¿Qué le dejan tres años como embajador en Colombia?
Buenos recuerdos y la imagen de un país muy diverso que ha progresado mucho.
¿En dónde se encuentran Colombia y Francia?
En el gusto por la gastronomía. Aquí la comida es algo importante como en Francia, la diversidad en sus paisajes y tradiciones, así como el gusto por los debates intelectuales. Eso es algo que me ha impactado mucho. Si uno está en una cena, después de 10 minutos ya el mundo ha sido rehecho por lo menos 10 veces.
¿Qué piensa de las críticas que le hacen a Íngrid Betancourt en Colombia?
Es difícil juzgar a una persona que ha pasado por todo lo que ha vivido ella.
¿Ya leyó su libro?
Todavía no. Lo voy a comprar en Francia.
¿Sigue Francia colaborando con el tema de los secuestrados?
Por supuesto que sí. Recibimos a Isaza y a cuatro ex secuestrados que querían estudiar en Francia y recibieron becas. Seguimos muy de cerca todo lo que tiene que ver con el tema.
Entonces, ¿por qué la sensación de desinterés?
Es una pregunta que hay que hacerle a la prensa, que siempre me preguntaba sobre el tema y ahora no me hace ninguna pregunta.
¿Cuántos empleos genera Francia en Colombia?
Noventa mil directos y 250 mil indirectos. Francia es el primer empleador directo en Colombia.
Lo mejor de estudiar en Francia.
La diversidad cultural.
¿Complica a los colombianos la nueva posición del gobierno francés frente a los extranjeros?
No creo que tengamos problemas con Colombia en este aspecto, otorgamos 20 mil visas al año con una tasa de rechazo del 10%, una cifra bastante baja y creo que los colombianos que están en Francia se sienten felices.
Colombia será el país invitado a la manifestación literaria ‘Les Belles Etrangères’ en noviembre. ¿Cómo percibe la literatura que se está haciendo hoy en el país?
Colombia es un país que tiene una imagen muy fuerte en literatura gracias a Gabriel García Márquez y Álvaro Mutis. Justamente el propósito es mostrar que más allá de estos dos autores existen otros que hay que descubrir.
¿Cuál de los escritores invitados ha leído?
Casi todos.
¿Qué libro de literatura colombiana regalaría?
Varios. Si tengo que escoger, Los ejércitos, de Evelio Rosero.
Un buen libro para acercarse a Colombia.
Del amor y otros demonios o Paraíso Travel.
¿Cuál escritor colombiano le gusta?
Santiago Gamboa, Jorge Franco, Antonio Caballero, Evelio Rosero, Laura Restrepo, Mario Mendoza, Álvaro Mutis…
¿Pan francés o pandebono?
Pandebono.
¿Vino o aguardiente?
Para la comida, el vino, pero en fiestas prefiero el aguardiente.
¿Cuál ha sido la mayor alianza colombo-francesa?
La que se ha dado entre las universidades.
La costumbre colombiana que más lo sorprendió.
No son tan distintas las costumbres colombianas a las francesas. Me sorprendió la palabra sumercé.
Lo mejor de ser embajador.
Tener acceso a personas que uno piensa que es difícil acercarse.
Si no fuera diplomático, ¿qué le gustaría ser?
Soy diplomático hasta la médula.
El sitio de Colombia que lo descrestó.
Esta pregunta no tiene respuesta, porque son muchos. Lo que sí puedo decir es que el que más me ha impactado es Ciudad Perdida, por ese sentimiento de estar alejado de todo.
¿Qué va a extrañar de los colombianos?
El optimismo y el calor humano. Pero no voy a extrañar mucho, porque espero seguir en contacto con muchos colombianos.
¿Cuál fue su mayor logro como embajador?
Contribuir al relanzamiento de las relaciones bilaterales después de la liberación de Betancourt.
Un negocio que tenga futuro entre ambos países.
El turismo.
¿Qué se llevaría de Colombia para Francia?
Recuerdos, muchos libros, bastante música y tres obras de Nadir Ospina, Pedro Ruiz y Ana Mercedes Hoyos.
¿Ve cercana la solución al conflicto colombiano?
Creo que la raíz del conflicto es el narcotráfico y eso hace que una solución sea muy complicada.
¿Qué viene para usted después de ser embajador en Colombia?
Vuelvo a la Cancillería en Francia.