¿Es verdad que se reconcilió con su hermano Emiliano?
Noooo, con Emilianito siempre hemos estado conciliados. Hay una separación de tipo musical, porque mi compadre Emiliano ya está cansado y ha tenido quebrantos de salud. La gente especula y yo mismo invento los chistes, pero yo estoy tocando con ‘El Cocha’ Molina, que es un rey de reyes, y estamos atravesando un momento extraordinario.
Pero la gente extraña mucho a Los Hermanos Zuleta, ¿no hay planes de juntarlos de ninguna manera?
Pues, con mi compadre Emiliano haremos el año entrante una grabación de un clásico, entre otras cosas, porque hemos sido los artistas que más años llevamos firmados con la casa disquera Sony. Hay dos artistas o agrupaciones, al menos en América Latina, que han aguantado carga y pasajeros y nunca se han salido: Vicente Fernández en México y Los Hermanos Zuleta.
¿Sería como decir que el Vicente Fernández colombiano es Poncho Zuleta?
Eso no me toca responderlo a mí. Pero están organizando un homenaje en el que estaremos juntos. Serán dos espectáculos, uno en México y otro aquí en Colombia.
Bueno, Los Hermanos Zuleta tienen muchas historias, hay cuentos hasta del Nobel en Estocolmo...
El viaje a Estocolmo fue porque Gabito quería que mi papá fuera, pero en ese momento estaba enfermo. El mejor cuento de eso es que mi compadre Pablo López (cajero) preguntó todo el viaje por el Rey. Que cómo son los reyes, que qué comerá, que cómo se vestirá. Tal era la expectativa, que cuando llegamos al hotel, apenas vimos a un hombre grandote, mono, buen mozo, me dijo Pablo: ‘Parece que aquel es el Rey’, y yo gran pendejo caí en la trampa. Entonces fuimos, nos tomamos fotos, le pedimos autógrafo y cuando entramos a la recepción del hotel, vimos al hombre cargando nuestro equipaje: era el botones.
Volviendo al tema del álbum, ¿un clásico en tiempos de vallenato moderno sí es buena idea?
Vamos a ponerle orden a esta recocha del vallenato. Darle su tatequieto. No es egoísmo, uno entiende que las cosas cambian. Las mujeres hoy se visten distinto a las de hace 50 años y estos muchachos son talentosísimos, pero nosotros tocamos la música de la gente, ellos son más comerciales.
Pero ustedes también quieren vender...
Cuando empezamos no teníamos el signo pesos pegado en la frente, uno mostraba en las parrandas lo que componía. Eso valía una ‘pea’, un sancocho, una novilla, unos zapatos o un sombrero, un cariño. Eso nos generó un sentimiento, no teníamos el afán comercial. Claramente llegó un momento en que tenían que pagarnos, pero 15 años después. Ahora, incluso hay una faceta delicada y fea. Eso de los saludos lo inventamos nosotros... Ahora están cobrando por eso. Es feo e indigno.
¿Y compositores jóvenes?
Yo prefiero hablar de los viejos: Leandro Díaz, mi papá, Rafael Escalona, Adolfo Pacheco, Gustavo Gutiérrez...
Pero debe de haber alguno que le guste....
Hay varios exitosos. A mí me encanta ‘El Chiche’ Maestre, que tampoco es tan pelao.
¿Y ahora están listos para el Grammy en categoría Cumbia/Vallenato?
Ese reconocimiento de la Academia es muy importante. Yo estoy muy contento con el que ya recibimos y estamos listos para llevarnos el de este año también.
¿Y después del álbum de clásicos qué seguirá?
Cuando estoy en un concierto disfruto y gozo tanto, que eso me hace falta. Ahora un retiro para nosotros no es cualquier cosa, es terrible, pero hay que hacerlo. Uno no puede esperar que lo retiren, que lo chiflen en un concierto, que lo manden a bajar de la tarima. Hay que tener dignidad.