Vuelve y juega referendo de cadena perpetua a violadores

La senadora Gilma Jiménez presentará otra vez el proyecto en los primeros días de diciembre.

Alfredo Molano Jimeno
15 de noviembre de 2010 - 08:30 p. m.

El caso de los tres niños asesinados en Tame (Arauca), en el que está involucrado un teniente del Ejército, y el escándalo de los dos profesores que habrían violado a cerca de 20 jóvenes en Bogotá, le han dado a la senadora Gilma Jiménez nuevos bríos para insistir, con más fuerza que nunca, en su proyecto de un referendo para instaurar la cadena perpetua a violadores de menores. La congresista del Partido Verde habló con El Espectador de su propuesta y les contestó a los que creen que su pelea es un capricho populista.

¿Cadena perpetua y solucionado el problema?

La prisión perpetua no es un fin en sí mismo, no es la varita mágica con la cual vamos a solucionar todos los problemas de los niños, pero es el comienzo de una reingeniería de la sociedad colombiana. Eso motiva la autorregulación y va a elevar a los niños a una condición de privilegio.

¿Y por dónde comenzar?

El comienzo es que el pueblo lo decida en las urnas y luego hay que cambiar las normas que haya que cambiar. Es hora de dejar de hablar tan bonito y tomar decisiones. Nuestros niños no necesitan discursos, sino que el Estado tome decisiones para que sean de verdad importantes dentro de los asuntos públicos. Esto no es un tema de señoras ni de voluntad de damas rosadas. Es mucho más.

Hay quienes tienen sus reparos porque dicen que por ahí se pueden colar otros delitos...

No, no se pueden colar, porque la prisión perpetua va a seguir prohibida en Colombia a excepción de si se asesina, se viola, se secuestra o se maltrata gravemente a un niño o niña menor de 14 años. Yo sería la primera que me opondría a que se colaran otros delitos, porque el día en que la prisión perpetua sea generalizada, los niños van a dejar de ser importantes.

¿Qué les contesta a los que dicen que su trabajo con los niños es populista?

Quien diga eso es que no me conoce. Yo llevo en esto años, mucho antes de hacerme elegir al Congreso. Soy trabajadora social de profesión y tengo una profunda convicción y un gran compromiso con este tema. Lo mío está lejos de ser populista. Me estoy metiendo con el hampa, con lo peor de la sociedad, que son quienes se meten con los niños. Esto no es de sor Teresa de Calcuta. Yo tengo un mandato y una responsabilidad apoyada con votos. Fui la votación más alta al Congreso. ¿Por qué? Porque es un plebiscito por los niños. Yo no imposto nada, soy una persona muy fuerte y con el tema de los niños soy absolutamente ‘kamikaze’. El que se mete con un niño la va a pagar.

¿Cuándo vuelve a presentar el proyecto?

A principios del próximo mes. El 5 de diciembre se cumple el aniversario del horror que sufrió Katherine Huertas, la niña símbolo de nuestro referendo, quien aparece en las vallas. La niña que fue secuestrada, torturada, violada y asesinada por ese hampón llamado Alfonso Suárez Corrales. Como un homenaje a ella vamos a presentar otra vez el proyecto de la cadena perpetua por esos días.

Hay quienes piensan que el problema no se soluciona con cárcel...

En el universo de la violencia contra los niños creo que el referendo de prisión perpetua es un instrumento de formación ciudadana. Las sociedades más evolucionadas en materia de Derecho tienen muy claros los deberes y las sanciones. Una sociedad civilizada tiene claro que el que mata la paga, no se inventa explicaciones. Yo entiendo que las víctimas tienen derecho y que detrás de cada hampón hay una historia de vida, pero eso no significa que construyamos historias para justificar lo injustificable.

¿Qué representan los niños para usted?

Siento un profundo respeto por los niños y me da una cierta vergüenza mirarlos, por nuestra incapacidad para protegerlos. Yo sueño con dos días que ojalá la vida me dé la oportunidad de vivir: el día en que se vote el referendo y el día en que se dé la primera condena de cadena perpetua, porque yo creo que ese día Colombia cambia. Ese día van a aprender a no meterse con los niños. Hace tres años, este país pensaba que violar a un niño era un delito menor, tanto que era excarcelable. Los mandaban de vuelta a la casa, donde por lo general vive la víctima. Era como decirle vaya a su casa y siga violando.

Usted va a estar en Arauca esta semana, ¿qué va a hacer allá?

Vamos a pedirles perdón a nuestros niños, porque las muertes de los tres pequeños hermanos son el resultado de muchos descuidos, de faltas, de imprevisiones y de no darnos cuenta de lo que representan. En Arauca, más de la mitad de la población es menor de edad y vamos a instalar una mesa para firmar un compromiso con ellos. Allá, en lo corrido del año, han muerto de forma violenta 20 niños. Lástima que no haya prisión perpetua, porque sería la condena perfecta para ese hampón que mató a Jimmy, Jefferson y Jenny. Ese va a ser el homenaje que les vamos a rendir a los niños que murieron. Ellos van a salvar a los que quedaron y ese es mi grano de arena, así piensen algunos que es populista.

Por Alfredo Molano Jimeno

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