Con los registros del árbol genealógico de Víctor Julio Suárez, alias Mono Jojoy, el abatido comandante de la Farc, su familia ha emprendido una batalla jurídica para reclamar su cadáver que aún permanece en las instalaciones del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses en Bogotá. Incluso planteando a la Fiscalía la posibilidad de que el proceso lo acompañe el Cómite Internacional de la Cruz Roja (CICR) y que se practiquen pruebas de ADN para dejar claro que en verdad existen vínculos de consanguinidad con el desaparecido subversivo.
Los solicitantes son Aníbal Peralta Rojas, medio hermano de Jojoy, y Lucero Suárez Hipus, sobrina del guerrillero. Asesorados por el abogado Rodolfo Ríos han acudido incluso a la historia griega de Antígona para pedir que les entreguen el cuerpo. “En esta tragedia todo es consecuente: están en pugna la ley pública del Estado y el amor interno de la familia y el deber para con el hermano (...) Creonte el soberano, a través de una ley proclamada públicamente, amenaza con la muerte a todo el que conceda a dicho enemigo de la ciudad el honor de los funerales. Pero Antígona no se deja afectar por este mandato, que se refiere al bien público de la ciudad (...) Como hermana cumple el deber público del sepelio”.
Y como soportes para demostrar que se trata de familiares de Jojoy comienzan por aportar la partida de bautismo del guerrillero. Ahí se señala que fue bautizado en la iglesia parroquial de San Vicente de Paul de Icononzo, Tolima, el 2 de enero de 1952, menos de un mes después de haber nacido. Se citan incluso los nombres de sus abuelos paternos y maternos, así como de su padre Noé Suárez y su progenitora Romelia Rojas. Precisamente ella fue la madre de Aníbal Peralta Rojas, medio hermano de Jojoy, quien pide hoy que le entreguen el cuerpo del subversivo. Además, aportan la partida de bautismo de José Guillermo Suárez Rojas, también hermano del guerrillero, y padre de Lucero Suárez Hipus, de quien se presentó su registro civil de nacimiento. El acompañamiento en la entrega del cadáver por parte del CICR estaría en cabeza de Roberta Falciola, coordinadora de terreno de esa entidad. En el documento enviado a la Fiscalía 9 Antiterrorismo (que lleva el proceso) se solicita que si la documentación anterior no es suficiente se ordene la práctica de las pruebas genéticas. La misiva señala que se pueden practicar dos pruebas: la del ADN mitocrondrial, que establece con mayor claridad la genealogía por parte de la madre como sucede con Aníbal Peralta Rojas. “Por ejemplo: la identificación del cadáver del último zar de Rusia, de la familia Romanov, que apareció en una fosa común con otros parientes. Mediante el análisis del ADN mitocondrial de parientes vivos de línea materna de los zares (duque de Edimburgo) se pudo establecer que efectivamente era el zar de Rusia”, dice el documento. Agrega que con esta prueba se puede obtener un 98% de probabilidad en la identificación de los familiares de un fallecido.
Y también la de ADN nuclear que, aunque menos exacta, refleja caracteres más cercanos al padre. En este caso se le practicaría a la sobrina de Jojoy, Lucero Suárez Hipus, cuyo progenitor, José Guillermo Suárez, tenía el mismo padre y madre del abatido subversivo, quien murió en septiembre pasado durante la ‘Operación Sodoma’. Mientras la Fiscalía determina si se les entrega el cuerpo a los familiares de Jojoy, quienes viven en el municipio de Cabrera, Cundinamarca, las Farc dieron a conocer un nuevo comunicado en el que insisten en que la muerte del subversivo fue una acción conjunta entre las autoridades colombianas, estadounidenses e israelíes y advierten que no se rendirán como se lo ha exigido el Gobierno a ese grupo armado ilegal.
Incluso citan el último parte de guerra del subversivo, según el cual durante el pasado mes de agosto el bloque Oriental, que dirigía Jojoy, habría tenido 166 enfrentamientos con la Fuerza Pública con 157 soldados muertos, 294 más heridos y 10 helicópteros averiados. El comunicado sostiene que sólo 11 guerrilleros habrían perdido la vida como resultado de los combates. Lo cierto es que pasado cerca de un mes de la muerte del jefe subversivo aún no es claro el destino que tendrá su cadáver.