El pasado domingo 31 de octubre, Fernando Araújo terminó su período como presidente del Partido Conservador. Según el acuerdo de la Mesa Directiva Nacional de la colectividad azul, cada año debe rotarse la presidencia y ya en su reemplazo suena el nombre del senador José Darío Salazar.
A la hora de los balances, Araújo reconoce las tensiones internas que se vivieron durante la campaña presidencial por cuenta de la desobediencia de algunos de los integrantes del Partido en el apoyo a Noemí Sanín, al tiempo que habla de los cuestionamientos por las supuestas talanqueras que se estarían poniendo a proyectos como la ley de víctimas y de restitución de tierras, así como de la campaña electoral de carácter regional que se dará en 2011.
¿Cuál será al fin la posición del Partido frente a la ley de víctimas?
Estamos dispuestos a acompañarla, aunque hemos hecho algunas observaciones. Nos preocupa que el proyecto sea fiscalmente sostenible y que la condición de víctima quede claramente definida en lo que tiene que ver con temas como conflicto interno, víctimas del sistema financiero, de las llamadas pirámides y de otros tipos de perjuicios. Debe quedar claro que este proceso se refiere únicamente a las motivadas por la violencia.
¿Por qué se habla tanto de celos en la unidad nacional, sobre todo de ustedes hacia el liberalismo?
No quiero hacer juicios sobre mis compañeros de coalición y al mismo tiempo contendores políticos. Dejemos que ese trabajo lo haga la opinión pública.
¿Pero existen o no celos?
Todos estamos trabajando por un objetivo común: sacar adelante los proyectos más importantes para el país. Es imposible que haya unanimidad en todos los temas. Se presentan divergencias y para eso es el debate. Se hacen ajustes y se cede en algunas circunstancias. Eso es parte de la democracia y de la dinámica de la política.
¿Cómo ha visto hasta ahora el gobierno Santos?
El presidente Santos ha ejercido un liderazgo claro que ha facilitado el proceso de acercamiento entre las diferentes posiciones y divisiones entre los cuatro partidos que formamos parte de la coalición de unidad nacional.
¿Y cómo ubica al Partido Conservador en la coalición?
El Partido es un pilar fundamental dentro de esa coalición. Digamos que traemos la herencia de la coalición con la U que se tenía en el gobierno Uribe y eso nos da mucha fortaleza.
¿Cuál es el balance tras un año en la presidencia del Partido?
Los elementos centrales fueron las campañas a Presidencia y Congreso. En ambas dimos al máximo para tener los mejores logros. En el Congreso los resultados fueron muy positivos: obtuvimos 60 curules, que nos convierten en la segunda fuerza política allí. En cuanto a las presidenciales, no tuvimos la misma suerte. Hicimos una muy buena campaña, con una consulta interna donde resultó ganadora Noemí Sanín; la acompañamos en la primera vuelta, pero desafortunadamente la votación no fue la que esperamos, y en la segunda vuelta acompañamos la candidatura de Juan Manuel Santos.
¿Qué tan golpeado quedó el Partido con el choque entre Noemí Sanín y Andrés Felipe Arias?
Hubo diferencias. Algunos de los miembros del partido desatendieron las instrucciones del Directorio y no acompañaron a nuestra candidata en primera vuelta. Eso causó mucha tensión interna y muchas dificultades que espero hoy estén superadas.
¿Qué tanto tuvo que ver Arias en esa desobediencia?
No tengo ningún elemento que me permita llegar a esa conclusión. El doctor Arias siempre me manifestó que él acataba las instrucciones del Partido, pero muchos de sus amigos se fueron con Juan Manuel Santos en la primera vuelta.
¿Cómo le parece el regreso de Uribe a la política?
Nunca se ha ido. Siempre he considerado que dada la personalidad del ex presidente Uribe, su compromiso con el país va a seguir siendo un factor determinante durante muchos años en la política colombiana.
¿Es partidario de que Uribe represente a los conservadores?
No, el ex presidente Uribe es un gran amigo del Partido Conservador y con él hicimos una alianza durante ocho años, de la cual nos sentimos muy orgullosos, pero no es un militante del Partido, de manera que no tiene representación. Sin embargo, miramos con simpatía la posibilidad de hacer alianzas con él o con el Partido de la U en las regiones del país donde las condiciones lo permiten y donde los dirigentes estén de acuerdo con adelantar ese tipo de alianzas.
¿Van a tener candidato a la Alcaldía de Bogotá?
Pienso que lo más conveniente sería hacer un acuerdo o una coalición con el Partido de la U. Vamos a mirar a ver si logramos tener un solo candidato.
¿Quiénes le suenan?
No hemos pensado nombres.
¿Las alianzas serán con todos los partidos?
Yo diría que vamos a hacer alianzas con los partidos que forman parte de la coalición de unidad nacional, que comanda el presidente Santos.
¿Y si en alguna región se plantea una alianza con el Polo?
Siendo honesto, no conozco intención en ninguna región del país de hacer alianza con el Polo.
¿Qué va a hacer ahora que sale de la presidencia del Partido?
No voy a ser candidato a nada. Simplemente me voy a mantener como integrante del Directorio Nacional y atenderé mis asuntos desde Cartagena.