención: se llevó a Bogotá, a trabajar en Etesa, a personas que en Cartagena estaban seriamente criticadas.

Sin embargo, fue la detención de un subalterno suyo en Bucaramanga, Alexánder Gómez Stevenson, lo que comenzó a salpicarla. A partir de allí, varios medios nacionales comenzaron a develar una enredada trama en la que se entrecruzan personas cercanas al senador Cáceres, a la gerente de Etesa y, como en el caso de Gómez, tanto a él como a ella.

En declaraciones a medios, Londoño confesó que Cáceres le presentó y recomendó candidatos a importantes cargos en la empresa estatal. “Reconozco que, efectivamente, llegaron algunos amigos del senador a la empresa, amigos que me había presentado en otras oportunidades y que desempeñaron cargos directivos, profesionales y administrativos en la entidad”, dijo.

El resto es historia conocida. Londoño fue capturada junto con su esposo, Raúl Quintana, el pasado 21 de septiembre, pocos días después de que la justicia hubiese ido a buscar a su mentor, Javier Cáceres, hasta el mismísimo Congreso de la República. La acusan de haber extorsionado a dueños de casinos y otros locales de juego. La justicia tiene la última palabra, pero lo cierto es que el caso ha conmocionado el mundo político de La Heroica, que hoy comenta la estruendosa caída de una figura que prometía.

 *Director de la revista ’Metro’, de Cartagena.

Por Carlos Ardila González * / Especial para El Espectador

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar