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"No vamos a hacer bombas atómicas"

Hugo Chávez asegura que sus fines son pacíficos y energéticos. Aún no se conoce en qué parte del país se construirá el proyecto.

Redacción Internacional
15 de octubre de 2010 - 09:16 p. m.

Primero se especuló con que Argentina y Brasil podrían ser los encargados de llevar a Venezuela la tecnología atómica. Los rumores comenzaron en 2005, cuando el presidente Hugo Chávez expresó sus intenciones de construir una planta nuclear  que se empleara para optimizar la explotación petrolera. Estaba expuesto el objetivo y los “países amigos” se mostraron dispuestos a vender los reactores para conseguirlo.

Para entonces, Colombia era el único país de la Región Andina que contaba con  un reactor nuclear. El IAN-R1, fabricado por Estados Unidos en 1955 e instalado en cercanías a la Universidad Nacional de Bogotá. Es uno de los más pequeños del mundo y actualmente su uso está enfocado en la investigación de múltiples áreas, entre ellas la medicina.

Aunque el gobierno venezolano no ha dado detalles ni de cuándo ni dónde va a ser construida la planta nuclear, tuvieron que pasar más de cinco años para que el proyecto se materializara. El país que se encargará de su construcción y de la tecnología nuclear no es ni Brasil ni Argentina, como se pensó en un principio. Será Rusia.

En su visita a Moscú, el presidente Chávez y su homólogo ruso, Dimitri Medvedev, firmaron el acuerdo después de tener una larga reunión a puerta cerrada en el Kremlin. No obstante, desde antes de dejar Caracas, el mandatario venezolano parecía indicar el principal motivo de su viaje: “Venezuela entra en el camino de la energía nuclear. Está de más decirlo, pero lo voy a decir: con fines pacíficos, por supuesto”.

A este discurso se sumó el de su llegada a Moscú, donde aclaró que aunque algunos países cuestionarán sus intenciones, Venezuela no creará bombas nucleares: “Eso tiene que saberlo el mundo y nada nos va a detener, somos libres, soberanos e independientes”, aseguró el presidente.

Con la firma del acuerdo, según el ministro de Energía venezolano, Rafael Ramírez, el proyecto se encuentra en una “etapa preliminar”. La única certeza que hasta el momento tiene el gobierno de Venezuela es que una vez la planta esté terminada, tendrá una capacidad de 500 megavatios, que es  intermedia de acuerdo con el profesor del departamento de Geociencias de la Universidad Nacional, Thomas Cramer.

En opinión de Cramer, las plantas nucleares han sido una señal de progreso entre los países. “A mí, personalmente, no me gustan porque su efecto es nocivo para el medio ambiente y recuerdos como la tragedia de Chernobil dan cuenta de sus peligros. Sin embargo, existe en muchas naciones una necesidad energética  creciente que debe ser suplida  y en casi 50 países del mundo se utiliza la energía nuclear. Está bien que si Venezuela desea implementar esta tecnología, lo haga paso a paso, comenzando con una planta de mediana capacidad”.

Más allá de esto, el gobierno de Estados Unidos, por medio del portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, manifestó que vigilará “muy de cerca” el acuerdo entre Rusia y Venezuela y resaltó que al incursionar en la  energía nuclear los países adquieren “obligaciones internacionales” imposibles de evadir.

Por Redacción Internacional

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