Alberto Salas es el presidente de la Sociedad Nacional Minera (Sonami), que representa a toda la minería privada de Chile, el principal motor de su economía dado que este país es líder mundial en cobre (35% de la producción mundial), nitratos naturales (100%), yodo (60%), litio (62%), renio (44%), además es el tercer productor de molibdeno (15%) y el quinto de plata (7%).
¿Qué ha hecho Chile para lograr este desarrollo minero?
Nos hemos preocupado de que coexista armónicamente pequeña minería, mediana minería y gran minería. Además, tenemos buena relación con todos e interacción con el gobierno y las universidades. Otro factor importante es la legalidad, todos funcionan bajo el Estado de Derecho y la Ley, no hay minería irregular. Nadie trabaja en una mina sin papel, nadie vende sin facturas, no pagas salarios atrasados porque si no es así no funciona.
¿Cómo lograron eso?
Nos llevó muchos años llegar a este punto, pero se logró con educación. Enseñar a la gente que estar legal es mejor, así se sabe quiénes son, cuántos son, y permite ser objeto de políticas públicas. Cuando estás ilegal nadie sabe quién es, cuánto gana, ni qué vende; que la gente entienda esto es fundamental.
¿Sin duda es el motor de la economía?
Lejos, muy lejos de las otras actividades. En los últimos cinco años contribuyó con el 18,7% del PIB, generó el 61,3% de las exportaciones y representó el 25,1% de la totalidad de los ingresos fiscales.
¿Es la actividad con la tasa más baja de accidentalidad?
Sí. Tenemos una cultura de la seguridad, es un valor ético; para nosotros la seguridad del trabajador está por encima de todo. Primero la seguridad y después producimos, pero hace 20 años no era así, sino al revés, pesto se logró en estos 20 años.
¿Entonces que pasó en la mina San José?
No lo sé, eso es materia de investigación y se hará de manera acuciosa, transparente y responsable, y cuando la justicia nos diga qué pasó veremos quiénes son los responsables, por el momento nos interesa sacarlos muy pronto con vida.